Cosméticos naturales, no tan naturales
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 23 julio, 2011
Cosméticos naturales, no tan naturales
La etiqueta “natural” no siempre se corresponde con lo que piensa la gente
Cremas con extracto de camomila, desodorante con agua de rosas o pasta de dientes con flor de azahar son algunos de los cosméticos naturales cuyos nombres suenan bien a priori. Pero no todos esos productos están compuestos realmente de ingredientes naturales.
La etiqueta “natural” no siempre se corresponde con lo que piensa la gente, afirma Jenny Pohl, portavoz de la asociación alemana de farmacéuticos, dietistas y personal dedicado al cuidado de la salud.
“Por desgracia, algunas industrias se están aprovechando de la demanda de productos naturales para promocionar los suyos como naturales u orgánicos, aunque en realidad contengan pocos ingredientes naturales adicionales”, sostiene la experta. Estos productos suelen estar enriquecidos con sustancias basadas en aceites minerales. Y “el fenómeno del ‘lavado verde’ está contribuyendo a la confusión entre los consumidores”.
Birgit Huber, de la asociación de productos para el cuidado personal en Fráncfort, está de acuerdo. “El adjetivo ‘natural’ en la etiqueta de un producto o el uso de imágenes como por ejemplo una flor no significa que el producto sea un cosmético natural”, dice.
Es cierto que los consumidores siempre pueden buscar los sellos de calidad de varias organizaciones que garantizan que un producto sea realmente natural, pero no todas las veces se encuentran estos sellos para todas las categorías de cosméticos, afirma Pohl.
Así, teñirse el pelo de rubio platino es completamente imposible de lograr si solo se usan agentes naturales. Incluso si el embalaje indica que uno de los ingredientes es extracto de litchi, casi seguro que el tinte contiene peróxido de hidrógeno (agua oxigenada).
Y lo mismo sucede con las cremas solares: probablemente tengan el ingrediente natural que indican, pero no funcionarían sin los químicos que también contienen.
Por otro lado, y pese a todas sus promesas, los cosméticos naturales no son adecuados para todo el mundo. Aunque no contengan aditivos que puedan ser irritantes, como las fragancias artificiales, los alérgicos a ingredientes como la camomila no podrán usar las cremas que la contengan.
“A menudo se dice que los cosméticos naturales tienen un mayor potencial para las alergias”, advierte Catharine Banch, de la asociación alemana de bienestar. Quienes quieran estar seguros de que los productos no les causarán una reacción, mejor que no los usen, señala.
Los fabricantes europeos están obligados a escribir la información sobre los ingredientes de sus productos en el embalaje, utilizando la nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos. Esta lista también se usa en otras partes del mundo para reducir el riesgo de reacciones alérgicas. Los farmacéuticos pueden traducir y explicar las consecuencias de los componentes químicos y biológicos.
Sin embargo, Huber afirma que los cosméticos naturales y los convencionales se consideran iguales en términos científicos y legales. Y esto también se aplica al modo en que son tolerados. Por eso, lo mejor que un usuario puede hacer es consultar a un especialista y hacerse un análisis de piel para ver de qué tipo de producto se trata realmente.
Por otro lado, la eficacia de los cosméticos naturales ya no es inferior a la de otros productos para el cuidado personal. De hecho, algunos cosméticos naturales son mejores que los que contienen químicos agresivos, afirman los expertos. Por ejemplo, una marca orgánica demostró recientemente que el aceite de citronella es cinco veces más eficaz contra el acné que el ácido salicílico.
Además, la vida útil de los cosméticos naturales ahora también es comparable a la de los productos convencionales. Se acabaron los botes pequeños de cremas mezcladas en alguna trastienda, dice Pohl. Casi todos usan los mismos conservantes.
Ante este panorama, observadores del mercado señalan que las diferencias de calidad, eficacia y vida útil entre productos naturales y convencionales ya no son tan grandes. Y sucede lo mismo en cuanto a sus consecuencias para el medio ambiente, dice Banach. Solo porque los productos naturales están hechos a base de plantas no significa que puedan ser producidos en cantidades ilimitadas.
“En todo el mundo unas 15 mil plantas utilizadas en la alimentación, cosmética y medicina están en peligro de extinción en sus hábitat naturales”, afirma. No obstante, otros expertos como Pohl sostienen que muchos fabricantes de productos naturales llevan décadas cultivando las plantas que necesitan para su industria y tienen un buen incentivo para hacerlo de forma sostenible.
