De héroe a villano
| Martes 29 julio, 2014
De lo sublime (el Mundial) a lo ridículo (ejercer a la tica) hay un pequeño paso…
De héroe a villano
Verdad de Perogrullo: el fútbol fascina a multitudes y genera múltiples opiniones apasionadas. Y opuestas. La Selección de Costa Rica regresó del Mundial Brasil/14 con un entorchado nunca antes registrado en la Historia. Volvió sin un rasguño, es decir, sin perder un solo encuentro.
Héroe de la brillante jornada fue proclamado su entrenador Jorge Luis Pinto. Un diputado de Alajuela lo propuso para la honrosa presea de ciudadano de honor. El suceso se movilizaba sobre ruedas legendarias hasta que … aparecieron los intereses.
Nunca he cruzado palabra, ni saludo, con el señor Pinto. Prensa y TV fueron, son, mis únicas conexiones. Más bien, estimé, en su momento y en mi interno, que pagarle 25 mil dólares mensuales desbordaba la capacidad económica de la Federación si se camina con pies de plomo sobre el duro suelo de la realidad nacional.
Sin embargo, visto lo visto, perdón, quisiera hoy salir en defensa del entrenador colombiano, que soporta agrupada avalancha de críticas detractoras que pintan a Pinto como el villano de la película.
En una cita con los informadores, testigo el Presidente de la Fedefútbol, para despedirse del balompié nacional, clausurada la fallida renovación laboral, el ex seleccionador mencionó que dormía con un enemigo, en el cuerpo técnico, que conspiraba contra su tarea profesional. Y se armó el despelote universal ¿Quién?
Razón tuvo, en su día, Jorge Luis Pinto cuando propuso incorporar a gente de confianza, equipo de colombianos, para el apoyo físico/futbolístico. Porque, a tenor de lo publicado posteriormente, no estaba rodeado de un enemigo sino, al completo, de toda la plantilla. Cual Fuenteovejuna, auxiliares y sicólogo, jugadores y dirigentes, todos a una, tuvieron algo que reclamarle al ex timonel de la orgullosa nave futbolística costarricense.
A mi paso por la Facultad de Derecho, me quedó grabada una frase: El que prueba en demasía, prueba lo contrario. La unanimidad de los reproches traiciona a quienes exponen las quejas, de escasa sustancia y mucho bla bla bla. Está bien que, por gesto de solidaridad se acuerpe al compañero, que Pinto señaló, pero se entra en contradicciones, que traducen, entre líneas la verdad verdadera.
Pinto era exigente con la disciplina y el comportamiento. Traía a sus hombres a mecate corto, no disponía de favoritos, cualquiera de los escogidos podría ocupar lugar en el conjunto. Majadero algunas veces, acaso antipático, pero con una misión, misión cumplida: clasificar a Costa Rica más allá de los pronósticos que presagiaban poca duración en el torneo. Un maestro severo porque la letra con sangre entra.
Quienes buscan ahora pelos en la sopa añoran los tiempos de representar al país bajo los irresponsables aromas de juntarse, entrenarse y jugar “a la tica”. En otras palabras, vacilón y pachangas sin que moleste la vara directora de medir.
El diario digital de Madrid “El Confidencial” titulaba: “La Selección más feliz del mundo salta por los aires”. Eco, pues, de sorpresa, toda latitud, donde el balompié domina (¿dónde no?) La Fedefútbol tiene la oportunidad de no tragar cuentos y actuar rigurosamente entendiendo que de lo sublime (el Mundial) a lo ridículo (ejercer a la tica) hay un pequeño paso…
José María Penabad López