"Costa Rica debe estructurar el mercado de biocombustibles"
| Jueves 29 octubre, 2009
En el segundo semestre de 2010 se mezclará etanol con gasolina súper en todo el país
“Costa Rica debe estructurar el mercado de biocombustibles”
Miguel Dabdoud es el director del Instituto Brasileño de Biodiésel. Ayer estuvo presente en el “mes de la calidad” de Recope
Habría capacidad para producir 450 millones de barriles de biodiésel anuales
Daniel Zueras
dzueras@larepublica.net
Costa Rica aprobó un decreto en que se limita al 8% la mezcla de biocombustibles en los carburantes ¿Se debe a limitaciones técnicas, a estar en fase inicial…?
Muy probablemente se debe a la fase inicial. Costa Rica debe estructurar el mercado de biocombustibles, y la limitación es fruto de esa necesidad. Es la manera más inteligente de construir un mercado futuro, porque no se adelanta diciendo: “vamos a abastecer el mercado en un 100%” si el producto no existe. Con seguridad el consumidor quedará insatisfecho.
Hay que ir estructurando el sector de distribución, pero también el productivo para que pase a haber una producción local. Caso contrario, un país como Costa Rica podría mantenerse como un mero importador. Estaría cambiando de los combustibles fósiles que importa a renovables que también importará.
¿Existe potencial en el país?
Muy grande. En Costa Rica se podría expandir la producción de palma africana en 90 mil hectáreas. Si salen 5 mil litros por hectárea, existe una capacidad de producción anual de 450 millones de litros de biodiésel, sin tocar la producción actual, que es con finalidad alimentaria.
No es una lucha entre la seguridad energética y la alimentaria de la población local, y sí de evaluar la importancia de la seguridad energética del país (rebaja la dependencia del exterior), la generación de empleos y retención de sus divisas. En Brasil el etanol genera 1,3 millones de empleos, y el biodiésel, mucho menos desarrollado, 200 mil empleos.
El presidente Lula estuvo aquí en junio dando un impulso a la cooperación en biocombustibles. ¿En qué ha quedado?
Es necesario que muchos otros países se incluyan en el circuito productivo y consumidor de los biocombustibles para transformarlos en “commodities” reales y globales. En este momento el escenario mundial nos muestra que los derivados del petróleo y el petróleo crudo pueden ser comercializados libremente en muchos países sin cargas impositivas significativas, pero existen barreras en la importación de biocombustibles.
Para consolidar un escenario global debe continuarse los apoyos bi y multilaterales con otros países, y ese es el caso entre Brasil y Costa Rica. Brasil quiere que sea llevado adelante.
¿La palma (para producir biodiésel y mezclarlo con el diésel) y la caña de azúcar (para etanol, con gasolina) son las más eficientes energéticamente?
Sin duda. Brasil lo ha comprobado. Por cada unidad energética utilizada para la creación de etanol, la caña de azúcar genera diez unidades de energía.
La palma africana es la reina de la producción de aceites. América Central presenta un gran potencial de producción, una experiencia muy grande en el desarrollo de esas plantaciones, que pueden extenderse si se garantiza el mercado. Aquí lo más importante es saber si en cuestiones de legislación un decreto es suficiente para garantizar la atracción de la inversión, porque el inversionista se sentirá con el respaldo de una seguridad jurídica.
¿Una ley sería más efectiva?
Países como Brasil o Argentina ya lo han hecho. Han introducido el uso obligatorio de las mezclas de biocombustibles, con eso han potenciado la inversión en función de la demanda inducida, que a los ojos del inversionista es el mejor atractivo, incluso más que el financiamiento competitivo, que en muchos casos puede ser necesario. Pero si no existe la garantía del mercado en el medio y largo plazo, se queda en nada.
¿Cómo comenzó la apuesta brasileña por los biocombustibles?
Brasil comenzó 40 años atrás con un programa oficial de introducción del etanol mezclado a las gasolinas. En los 70, tras la crisis del petróleo, Brasil resolvió que tendría que sustituir parte del petróleo que en la época importaba.
Desde entonces hemos llegado hasta el punto actual en que mezclamos el 25% de etanol en todas nuestras gasolinas.
¿Por qué no más mezcla? Por impuestos y legislación, no por cuestiones técnicas. Por ocho meses tenemos precios inferiores en un 40% al precio de la gasolina.
Alternativamente en las gasolineras existe la posibilidad de poder comprar etanol puro.
¿Con qué combustibles surten los carros en Brasil?
Durante más de una década Brasil tuvo un 95% de sus vehículos abastecido con etanol. Tras una crisis de provisión, fabricación y precios, aumentó nuevamente la flota de vehículos movidos con gasolina.
En los últimos cinco años se han introduciendo los vehículos “flex fuel” que utilizan gasolina o etanol en cualquier proporción variando de cero a 100 por ciento.
En los próximos cinco años, Brasil no producirá más carros que utilicen exclusivamente la gasolina.
