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Crisis en Asamblea Legislativa

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Lunes 02 mayo, 2011




Presidente del Congreso no pudo ser electo por fuerte pugna entre diputados
Crisis en Asamblea Legislativa
El miedo a la traición en los dos bandos evitó el establecimiento de un mecanismo de votación que garantizara el secreto del sufragio

El miedo a perder la elección del presidente del Congreso, en ambos bandos, evitó ayer que se nombrara al nuevo directorio legislativo para este año, generando nuevas pruebas de ingobernabilidad en el primer poder de la República, además de un show político sin referentes en la historia del país.
La manzana de la discordia durante la jornada, que se extendió desde las 9 a.m. hasta las 7 p.m., fue sin duda alguna la utilización de un mecanismo de votación que garantizara que el sufragio fuera secreto.
Para los integrantes del bloque opositor, compuesto por 31 diputados de Acción Ciudadana (PAC), Accesibilidad Sin Exclusión (PASE), Movimiento Libertario (ML), Unidad Social Cristiana (PUSC) y Frente Amplio, era de vital importancia establecer mecanismos de control cruzado por medio de sus asesores o de los mismos diputados, con el objetivo de evitar una traición dentro del bloque ya que, según ellos, “las presiones han sido muy intensas en los últimos días”.
Por su parte, el oficialista Liberación Nacional (PLN) defendió a capa y espada que el voto no fuera fiscalizado de ninguna manera, para que los legisladores desertores del bloque opositor pudieran votar sin que sus pares determinaran quién era el traidor, ya que habían negociado confidencialidad con ellos, explicaron los verdiblancos.
Durante la semana que precedió a la sesión solemne de ayer, el bloque no oficialista firmó un pacto para repartirse los puestos del directorio y estableció que aquel legislador que violentara el acuerdo, sería expulsado de la fracción y del partido.
El puesto de presidente del Congreso es de vital importancia, ya que tiene la potestad de ordenar el debate legislativo, repartir a los legisladores en las comisiones y acelerar el debate de los proyectos de ley, entre otras funciones.
Tradicionalmente, el partido de gobierno dirige la Asamblea Legislativa. La última vez que no sucedió esto, fue durante el Gobierno de José Joaquín Trejos Fernández (1966-1970).
“Nosotros tenemos el derecho de controlar los votos como queramos, nadie nos va a quitar esa posibilidad. El control cruzado es para evitar que alguno de los legisladores del bloque se nos saliera del canasto, ya que las presiones que ha ejercido el Poder Ejecutivo en los últimos días, son inconfesables. Para nadie es un secreto que la traición pudo haberse concretado, sí teníamos temor”, expresó Luis Fishman, legislador del PUSC.
Desde el inicio de la sesión parlamentaria de ayer, la polémica tomó un rol preponderante, ya que Luis Gerardo Villanueva, ex presidente del Congreso, trató de sacar a los asesores de la oposición del Plenario y al mismo tiempo resolvió que los diputados tenían que sentarse en sus respectivas curules y no en otros asientos, como pretendían, para fiscalizarse mutuamente.
Ante esta situación, el PLN presionó para la conformación de una urna, la cual fue ubicada en el podio. El bloque opositor protestó porque la costumbre legislativa ha sido que se entreguen boletas de votación a cada legislador.
Como el oficialismo no atendió los reclamos, la oposición abandonó el Plenario por el cafetín, rompiendo el quórum e invalidando la sesión.
Sin embargo, esta continuó y pocos minutos después, con la presencia solo de los 24 legisladores liberacionistas y los dos evangélicos, se reeligió a Villanueva como el Presidente del Congreso.
No obstante, poco tiempo después, este tuvo que declinar al nombramiento, debido a los fuertes reclamos de la oposición, que cuestionaba la validez de la votación, pues no había quórum.
Asimismo, la sesión no se reanudó más, por lo que Laura Chinchilla, presidenta de la República, no pudo dar su primer informe de labores.
“Yo le puedo asegurar que nosotros veníamos muy tranquilos a votar, ya que varios diputados del bloque opositor nos ofrecieron sus votos, a cambio de mantener la confidencialidad, ya que han sido amenazados de ser expulsados de sus fracciones. Cuando vimos el marcaje que les estaban haciendo, que habían repartido tintas a cada una de las fracciones, además de otras marcas, nos opusimos y hablamos fuerte, para tratar de garantizar que el voto fuera secreto, pero al final ellos rompieron el quórum y no se pudo hacer nada”, explicó Alicia Fournier, diputada del PLN.
La oposición pretendía nombrar a Juan Carlos Mendoza, legislador del PAC, como nuevo presidente del Congreso, mientras que los otros puestos del directorio serían ocupados por diputados del PUSC, el PASE y el ML.
La imposibilidad del Congreso para ponerse de acuerdo en la designación del Presidente y los otros cargos, fue considerada como una prueba de ingobernabilidad por parte de analistas.
“Es una verdadera prueba de ingobernabilidad, el control del directorio se convirtió en un fin y no en un medio para PLN, y lo están llevando al extremo al poner en riesgo el juego democrático y la institucionalidad de la Asamblea Legislativa, ya que hoy, el Congreso está descabezado. Una crisis como esta nunca la habíamos vivido, entraron en una espiral sin saber hasta dónde llegaron. Fue un espectáculo sin precedentes”, afirmó Manuel Rojas, analista político.

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net






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