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Crédito de vivienda: inalcanzable para la clase media

| Martes 08 febrero, 2011


Crédito de vivienda: inalcanzable para la clase media

Atraído por la amplia oferta crediticia que la banca, mutuales y cooperativas están publicitando en estos días, el mes pasado se me acercó un amigo solicitándome que lo aconsejara sobre qué elementos, aparte de la cuota por millón, debería tomar en cuenta para poner en trámite un crédito para comprar vivienda; basado en mi experiencia laboral relacionado con el tema, enfoqué mi respuesta en tres elementos que desde mi punto de vista todo ciudadano debe conocer antes de aventurarse a tramitar un crédito de vivienda y me basé en un ejemplo de un crédito de ¢35 millones.
1er elemento: El aporte real que deben realizar los clientes: Los bancos más apegados a lo que establece el regulador a esa garantía como mitigación de riesgo, exigen como mínimo un aporte del 20% (¢7 millones) existiendo en la oferta crediticia bancos que solo exigen el 10% (¢3,5 millones); y otros mucho más arriesgados que no exigen aporte.
2ndo elemento: Costos directos asociados al trámite: Hay que tener recursos líquidos para pagar la comisión bancaria, gastos de peritaje, honorarios legales para confeccionar la hipoteca, gastos registrales para inscribir la garantía, y primas de seguros, entre otros, que redundan entre un 6% y un 9%. Para nuestro ejemplo utilizaremos un 7,5%, lo que significa ¢2,7 millones.
3er elemento: Costos directos asociados a la construcción: Aplicable para los clientes que desean construir su vivienda en vez de comprarla construida, con el afán de ahorrarse algo de dinero. Ellos se deben afrontar a honorarios profesionales para realizar el plano constructivo, plano eléctrico, supervisión de obras, visados municipales, acometida de agua, luz, pólizas de riesgo de trabajo, asegurar a los empleados, etc. Eso se estima que se ubica entre un 3% y un 5%, lo que para nuestro ejemplo redunda en ¢1,4 millones.
La pregunta que de inmediato le realicé a mi amigo en el mejor de los casos fue: ¿Tiene usted acceso a ¢8 millones actualmente? La respuesta de mi amigo fue una, debo conseguirlos prestados.
¿Está la clase media habilitada para cubrir todos esos gastos? Mi respuesta es que no, y la experiencia señala que a los más afortunados los ayudan sus padres, los más arriesgados se endeudan con créditos paralelos y tarjetas de crédito, y el resto (la mayoría) inician programas de ahorro o simplemente postergan la decisión de tener casa propia.
Esa interrogante no existe en la vivienda subsidiada de clases bajas, ni en las personas adineradas que construyen sus viviendas con poco o sin apalancamiento crediticio; pero es la clave para asegurar el acceso al crédito de vivienda a la clase media. Permitir que los bancos reconozcan como aporte esos gastos directos, que el regulador permita que esa garantía mitigue más allá del 80%, que el Gobierno amplié las ”declaratorias de interés social” para la clase media con lo que los costos de trámite se reducirían en un 50%, y que se impulse la construcción de viviendas construidas (llave en mano) para eliminar los costos asociados a la construcción, son elementos que unidos a los esfuerzos actuales (bono diferido y recursos a tasa fija), ayudarían a acceder al crédito a la clase media.

Mynor Retana Cárdenas
Ingeniero
mretanaca@gmail.com





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