Berlín / DPA
La etiqueta “natural” no siempre se corresponde con lo que piensa la gente
Cremas con extracto de camomila, desodorante con agua de rosas o pasta de dientes con flor de azahar son algunos de los cosméticos naturales cuyos nombres suenan bien a priori. Pero no todos esos productos están compuestos realmente de ingredientes naturales.
La etiqueta “natural” no siempre se corresponde con lo que piensa la gente, afirma Jenny Pohl, portavoz de la asociación alemana de farmacéuticos, dietistas y personal dedicado al cuidado de la salud.
“Por desgracia, algunas industrias se están aprovechando de la demanda de productos naturales para promocionar los suyos como naturales u orgánicos, aunque en realidad contengan pocos ingredientes naturales adicionales”, sostiene la experta. Estos productos suelen estar enriquecidos con sustancias basadas en aceites minerales. Y “el fenómeno del ‘lavado verde’ está contribuyendo a la confusión entre los consumidores”.
Birgit Huber, de la asociación de productos para el cuidado personal en Fráncfort, está de acuerdo. “El adjetivo ‘natural’ en la etiqueta de un producto o el uso de imágenes como por ejemplo una flor no significa que el producto sea un cosmético natural”, dice.
Es cierto que los consumidores siempre pueden buscar los sellos de calidad de varias organizaciones que garantizan que un producto sea realmente natural, pero no todas las veces se encuentran estos sellos para todas las categorías de cosméticos, afirma Pohl.
Así, teñirse el pelo de rubio platino es completamente imposible de lograr si solo se usan agentes naturales. Incluso si el embalaje indica que uno de los ingredientes es extracto de litchi, casi seguro que el tinte contiene peróxido de hidrógeno (agua oxigenada).
Y lo mismo sucede con las cremas solares: probablemente tengan el ingrediente natural que indican, pero no funcionarían sin los químicos que también contienen.
Por otro lado, y pese a todas sus promesas, los cosméticos naturales no son adecuados para todo el mundo. Aunque no contengan aditivos que puedan ser irritantes, como las fragancias artificiales, los alérgicos a ingredientes como la camomila no podrán usar las cremas que la contengan.
“A menudo se dice que los cosméticos naturales tienen un mayor potencial para las alergias”, advierte Catharine Banch, de la asociación alemana de bienestar. Quienes quieran estar seguros de que los productos no les causarán una reacción, mejor que no los usen, señala.
Los fabricantes europeos están obligados a escribir la información sobre los ingredientes de sus productos en el embalaje, utilizando la nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos. Esta lista también se usa en otras partes del mundo para reducir el riesgo de reacciones alérgicas. Los farmacéuticos pueden traducir y explicar las consecuencias de los componentes químicos y biológicos.
Sin embargo, Huber afirma que los cosméticos naturales y los convencionales se consideran iguales en términos científicos y legales. Y esto también se aplica al modo en que son tolerados. Por eso, lo mejor que un usuario puede hacer es consultar a un especialista y hacerse un análisis de piel para ver de qué tipo de producto se trata realmente.
Por otro lado, la eficacia de los cosméticos naturales ya no es inferior a la de otros productos para el cuidado personal. De hecho, algunos cosméticos naturales son mejores que los que contienen químicos agresivos, afirman los expertos. Por ejemplo, una marca orgánica demostró recientemente que el aceite de citronella es cinco veces más eficaz contra el acné que el ácido salicílico.
Además, la vida útil de los cosméticos naturales ahora también es comparable a la de los productos convencionales. Se acabaron los botes pequeños de cremas mezcladas en alguna trastienda, dice Pohl. Casi todos usan los mismos conservantes.
Ante este panorama, observadores del mercado señalan que las diferencias de calidad, eficacia y vida útil entre productos naturales y convencionales ya no son tan grandes. Y sucede lo mismo en cuanto a sus consecuencias para el medio ambiente, dice Banach. Solo porque los productos naturales están hechos a base de plantas no significa que puedan ser producidos en cantidades ilimitadas.
“En todo el mundo unas 15 mil plantas utilizadas en la alimentación, cosmética y medicina están en peligro de extinción en sus hábitat naturales”, afirma. No obstante, otros expertos como Pohl sostienen que muchos fabricantes de productos naturales llevan décadas cultivando las plantas que necesitan para su industria y tienen un buen incentivo para hacerlo de forma sostenible.
Berlín / DPA