Además, en 2005 se sancionó la ley del biodiésel. Hoy se mezcla al 3% y en enero subirá al 5%.
“Costa Rica debe estructurar el mercado de biocombustibles”
Miguel Dabdoud es el director del Instituto Brasileño de Biodiésel. Ayer estuvo presente en el “mes de la calidad” de Recope
Habría capacidad para producir 450 millones de barriles de biodiésel anuales
Daniel Zueras
dzueras@larepublica.net
Costa Rica aprobó un decreto en que se limita al 8% la mezcla de biocombustibles en los carburantes ¿Se debe a limitaciones técnicas, a estar en fase inicial…?
Muy probablemente se debe a la fase inicial. Costa Rica debe estructurar el mercado de biocombustibles, y la limitación es fruto de esa necesidad. Es la manera más inteligente de construir un mercado futuro, porque no se adelanta diciendo: “vamos a abastecer el mercado en un 100%” si el producto no existe. Con seguridad el consumidor quedará insatisfecho.
Hay que ir estructurando el sector de distribución, pero también el productivo para que pase a haber una producción local. Caso contrario, un país como Costa Rica podría mantenerse como un mero importador. Estaría cambiando de los combustibles fósiles que importa a renovables que también importará.
¿Existe potencial en el país?
Muy grande. En Costa Rica se podría expandir la producción de palma africana en 90 mil hectáreas. Si salen 5 mil litros por hectárea, existe una capacidad de producción anual de 450 millones de litros de biodiésel, sin tocar la producción actual, que es con finalidad alimentaria.
No es una lucha entre la seguridad energética y la alimentaria de la población local, y sí de evaluar la importancia de la seguridad energética del país (rebaja la dependencia del exterior), la generación de empleos y retención de sus divisas. En Brasil el etanol genera 1,3 millones de empleos, y el biodiésel, mucho menos desarrollado, 200 mil empleos.
El presidente Lula estuvo aquí en junio dando un impulso a la cooperación en biocombustibles. ¿En qué ha quedado?
Es necesario que muchos otros países se incluyan en el circuito productivo y consumidor de los biocombustibles para transformarlos en “commodities” reales y globales. En este momento el escenario mundial nos muestra que los derivados del petróleo y el petróleo crudo pueden ser comercializados libremente en muchos países sin cargas impositivas significativas, pero existen barreras en la importación de biocombustibles.
Para consolidar un escenario global debe continuarse los apoyos bi y multilaterales con otros países, y ese es el caso entre Brasil y Costa Rica. Brasil quiere que sea llevado adelante.
¿La palma (para producir biodiésel y mezclarlo con el diésel) y la caña de azúcar (para etanol, con gasolina) son las más eficientes energéticamente?
Sin duda. Brasil lo ha comprobado. Por cada unidad energética utilizada para la creación de etanol, la caña de azúcar genera diez unidades de energía.
La palma africana es la reina de la producción de aceites. América Central presenta un gran potencial de producción, una experiencia muy grande en el desarrollo de esas plantaciones, que pueden extenderse si se garantiza el mercado. Aquí lo más importante es saber si en cuestiones de legislación un decreto es suficiente para garantizar la atracción de la inversión, porque el inversionista se sentirá con el respaldo de una seguridad jurídica.
¿Una ley sería más efectiva?
Países como Brasil o Argentina ya lo han hecho. Han introducido el uso obligatorio de las mezclas de biocombustibles, con eso han potenciado la inversión en función de la demanda inducida, que a los ojos del inversionista es el mejor atractivo, incluso más que el financiamiento competitivo, que en muchos casos puede ser necesario. Pero si no existe la garantía del mercado en el medio y largo plazo, se queda en nada.
¿Cómo comenzó la apuesta brasileña por los biocombustibles?
Brasil comenzó 40 años atrás con un programa oficial de introducción del etanol mezclado a las gasolinas. En los 70, tras la crisis del petróleo, Brasil resolvió que tendría que sustituir parte del petróleo que en la época importaba.
Desde entonces hemos llegado hasta el punto actual en que mezclamos el 25% de etanol en todas nuestras gasolinas.
¿Por qué no más mezcla? Por impuestos y legislación, no por cuestiones técnicas. Por ocho meses tenemos precios inferiores en un 40% al precio de la gasolina.
Alternativamente en las gasolineras existe la posibilidad de poder comprar etanol puro.
¿Con qué combustibles surten los carros en Brasil?
Durante más de una década Brasil tuvo un 95% de sus vehículos abastecido con etanol. Tras una crisis de provisión, fabricación y precios, aumentó nuevamente la flota de vehículos movidos con gasolina.
En los últimos cinco años se han introduciendo los vehículos “flex fuel” que utilizan gasolina o etanol en cualquier proporción variando de cero a 100 por ciento.
En los próximos cinco años, Brasil no producirá más carros que utilicen exclusivamente la gasolina.
Además, en 2005 se sancionó la ley del biodiésel. Hoy se mezcla al 3% y en enero subirá al 5%.