Crisis en Siria reúne a líderes políticos
EFE | Lunes 13 mayo, 2013
Crisis en Siria reúne a líderes políticos
El presidente de EE.UU., Barack Obama, recibirá hoy al primer ministro británico, David Cameron, para analizar asuntos como la crisis en Siria, la cooperación económica y comercial, la seguridad global, y los preparativos para la cumbre del G-8 en Irlanda del Norte el mes próximo.
Cameron iniciará mañana su visita de tres días a EE.UU., su segunda visita oficial desde que asumió el cargo en 2010.
La visita se produce en unos momentos en que Washington y Londres buscan aumentar las presiones para que el régimen sirio de Bachar al Asad negocie una solución política al conflicto en ese país árabe, que ha dejado más de 70 mil muertos.
Como parte de su gira diplomática, Cameron viajó el viernes pasado a Rusia, donde se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, en el balneario de Sochi (mar Negro), para tratar la crisis en Siria. Esa visita dejó en claro que aunque ambos comparten el deseo de frenar la violencia, difieren respecto a cómo conseguir la paz en ese país.
Cameron apoya la propuesta de Moscú y Washington de celebrar a finales de este mes una conferencia internacional sobre Siria, a la que serán invitados miembros del régimen de Damasco y de la oposición, aunque consideró que el objetivo del encuentro debe ser "la creación y consolidación de un Gobierno de transición en Siria".
Aunque tanto EE.UU. como el Reino Unido creen que existen crecientes pruebas de que Siria ha usado armas químicas, lo que para Obama constituiría cruzar la "línea roja", por ahora ni Estados Unidos ni la Unión Europea han dado indicios de apoyar una intervención militar o de que comenzarán a armar a los rebeldes.
De hecho, la Unión Europea (UE) mantiene sin cambios un embargo de armas contra la Coalición Nacional, el principal grupo opositor en Siria.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo el miércoles pasado que la visita de Cameron destaca "la importancia fundamental" de las relaciones entre dos países que comparten un amplio gama de desafíos respecto a la seguridad global y regional.
En ese sentido, Obama espera discutir con Cameron un abanico de temas de interés mutuo, incluyendo "Siria, la cooperación económica y comercial, la lucha antiterrorista y prioridades de la próxima cumbre del G-8", precisó Carney.
Agregó que EE.UU. y el Reino Unido gozan de una "relación especial" y coinciden en una "tremenda importancia estratégica" para profundizar la cooperación bilateral frente a retos globales.
Estados Unidos y el Reino Unido, sede de importantes centros financieros mundiales, cuentan con la mayor relación de inversiones bilaterales en el mundo: en 2011, la inversión extranjera directa de EE.UU. en el Reino Unido fue de cerca de $550 mil millones, mientras que la británica en este país superó los $442 mil millones, según datos oficiales.
Derek E. Mix, analista de asuntos europeos del Congressional Research Service, que realiza estudios a petición del Legislativo estadounidense, señaló el mes pasado que, pese a la cambiante dinámica geopolítica, los expertos vaticinan que ambos países seguirán siendo "estrechos aliados" en la lucha antiterrorista, la misión de la OTAN en Afganistán, los esfuerzos para frenar las ambiciones nucleares de Irán y otros desafíos globales.
Obama y Cameron volverán a encontrarse en la cumbre del G-8 en la ciudad norirlandesa de Lough Erne, programada para el 17 y 18 de junio próximos y que tendrá como anfitrión al primer ministro británico.
La visita de Cameron a Washington se produce en unos momentos en que algunos miembros de su Partido Conservador presionan para que el Reino Unido abandone la UE, de cara al próximo referendo de 2017.
La UE, integrada por 27 naciones, afronta un momento coyuntural, tomando en cuenta la crisis fiscal en la eurozona y altas tasas de desempleo en varios de sus países miembros.
Sin embargo, la semana pasada, Cameron expresó confianza en la posibilidad de efectuar reformas en el seno de la UE, al tiempo que reafirmó la importancia de promover nuevos acuerdos comerciales entre la UE, Estados Unidos y Canadá.
Washington/EFE