"Debemos sembrar petróleo"
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 17 julio, 2008
Rodrigo Carazo Odio analiza crisis similar a la que él enfrentó a finales de la década de 1970
“Debemos sembrar petróleo”
• Ex presidente asegura que el país está más vulnerable hoy que hace 30 años
• “No se defendió la autosuficiencia alimentaria”, afirmó ex gobernante
Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net
Sin rencores, mirando desde la barrera a quienes hoy sufren desde el gobierno los embates de una nueva crisis internacional del petróleo, el ex presidente Rodrigo Carazo (1978-1982) analiza la situación actual en comparación a la que él enfrentó.
El ex gobernante considera que el país es más frágil que hace tres décadas, pues rezagó sus inversiones en energías renovables, cambió su modelo productivo en detrimento de la autosuficiencia y quedó desarmado ante una eventual convulsión internacional… Eventualidad que se hizo realidad y descubrió —según él— a una Costa Rica desprotegida.
¿Qué opina de la adhesión de Costa Rica a Petrocaribe?
Que el porcentaje que se quede debiendo habría que invertirlo en mejorar nuestra infraestructura energética, de manera que la dependencia del petróleo —en particular— y en general de factores externos, vaya siendo cada vez menor, porque en este momento la vulnerabilidad del país es crítica.
¿Cómo sería posible eso?
Como dijo el gran pensador venezolano Arturo Uslar Pietri, eso sería posible “sembrando el petróleo”. Lo fundamental es recuperar la independencia alimentaria, porque el país que no produce lo que come, está en la peor situación de vulnerabilidad. Además, hay que invertir en energía propia, pues el país tiene un gran potencial.
¿Qué recomendaría?
Es vital disminuir los costos del transporte, por ejemplo, mediante electrificación de trenes y buses; asimismo, hay que engrandecer la producción de energías renovables. Todo lo que se ahorre en importación y lo que se gane en producción de energías propias, serviría para ir cancelando la deuda conforme se acerque el plazo para hacerlo.
¿Está peor o mejor el país con respecto a la crisis petrolera que usted enfrentó a finales de la década de 1970?
Hoy el país está más vulnerable, sin lugar a la más mínima duda. En aquel entonces no se consumía tanto petróleo como ahora en energía eléctrica, pero hay que ir más allá, pues la crisis del crudo incide en la alimentación y es eso lo que más me preocupa.
¿Por qué?
Entonces éramos autosuficientes en arroz, tanto así, que incluso exportábamos. Había vocación agrícola, créditos. No obstante, el país fue conducido a importar lo que se come y a producir lo que otros querían que produjera. Quisieron justificar que era más barato, y entonces se cambió el enfoque de nuestras tierras a la siembra de postres (piña, melón). El resultado: la vulnerabilidad actual.
Pero la crisis también golpeó al país durante su administración…
Sí, pero nosotros teníamos Consejo de Producción y estancos mediante los cuales protegíamos a los costarricenses de los empresarios que quisieran especular, porque en esos establecimientos se ofrecían los productos a un precio justo. En lo energético, quizás esto no sea muy conocido, pero en nuestra época ya se mezclaba combustible con alcohol carburante. No obstante, al variar el esquema productivo no quedaron terrenos suficientes para destinar a los biocombustibles y se detuvo ese proceso que estaba bien encaminado.
¿Cuán preparado ve al país para enfrentar esta nueva crisis petrolera?
La situación es preocupante, porque no se visualiza ningún instrumento de defensa preparado, sino medidas de emergencia. No estamos preparados para el autoabastecimiento, se depende del petróleo hoy más que nunca, se retrasaron los proyectos en energías renovables y como no se ha invertido en infraestructura pues tenemos las mismas carreteras de hace 30 años y el cuádruple de carros, el gasto crece más y más.
¿Quienes le sucedieron debieron continuar la política de no hacer caso de los dictámenes del Fondo Monetario Internacional (FMI)?
Es que ni el FMI ha tenido claro qué hay que hacer, al punto que ha cambiado su forma de pensar varias veces. En su momento recomendó que se acumulara dinero en lugar de acumular comida, y ahora hay dudas sobre si el dinero alcanza para comprar la comida que se requiere. Era mejor tener garantizado el autoabastecimiento.
En su momento y durante varias campañas electorales usted fue muy criticado. ¿La crisis actual responde a una especie de “efecto bumerán”?
