Decrece respaldo a la administración Arias
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 04 noviembre, 2008
Costarricenses critican manejo en temas de economía y seguridad, según última encuesta de CID-Gallup
Decrece respaldo a la administración Arias
• Un 82% de los ciudadanos afirma que ahora gasta más en los artículos de primera necesidad que hace cuatro meses
• En una cuarta parte de los hogares vive al menos una persona que ha sido víctima de la delincuencia
Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net
En el último año, el apoyo a la administración del presidente Oscar Arias ha mantenido una constante tendencia a la baja, afectado por las alzas en el costo de la vida y la creciente sensación de inseguridad que agobian al país.
Aunque no se ha producido un incremento en el rechazo a las acciones del mandatario, sí se ha presentado una disminución del respaldo, que se refleja en el menor índice de aprobación cosechado desde octubre de 2006.
Después de llegar al máximo del consentimiento a comienzos de este año (índice positivo de 53), el apoyo para la segunda magistratura de Arias se fue reduciendo hasta ser menos de la mitad en octubre, cuando el índice llegó a 24 puntos.
Esto deja al ex presidente Abel Pacheco como el mejor evaluado de los últimos ocho periodos transcurridos dos años y medio de gobierno, reveló la última encuesta elaborada por CID-Gallup para LA REPUBLICA.
El primer factor que explica la decreciente aprobación es de carácter económico.
En los hogares la principal preocupación que tienen las personas es el constante incremento en el costo de la vida, al punto que prácticamente la mitad de los encuestados considera que está peor que el año pasado.
Un 82% de los costarricenses afirma que ahora gasta más en los artículos de primera necesidad en comparación con cuatro meses atrás, y un 48% predice que sus familias estarán en peores condiciones en 2009.
Cunde el pesimismo y entre la población no se esperan mayores respuestas del Ejecutivo para paliar la crisis.
Aunque la mayoría confía en que el Presidente busca con sus acciones hacer lo que considera mejor para el país, las buenas intenciones no bastan, y más de la mitad opina que el Gobierno está manejando en forma regular o mala la economía nacional.
El segundo factor que parece restarle puntos a la gestión presidencial es la inseguridad, pues en una cuarta parte de los hogares vive al menos una persona que ha sido víctima de la delincuencia. Esto tan solo en los últimos cuatro meses.
Llama la atención que casi un 60% piensa que la inseguridad ha aumentado desde que Oscar Arias comenzó su segunda gestión, y todavía más allá de esa proporción califica que en la guerra contra la delincuencia el Gobierno se ha desempeñado de forma regular o mala. Por añadidura, prevalece un elevado nivel de desconfianza en la policía.
Se intentó tener la versión del gobernante o bien la del ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, pero al cierre de edición no habían contestado los mensajes de LA REPUBLICA.
“En el tema económico, la crisis responde a una situación internacional, no local. Más bien a lo interno el Gobierno ha tomado medidas que han permitido mermar el impacto. Es comprensible que un sector de los costarricenses manifieste su disconformidad, pero la gestión del Presidente se mantiene en números positivos”, comentó Mayi Antillón, legisladora oficialista.
“En cuanto a la seguridad el Ejecutivo ha hecho lo que ha podido, pero en la Asamblea Legislativa no hemos aprobado todas las reformas y es una deuda que tenemos. Una vez que se implemente el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (Cafta), esa debe ser la prioridad”, finalizó la diputada.
Además de la inflación y la inseguridad, entre los principales fracasos del Gobierno los entrevistados citaron el apoyo al Cafta, así como dejar libres a los delincuentes, permitir la corrupción, permitir el ingreso de extranjeros y despedir a Fernando Berrocal como ministro de Seguridad.
En el extremo positivo, los mayores logros de acuerdo con el estudio son el aumento de las pensiones para adultos mayores, los bonos de vivienda, el respaldo al Cafta, la ayuda a estudiantes, la guerra contra el narcotráfico, el auxilio a los pobres y la infraestructura, en ese orden.
Aparte de la encuesta, algunos analistas consideran que al presidente Arias lo han afectado algunas decisiones políticas que ha tomado en los últimos meses, principalmente relacionadas con los temas transparencia y medioambiente, puesto que podrían interpretarse como contradictorias.
La supuesta disonancia entre lo que dice el mandatario y lo que hace podría afectarlo todavía más en futuros estudios, a propósito del más reciente caso de confrontación entre Ejecutivo y ambientalistas.
Más allá de los resultados de esta encuesta, se teme que la situación actual sea una simple ratificación de una realidad que se consolida cada vez más, “la desafección ciudadana respecto de la calidad del Gobierno y de la conducción de la cosa pública, como ha sido notorio en todas las encuestas desde hace al menos 15 años a esta parte”, aduce Guillermo Solís, politólogo, preocupado por lo que califica de “discrepancia absoluta entre lo que predicamos como valores supremos, y la práctica cuando se trata de favorecer a los grandes intereses transnacionales”.
