De impuestos, consultorías y publicidad
Luis Alejandro Álvarez redaccion@larepublica.net | Jueves 29 junio, 2017
De impuestos, consultorías y publicidad
Ya varias administraciones han apostado por que se aprueben por parte del Congreso iniciativas tributarias, todas sin éxito.
En el ocaso de la Administración Solís Rivera somos testigos de como la Presidencia insiste sobre la importancia de la aprobación de nuevos impuestos. Es obvio que urgen para que el Estado pueda continuar con sus funciones, y honrar sus compromisos, pero una mayoría hoy no lo ve con buenos ojos.
Ese sentimiento surge con la espiral de incremento del gasto por parte de los gobernantes, y el aumento de la burocracia, privilegios que se otorgaron en otras épocas, y la percepción de corrupción que no cede.
No hay una correlación entre el aumento del gasto estatal y los beneficios que recibimos y percibimos los ciudadanos, lo cual se traduce en una sensación de que pagar los impuestos es echar agua a un canasto.
Esta Administración en particular ha incrementado los presupuestos bajo su gestión en proporciones nunca vistas anteriormente, solo el primer año el aumento fue de más de un 19%, y continúa en aumento.
Mientras somos testigos de tales incrementos, que nos dejan con un sinsabor, nos enteramos que los gastos de publicidad de la primera administración del partido que desde su nacimiento hizo de su caballo de batalla la ética y la austeridad, que se han sobrepasado los rubros que gastaron las dos administraciones anteriores, bajo las cuales ya se había aumentado el gasto como si estuviésemos en tiempos de Jauja.
No solo está contagiado del incremento del gasto el Gobierno central, sino que cual virus se ha extendido y las instituciones autónomas hoy padecen de dicho mal: once de las muchas que existen, han aumentado el gasto en publicidad de siete mil seiscientos ochenta y cinco millones a diez mil ciento veintiocho millones. Un incremento de dos mil cuatrocientos cuarenta y tres millones.
Publicidad no es el único rubro que ha sufrido incrementos preocupantes, pues un tema tabú para el PAC, ampliamente criticado en el pasado, el gasto por consultorías en las instituciones autónomas se ha triplicado: Nueve instituciones que juntas presupuestaron cinco mil doscientos setenta millones de colones durante 2016, han presupuestado para este periodo dieciocho mil ochocientos dieciséis millones de colones, un incremento que supera los trece mil millones quinientos mil colones.
Hoy más que nunca, a pesar de los esfuerzos por mejorar la recaudación, y que han generado un pequeño alivio al déficit fiscal, los gobernantes actuales, y mucho más quienes lleguen a Zapote a partir del próximo mayo, deben tomar conciencia de que hay que racionalizar el gasto y evitar un incremento en los rubros que no nos generan beneficios a los ciudadanos, tal como lo es la publicidad y consultorías.
Al acercarnos cada vez más al inicio de la campaña para escoger al sucesor de Solís Rivera, urge un compromiso real y efectivo de los candidatos que nos garantice no seguir en esta escalada de aumento del gasto.
El compromiso que adquiera quien dirija Costa Rica los próximos cuatro años debe ir más allá de promesas y frases lindas de campaña, las cuales han abundado en el pasado, para que el Estado de forma efectiva se zoque la faja.
Abogado y Notario Público
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