Ni me pongo a pensar en eso, porque “mal de muchos, consuelo de tontos”. Yo estoy preocupado por mi país.
“Debemos sembrar petróleo”
• Ex presidente asegura que el país está más vulnerable hoy que hace 30 años
• “No se defendió la autosuficiencia alimentaria”, afirmó ex gobernante
Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net
Sin rencores, mirando desde la barrera a quienes hoy sufren desde el gobierno los embates de una nueva crisis internacional del petróleo, el ex presidente Rodrigo Carazo (1978-1982) analiza la situación actual en comparación a la que él enfrentó.
El ex gobernante considera que el país es más frágil que hace tres décadas, pues rezagó sus inversiones en energías renovables, cambió su modelo productivo en detrimento de la autosuficiencia y quedó desarmado ante una eventual convulsión internacional… Eventualidad que se hizo realidad y descubrió —según él— a una Costa Rica desprotegida.
¿Qué opina de la adhesión de Costa Rica a Petrocaribe?
Que el porcentaje que se quede debiendo habría que invertirlo en mejorar nuestra infraestructura energética, de manera que la dependencia del petróleo —en particular— y en general de factores externos, vaya siendo cada vez menor, porque en este momento la vulnerabilidad del país es crítica.
¿Cómo sería posible eso?
Como dijo el gran pensador venezolano Arturo Uslar Pietri, eso sería posible “sembrando el petróleo”. Lo fundamental es recuperar la independencia alimentaria, porque el país que no produce lo que come, está en la peor situación de vulnerabilidad. Además, hay que invertir en energía propia, pues el país tiene un gran potencial.
¿Qué recomendaría?
Es vital disminuir los costos del transporte, por ejemplo, mediante electrificación de trenes y buses; asimismo, hay que engrandecer la producción de energías renovables. Todo lo que se ahorre en importación y lo que se gane en producción de energías propias, serviría para ir cancelando la deuda conforme se acerque el plazo para hacerlo.
¿Está peor o mejor el país con respecto a la crisis petrolera que usted enfrentó a finales de la década de 1970?
Hoy el país está más vulnerable, sin lugar a la más mínima duda. En aquel entonces no se consumía tanto petróleo como ahora en energía eléctrica, pero hay que ir más allá, pues la crisis del crudo incide en la alimentación y es eso lo que más me preocupa.
¿Por qué?
Entonces éramos autosuficientes en arroz, tanto así, que incluso exportábamos. Había vocación agrícola, créditos. No obstante, el país fue conducido a importar lo que se come y a producir lo que otros querían que produjera. Quisieron justificar que era más barato, y entonces se cambió el enfoque de nuestras tierras a la siembra de postres (piña, melón). El resultado: la vulnerabilidad actual.
Pero la crisis también golpeó al país durante su administración…
Sí, pero nosotros teníamos Consejo de Producción y estancos mediante los cuales protegíamos a los costarricenses de los empresarios que quisieran especular, porque en esos establecimientos se ofrecían los productos a un precio justo. En lo energético, quizás esto no sea muy conocido, pero en nuestra época ya se mezclaba combustible con alcohol carburante. No obstante, al variar el esquema productivo no quedaron terrenos suficientes para destinar a los biocombustibles y se detuvo ese proceso que estaba bien encaminado.
¿Cuán preparado ve al país para enfrentar esta nueva crisis petrolera?
La situación es preocupante, porque no se visualiza ningún instrumento de defensa preparado, sino medidas de emergencia. No estamos preparados para el autoabastecimiento, se depende del petróleo hoy más que nunca, se retrasaron los proyectos en energías renovables y como no se ha invertido en infraestructura pues tenemos las mismas carreteras de hace 30 años y el cuádruple de carros, el gasto crece más y más.
¿Quienes le sucedieron debieron continuar la política de no hacer caso de los dictámenes del Fondo Monetario Internacional (FMI)?
Es que ni el FMI ha tenido claro qué hay que hacer, al punto que ha cambiado su forma de pensar varias veces. En su momento recomendó que se acumulara dinero en lugar de acumular comida, y ahora hay dudas sobre si el dinero alcanza para comprar la comida que se requiere. Era mejor tener garantizado el autoabastecimiento.
En su momento y durante varias campañas electorales usted fue muy criticado. ¿La crisis actual responde a una especie de “efecto bumerán”?
Ni me pongo a pensar en eso, porque “mal de muchos, consuelo de tontos”. Yo estoy preocupado por mi país.