Decrece respaldo a la administración Arias
• Un 82% de los ciudadanos afirma que ahora gasta más en los artículos de primera necesidad que hace cuatro meses
• En una cuarta parte de los hogares vive al menos una persona que ha sido víctima de la delincuencia
Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net
En el último año, el apoyo a la administración del presidente Oscar Arias ha mantenido una constante tendencia a la baja, afectado por las alzas en el costo de la vida y la creciente sensación de inseguridad que agobian al país.
Aunque no se ha producido un incremento en el rechazo a las acciones del mandatario, sí se ha presentado una disminución del respaldo, que se refleja en el menor índice de aprobación cosechado desde octubre de 2006.
Después de llegar al máximo del consentimiento a comienzos de este año (índice positivo de 53), el apoyo para la segunda magistratura de Arias se fue reduciendo hasta ser menos de la mitad en octubre, cuando el índice llegó a 24 puntos.
Esto deja al ex presidente Abel Pacheco como el mejor evaluado de los últimos ocho periodos transcurridos dos años y medio de gobierno, reveló la última encuesta elaborada por CID-Gallup para LA REPUBLICA.
El primer factor que explica la decreciente aprobación es de carácter económico.
En los hogares la principal preocupación que tienen las personas es el constante incremento en el costo de la vida, al punto que prácticamente la mitad de los encuestados considera que está peor que el año pasado.
Un 82% de los costarricenses afirma que ahora gasta más en los artículos de primera necesidad en comparación con cuatro meses atrás, y un 48% predice que sus familias estarán en peores condiciones en 2009.
Cunde el pesimismo y entre la población no se esperan mayores respuestas del Ejecutivo para paliar la crisis.
Aunque la mayoría confía en que el Presidente busca con sus acciones hacer lo que considera mejor para el país, las buenas intenciones no bastan, y más de la mitad opina que el Gobierno está manejando en forma regular o mala la economía nacional.
El segundo factor que parece restarle puntos a la gestión presidencial es la inseguridad, pues en una cuarta parte de los hogares vive al menos una persona que ha sido víctima de la delincuencia. Esto tan solo en los últimos cuatro meses.
Llama la atención que casi un 60% piensa que la inseguridad ha aumentado desde que Oscar Arias comenzó su segunda gestión, y todavía más allá de esa proporción califica que en la guerra contra la delincuencia el Gobierno se ha desempeñado de forma regular o mala. Por añadidura, prevalece un elevado nivel de desconfianza en la policía.
Se intentó tener la versión del gobernante o bien la del ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, pero al cierre de edición no habían contestado los mensajes de LA REPUBLICA.
“En el tema económico, la crisis responde a una situación internacional, no local. Más bien a lo interno el Gobierno ha tomado medidas que han permitido mermar el impacto. Es comprensible que un sector de los costarricenses manifieste su disconformidad, pero la gestión del Presidente se mantiene en números positivos”, comentó Mayi Antillón, legisladora oficialista.
“En cuanto a la seguridad el Ejecutivo ha hecho lo que ha podido, pero en la Asamblea Legislativa no hemos aprobado todas las reformas y es una deuda que tenemos. Una vez que se implemente el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (Cafta), esa debe ser la prioridad”, finalizó la diputada.
Además de la inflación y la inseguridad, entre los principales fracasos del Gobierno los entrevistados citaron el apoyo al Cafta, así como dejar libres a los delincuentes, permitir la corrupción, permitir el ingreso de extranjeros y despedir a Fernando Berrocal como ministro de Seguridad.
En el extremo positivo, los mayores logros de acuerdo con el estudio son el aumento de las pensiones para adultos mayores, los bonos de vivienda, el respaldo al Cafta, la ayuda a estudiantes, la guerra contra el narcotráfico, el auxilio a los pobres y la infraestructura, en ese orden.
Aparte de la encuesta, algunos analistas consideran que al presidente Arias lo han afectado algunas decisiones políticas que ha tomado en los últimos meses, principalmente relacionadas con los temas transparencia y medioambiente, puesto que podrían interpretarse como contradictorias.
La supuesta disonancia entre lo que dice el mandatario y lo que hace podría afectarlo todavía más en futuros estudios, a propósito del más reciente caso de confrontación entre Ejecutivo y ambientalistas.
Más allá de los resultados de esta encuesta, se teme que la situación actual sea una simple ratificación de una realidad que se consolida cada vez más, “la desafección ciudadana respecto de la calidad del Gobierno y de la conducción de la cosa pública, como ha sido notorio en todas las encuestas desde hace al menos 15 años a esta parte”, aduce Guillermo Solís, politólogo, preocupado por lo que califica de “discrepancia absoluta entre lo que predicamos como valores supremos, y la práctica cuando se trata de favorecer a los grandes intereses transnacionales”.