Desarrolladoras avanzan contra vientos de incertidumbre
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 01 diciembre, 2008
Desarrolladoras avanzan contra vientos de incertidumbre
• Las Sociedades Administradoras de Fondos de Inversión evaden la paralización de proyectos para evitar una caída en la rentabilidad, imagen y credibilidad
Daniel Chacón y Rebeca Sequiera
dchacon@larepublica.net
rsequeira@larepublica.net
La construcción enfrenta un periodo de depresión generada por el limitado acceso al crédito y el incremento en el costo de las materias primas. Además la crisis financiera intimida a los inversionistas, quienes son más precavidos a la hora de poner su dinero en manos de un desarrollador.
La estrategia aplicada por los principales fondos de desarrollo para defenderse de esta situación es continuar con las obras, aunque de manera más prudente a la hora de ejecutarlas.
Entre las medidas que aplican están una mayor elasticidad en los plazos de entrega, garantizarse el afianzamiento de una etapa antes de continuar con otra y no detener las obras, pues hacerlo generaría desconfianza entre los inversionistas para proyectos futuros.
“La construcción es un negocio dependiente del crédito. Por lo tanto, el impacto más inmediato es la imposibilidad de financiar la compra de materiales o vender con rapidez los inmuebles por falta de liquidez. Por eso, en los fondos de desarrollo el impacto es en términos del ritmo al que se puede ejecutar un proyecto y la factibilidad de vender la obra terminada”, explicó Danilo Montero, gerente general de Interbolsa.
En el caso de esta empresa, los proyectos que administra están en etapas avanzadas y aún no ha detenido ninguna obra. Sin embargo, la administradora de fondos de inversión desarrolla el complejo Forum II, que de acuerdo con información emitida por la Superintendencia General de Valores tuvo dificultades para obtener crédito, lo que ha limitado el ritmo de avance de las obras.
La ventaja en este escenario es que los fondos de desarrollo inmobiliario son de largo plazo, lo que permite a los inversionistas ver resultados en fases más avanzadas.
“No hemos sufrido ningún impacto negativo en nuestros fondos de desarrollo. En este momento trabajamos el proyecto Monte del Barco y no se ha detenido. Una de las ventajas es que está aún en la etapa de planos y los inversionistas esperan rendimientos hasta el final de la construcción”, dijo Lanzo Luconi, gerente general de Aldesa.
La mayoría de los proyectos de desarrollo están orientados a segmentos que mantienen cierto dinamismo. En el caso de Monte del Barco, su público meta son personas con posibilidades de adquirir segundas y terceras viviendas.
Por su parte, la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión del Banco de Costa Rica (BCR Safi) desarrolla el Centro Empresarial La Sabana. Este inmueble ya supera el 25% de avance y también cumple con las pautas del cronograma.
En el caso de los fondos inmobiliarios donde esta firma ha invertido, los niveles de ocupación superan el 95%, cifra que garantiza los rendimientos y estabilidad del producto.
“El crecimiento que hemos tenido a la fecha nos ha permitido diversificar los ingresos de nuestros fondos, así como contar con inquilinos de primera categoría. El rendimiento obedece por un lado al nivel de ocupación que tienen los inmuebles y por otro a la calidad”, consideró Alvaro Camacho, gerente de BCR Safi.
• Las Sociedades Administradoras de Fondos de Inversión evaden la paralización de proyectos para evitar una caída en la rentabilidad, imagen y credibilidad
Daniel Chacón y Rebeca Sequiera
dchacon@larepublica.net
rsequeira@larepublica.net
La construcción enfrenta un periodo de depresión generada por el limitado acceso al crédito y el incremento en el costo de las materias primas. Además la crisis financiera intimida a los inversionistas, quienes son más precavidos a la hora de poner su dinero en manos de un desarrollador.
La estrategia aplicada por los principales fondos de desarrollo para defenderse de esta situación es continuar con las obras, aunque de manera más prudente a la hora de ejecutarlas.
Entre las medidas que aplican están una mayor elasticidad en los plazos de entrega, garantizarse el afianzamiento de una etapa antes de continuar con otra y no detener las obras, pues hacerlo generaría desconfianza entre los inversionistas para proyectos futuros.
“La construcción es un negocio dependiente del crédito. Por lo tanto, el impacto más inmediato es la imposibilidad de financiar la compra de materiales o vender con rapidez los inmuebles por falta de liquidez. Por eso, en los fondos de desarrollo el impacto es en términos del ritmo al que se puede ejecutar un proyecto y la factibilidad de vender la obra terminada”, explicó Danilo Montero, gerente general de Interbolsa.
En el caso de esta empresa, los proyectos que administra están en etapas avanzadas y aún no ha detenido ninguna obra. Sin embargo, la administradora de fondos de inversión desarrolla el complejo Forum II, que de acuerdo con información emitida por la Superintendencia General de Valores tuvo dificultades para obtener crédito, lo que ha limitado el ritmo de avance de las obras.
La ventaja en este escenario es que los fondos de desarrollo inmobiliario son de largo plazo, lo que permite a los inversionistas ver resultados en fases más avanzadas.
“No hemos sufrido ningún impacto negativo en nuestros fondos de desarrollo. En este momento trabajamos el proyecto Monte del Barco y no se ha detenido. Una de las ventajas es que está aún en la etapa de planos y los inversionistas esperan rendimientos hasta el final de la construcción”, dijo Lanzo Luconi, gerente general de Aldesa.
La mayoría de los proyectos de desarrollo están orientados a segmentos que mantienen cierto dinamismo. En el caso de Monte del Barco, su público meta son personas con posibilidades de adquirir segundas y terceras viviendas.
Por su parte, la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión del Banco de Costa Rica (BCR Safi) desarrolla el Centro Empresarial La Sabana. Este inmueble ya supera el 25% de avance y también cumple con las pautas del cronograma.
En el caso de los fondos inmobiliarios donde esta firma ha invertido, los niveles de ocupación superan el 95%, cifra que garantiza los rendimientos y estabilidad del producto.
“El crecimiento que hemos tenido a la fecha nos ha permitido diversificar los ingresos de nuestros fondos, así como contar con inquilinos de primera categoría. El rendimiento obedece por un lado al nivel de ocupación que tienen los inmuebles y por otro a la calidad”, consideró Alvaro Camacho, gerente de BCR Safi.