Crear empleo es la mejor celebración

Para celebrar el 1º de mayo, como Día de los Trabajadores, debemos hacerlo reflexionando sobre la dignidad de estos como seres humanos, y ello implica, entre otras cosas, pensarlos como integrantes del pilar fundamental sobre el que se construye la sociedad que es la familia.

Este es el espacio ideal para el buen desarrollo de las personas. Para posibilitar a cada uno de sus miembros el despliegue de su potencial en un ambiente favorable, seguro y lleno de amor.

A pesar de su destrucción sistemática, la familia sigue siendo el sostén del tejido social y en este núcleo lo básico es el empleo, que debe ser además de calidad porque con este la mayoría de los costarricenses y de los trabajadores del mundo sostienen los hogares en donde nacen, crecen y se educan los hijos. Son el gran semillero de la patria y para que florezcan sanos y fuertes deben contar con la paz y seguridad y soporte que proporciona el buen empleo.

De lo contrario, sin trabajo digno que permita el desarrollo de las aspiraciones humanas, sobrevendrá la desgracia. Aparecerá una zona rural seriamente afectada, como la tenemos ahora, y en ella muy especialmente la mujer. Surgirá la economía informal, subterránea, y esta no es más que un intento de aplacar de algún modo las carencias por la falta de empleo, pero no es sana, ocasiona despreocupación, sentimientos y actitudes de marginalidad puesto que no cotiza, no contribuye de manera solidaria para la solución de los problemas del conglomerado.

Esto deriva en otros males como la prostitución, la piratería, el fraude y muchos más que se encadenan y enferman a la sociedad produciendo multiplicidad de nefastos síntomas y consecuencias.

Es por eso que en este 1º de mayo lo importante es analizar cuáles son las políticas adoptadas en el país y verificar si estas contemplan solo la visión monetarista o tienen una mira alta y completa que garantice que todos los costarricenses puedan celebrar cada año el día de los trabajadores contando con empleo de buena calidad.

Solo así podemos celebrar y sentirnos bien como parte de la gran familia costarricense construyendo día a día su destino.