Defensoría de los Habitantes: 18 años de vida
| Sábado 08 octubre, 2011
Defensoría de los Habitantes: 18 años de vida…
Un 1° de octubre, hace 18 años, se abrieron las puertas de la Defensoría de los Habitantes. ¡Estamos de aniversario! Celebramos ser la institución nacional de derechos humanos y formar una sólida parte de la institucionalidad de nuestro país, con legitimidad, credibilidad y deseos de seguir trabajando por nuestra única razón de ser: cada habitante, es decir, todas las personas.
Celebramos 18 años de ponerle rostro, nombre y voz a la dignidad humana. La Defensoría nació para velar por el funcionamiento del sector público, a partir de los instrumentos jurídicos nacionales e internacionales de derechos humanos existentes y así lo hemos hecho, aun en momentos difíciles cuando nuestra labor ha sido incomprendida. Pero asumir ese control de legalidad no se ha quedado en la parte formal defensa y protección, también se ha hecho desde una visión pragmática que ha pretendido con éxito llegar a la mayor cantidad posible de personas, mediante la promoción y la educación no formal en derechos humanos.
El trabajo ha sido arduo y de distintas etapas, que si bien aún no terminan, nos han permitido avanzar, aprender de los aciertos y también de los errores; crecer, evolucionar, caminar con la conciencia tranquila y muchas veces reír, aunque otras tantas llorar.
En el recuento de esta mayoría de edad, el balance es positivo y así lo reconoce nuestra sociedad, sin embargo, no perdemos de vista que la Defensoría de los Habitantes debe seguir con la mirada puesta en el horizonte y sin perder el rostro de cada habitante; debe sin duda, continuar evaluándose y evolucionando; debe reinventarse y adaptarse a los signos de los tiempos, pues solo así logrará que el futuro le siga sonriendo con credibilidad y reconocimiento.
Como jerarca actual de la Defensoría de los Habitantes, reconozco que vine a una institución que cambia la vida de quienes trabajamos en ella, aun de quienes como la suscrita no llegó hace mucho y se quedará por un plazo ya delimitado en la ley. Con orgullo hoy la represento y con enorme gratitud quiero resaltar la labor de todos sus funcionarios(as), a quienes agradezco su trabajo, enseñanzas, entrega y sobre todo su mística, pues sin su aporte, no habría mucho que celebrar.
Este aniversario es un momento propicio para ver hacia el futuro con optimismo, pero también para mirar hacia el pasado con gratitud, humildad y reconocimiento. Del pasado surgió lo que somos hoy como institución, en él se delineó y se forjó a la Defensoría de los Habitantes y por ello, el trabajo de quienes antes pasaron por acá debe ser resaltado. Gracias a los anteriores jerarcas, don Rodrigo Alberto Carazo Zeledón, doña Sandra Piszk Feinzilber, don José Manuel Echandi Meza, doña Lisbeth Quesada Tristán, y a los defensores adjuntos que les acompañaron con el mismo entusiasmo…
Ofelia Taitelbaum Yoselewich
Defensora de los Habitantes de la República
Un 1° de octubre, hace 18 años, se abrieron las puertas de la Defensoría de los Habitantes. ¡Estamos de aniversario! Celebramos ser la institución nacional de derechos humanos y formar una sólida parte de la institucionalidad de nuestro país, con legitimidad, credibilidad y deseos de seguir trabajando por nuestra única razón de ser: cada habitante, es decir, todas las personas.
Celebramos 18 años de ponerle rostro, nombre y voz a la dignidad humana. La Defensoría nació para velar por el funcionamiento del sector público, a partir de los instrumentos jurídicos nacionales e internacionales de derechos humanos existentes y así lo hemos hecho, aun en momentos difíciles cuando nuestra labor ha sido incomprendida. Pero asumir ese control de legalidad no se ha quedado en la parte formal defensa y protección, también se ha hecho desde una visión pragmática que ha pretendido con éxito llegar a la mayor cantidad posible de personas, mediante la promoción y la educación no formal en derechos humanos.
El trabajo ha sido arduo y de distintas etapas, que si bien aún no terminan, nos han permitido avanzar, aprender de los aciertos y también de los errores; crecer, evolucionar, caminar con la conciencia tranquila y muchas veces reír, aunque otras tantas llorar.
En el recuento de esta mayoría de edad, el balance es positivo y así lo reconoce nuestra sociedad, sin embargo, no perdemos de vista que la Defensoría de los Habitantes debe seguir con la mirada puesta en el horizonte y sin perder el rostro de cada habitante; debe sin duda, continuar evaluándose y evolucionando; debe reinventarse y adaptarse a los signos de los tiempos, pues solo así logrará que el futuro le siga sonriendo con credibilidad y reconocimiento.
Como jerarca actual de la Defensoría de los Habitantes, reconozco que vine a una institución que cambia la vida de quienes trabajamos en ella, aun de quienes como la suscrita no llegó hace mucho y se quedará por un plazo ya delimitado en la ley. Con orgullo hoy la represento y con enorme gratitud quiero resaltar la labor de todos sus funcionarios(as), a quienes agradezco su trabajo, enseñanzas, entrega y sobre todo su mística, pues sin su aporte, no habría mucho que celebrar.
Este aniversario es un momento propicio para ver hacia el futuro con optimismo, pero también para mirar hacia el pasado con gratitud, humildad y reconocimiento. Del pasado surgió lo que somos hoy como institución, en él se delineó y se forjó a la Defensoría de los Habitantes y por ello, el trabajo de quienes antes pasaron por acá debe ser resaltado. Gracias a los anteriores jerarcas, don Rodrigo Alberto Carazo Zeledón, doña Sandra Piszk Feinzilber, don José Manuel Echandi Meza, doña Lisbeth Quesada Tristán, y a los defensores adjuntos que les acompañaron con el mismo entusiasmo…
Ofelia Taitelbaum Yoselewich
Defensora de los Habitantes de la República