De la inversión y de los empleados
Alfredo Puerta alfredo.puerta@estrategia-financiera.net | Lunes 20 febrero, 2012
De la inversión y de los empleados
Cuando se toma la decisión de manejar las finanzas personales, uno de los principales anhelos es poder invertir alguna cantidad de dinero bien sea en el mercado de valores, el inmobiliario o en cualquier otra actividad económica que permita obtener un rendimiento adecuado.
En buena teoría todos deberíamos ser capaces de alcanzar este objetivo; no obstante pueden surgir algunas complicaciones; en especial, si nos encontramos bajo una relación de dependencia.
Para invertir es necesario tener recursos excedentarios, ya que de lo contrario no se pueden asumir los compromisos de riesgo y tiempo que muchas veces demandan las inversiones. Si usted necesita un vehículo para ir a su trabajo, es una buena idea comprar aquel que le sea más bajo de mantenimiento y que a su vez tenga un elevado precio de venta en el mercado secundario cuando decida cambiarlo, pero esto no puede ser considerado una inversión, debido a que no se puede desprender de él (venderlo) mañana mismo o comprar el de más alta rotación, ya que a lo mejor no se adapta a sus necesidades de transporte.
Debido a lo anterior, antes de invertir usted debe pensar primero en acumular un excedente de dinero que pueda usar. No es necesario pensar en un principio en grandes cantidades; de hecho, es preferible pensar en cantidades pequeñas al comienzo para luego ir creciendo poco a poco.
Otro problema que enfrentan los empleados es la poca capacidad que tienen sus ingresos de ajustarse a los cambios económicos, tal como la inflación y el tipo de cambio, ya que generalmente estos ajustes los determina la empresa de forma anual y en la mayoría de los casos por debajo del impacto real de estos fenómenos.
Es por ello que muchas veces es preferible para los empleados comenzar invirtiendo de forma segmentada, una porción que le permita ajustar el ingreso a los impactos económicos (generalmente instrumentos de renta variable como las acciones) y, otra parte en títulos que permitan incrementar y/o mantener la base de inversión, tales como bonos de mediano plazo y el mercado inmobiliario, entre otros.
Los teóricos de las inversiones confirman esto y agregan que una persona empleada a veces tiene que invertir en riesgos un poco mayores, ya que necesitan obtener mayores tasas de retorno y recuperación de capital rápido para fortalecerse económicamente en poco tiempo.
Es por ello que la evidencia muestra en los últimos años los empleados, son los que más invierten en negocios que están de moda tales como franquicias, gimnasios y otros; así como en emisiones primarias de empresas, gobiernos y capitales de riesgo, y que muchas veces se inician con los títulos emitidos por las propias empresas donde laboran.
Alfredo Puerta, MBA
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