Déficit fiscal retará la recuperación
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 18 enero, 2010
Déficit fiscal retará la recuperación
Un incremento en la insuficiencia de recursos del Gobierno podría ser el techo de una eventual reactivación, aseguró Eric Vargas, socio director de Strategia Investment Advisors
Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net
En todas las latitudes hay un problema bajo la alfombra tras ofrecer incentivos para animar la economía: el déficit fiscal. En nuestro país este caso aplica e incluso puede limitar una recuperación económica.
La crisis internacional embistió las expectativas de ingresos y podría dejar al Ministerio de Hacienda con un déficit cercano al 3,8% respecto al Producto Interno Bruto en 2009, cifra que dista mucho de la circunstancia vivida en 2008 cuando el dinero recaudado era superior a los gastos.
De no controlarse el deterioro de las finanzas públicas, podría darse una presión sobre las tasas de interés y dificultar un ambiente propicio para volver a crecer. A eso se suma que los impuestos dependen del comportamiento productivo.
Ya el Fondo Monetario Internacional señaló este factor como el más vulnerable de la economía costarricense, y sugiere la discusión de una reforma tributaria en el corto plazo para lograr una estabilidad macroeconómica.
Por ello es que el tema será trascendental en el transcurso del presente año, y definitivamente requerirá que los próximos responsables de la materia tributaria estén preparados para dar cambios al timón según como vayan avanzando los meses, dijo Eric Vargas, socio director de Strategia Investment Advisors.
¿Cuál es el riesgo fiscal más cercano?
La presión sobre las tasas de interés sería el más cercano. Repercutiría de forma negativa sobre la economía si se dan caídas en los precios de los bonos emitidos en colones, poniendo en riesgo la situación de estabilidad para una recuperación económica.
¿Con cuáles condiciones debiera conjugarse?
Es difícil adelantar el escenario por la cantidad de variables que pueden influir, pero considero que el entorno se agravaría si la tasa de crecimiento de la economía cierra en un 2%. Como la recaudación de impuestos depende directamente del crecimiento económico, eso significaría debilidad para el área fiscal.
¿Y si comparamos los ingresos con los gastos?
Aunque es importante dar estímulo a la economía en este momento, sería prudente buscar un freno al ritmo de aumento que ha tenido el gasto público, porque sin las mismas condiciones por el lado de ingresos, la situación podría convertirse en algo insostenible.
¿Tenemos inminentemente una crisis por el déficit?
Aún no, considero que puede ser manejable todavía. Lo que más me preocupa en este momento es el ritmo al cual se deteriore la situación fiscal. Si se mantiene dinámico, entonces veríamos esa crisis fiscal con los problemas que ya hemos comentado.
¿Qué podemos entender por deterioro dinámico?
Me parece que podría ser un déficit mensual del Gobierno central superior a los ¢50 mil millones. Ese sería un buen parámetro para llevar el pulso. Preferiría bajar el déficit mensual a ¢20 mil millones para creer que podría ser manejable y que se mantenga en una situación sostenible donde no se ponga en riesgo la capacidad de enfrentar las obligaciones económicas.
¿Oportunidad o riesgo para el inversionista?
Considero que podríamos interpretar todo esto como una señal de cautela porque, si bien hay indicios de recuperación, son dependientes de los programas de estímulo. Aún no podemos asegurar que la mejora en la economía sea claramente sostenible, a pesar de que las circunstancias han mejorado.
¿Se podría sacar provecho para obtener mejores rendimientos?
Quizás en un futuro los precios mejoren y los rendimientos sean más competitivos. Aún no se ha dado una caída en el valor de los valores, pero podrían presentarse estas oportunidades según como evolucione la situación de déficit.
¿Cuál ve como alternativa para proteger 2010?
Subir impuestos y bajar el gasto público. Por más doloroso que sea hacerlo en medio de una recuperación económica no consolidada y que requiere impulso, deberíamos ser conscientes de que peor sería no hacerlo porque una crisis fiscal sería más grave. Creo que esa decisión deberá ser tomada en el transcurso del año.
Un incremento en la insuficiencia de recursos del Gobierno podría ser el techo de una eventual reactivación, aseguró Eric Vargas, socio director de Strategia Investment Advisors
Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net
En todas las latitudes hay un problema bajo la alfombra tras ofrecer incentivos para animar la economía: el déficit fiscal. En nuestro país este caso aplica e incluso puede limitar una recuperación económica.
La crisis internacional embistió las expectativas de ingresos y podría dejar al Ministerio de Hacienda con un déficit cercano al 3,8% respecto al Producto Interno Bruto en 2009, cifra que dista mucho de la circunstancia vivida en 2008 cuando el dinero recaudado era superior a los gastos.
De no controlarse el deterioro de las finanzas públicas, podría darse una presión sobre las tasas de interés y dificultar un ambiente propicio para volver a crecer. A eso se suma que los impuestos dependen del comportamiento productivo.
Ya el Fondo Monetario Internacional señaló este factor como el más vulnerable de la economía costarricense, y sugiere la discusión de una reforma tributaria en el corto plazo para lograr una estabilidad macroeconómica.
Por ello es que el tema será trascendental en el transcurso del presente año, y definitivamente requerirá que los próximos responsables de la materia tributaria estén preparados para dar cambios al timón según como vayan avanzando los meses, dijo Eric Vargas, socio director de Strategia Investment Advisors.
¿Cuál es el riesgo fiscal más cercano?
La presión sobre las tasas de interés sería el más cercano. Repercutiría de forma negativa sobre la economía si se dan caídas en los precios de los bonos emitidos en colones, poniendo en riesgo la situación de estabilidad para una recuperación económica.
¿Con cuáles condiciones debiera conjugarse?
Es difícil adelantar el escenario por la cantidad de variables que pueden influir, pero considero que el entorno se agravaría si la tasa de crecimiento de la economía cierra en un 2%. Como la recaudación de impuestos depende directamente del crecimiento económico, eso significaría debilidad para el área fiscal.
¿Y si comparamos los ingresos con los gastos?
Aunque es importante dar estímulo a la economía en este momento, sería prudente buscar un freno al ritmo de aumento que ha tenido el gasto público, porque sin las mismas condiciones por el lado de ingresos, la situación podría convertirse en algo insostenible.
¿Tenemos inminentemente una crisis por el déficit?
Aún no, considero que puede ser manejable todavía. Lo que más me preocupa en este momento es el ritmo al cual se deteriore la situación fiscal. Si se mantiene dinámico, entonces veríamos esa crisis fiscal con los problemas que ya hemos comentado.
¿Qué podemos entender por deterioro dinámico?
Me parece que podría ser un déficit mensual del Gobierno central superior a los ¢50 mil millones. Ese sería un buen parámetro para llevar el pulso. Preferiría bajar el déficit mensual a ¢20 mil millones para creer que podría ser manejable y que se mantenga en una situación sostenible donde no se ponga en riesgo la capacidad de enfrentar las obligaciones económicas.
¿Oportunidad o riesgo para el inversionista?
Considero que podríamos interpretar todo esto como una señal de cautela porque, si bien hay indicios de recuperación, son dependientes de los programas de estímulo. Aún no podemos asegurar que la mejora en la economía sea claramente sostenible, a pesar de que las circunstancias han mejorado.
¿Se podría sacar provecho para obtener mejores rendimientos?
Quizás en un futuro los precios mejoren y los rendimientos sean más competitivos. Aún no se ha dado una caída en el valor de los valores, pero podrían presentarse estas oportunidades según como evolucione la situación de déficit.
¿Cuál ve como alternativa para proteger 2010?
Subir impuestos y bajar el gasto público. Por más doloroso que sea hacerlo en medio de una recuperación económica no consolidada y que requiere impulso, deberíamos ser conscientes de que peor sería no hacerlo porque una crisis fiscal sería más grave. Creo que esa decisión deberá ser tomada en el transcurso del año.