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Convención colectiva de Japdeva está blindada

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Viernes 27 febrero, 2015


“Todo lo que está en la convención son derechos adquiridos y por tanto, no se puede desmejorar”, concluyó Ronaldo Blear, secretario del sindicato de Japdeva. Archivo/La República


Cambios solo son posibles si trabajadores aceptan

Convención colectiva de Japdeva está blindada

Alrededor de 1.500 empleados se reparten ¢7 mil millones al año en pluses salariales

Sin el aval del sindicato de trabajadores de Japdeva, el Gobierno no puede cambiar ningún punto en la convención colectiva que cobija a los empleados de esa institución.

Sin importar la voluntad de Zapote para preparar mejor a Japdeva para la inminente competencia de APM Terminals, a final de cuentas, son los propios trabajadores quienes deciden si seguirán repartiéndose unos ¢7 mil millones al año en pluses salariales.
Las cláusulas dentro de una convención son consideradas derechos de los trabajadores y solo se pueden modificar con el aval de las dos partes.
Esto significa que el Gobierno no puede romper unilateralmente el contrato de convención colectiva con los trabajadores de Japdeva, sin importar que, tras meses de negociación o incluso años, no se llegue a un acuerdo.
Por otra parte, los beneficios de la convención se mantienen vigentes mientras dure la negociación, aunque la convención colectiva haya vencido en diciembre.
De esta forma, el Gobierno está atado de manos, pues no puede ni modificar, ni eliminar la convención y al mismo tiempo, está obligado a respetar los beneficios de dicho acuerdo, reconoció Víctor Morales, jerarca de trabajo.
Sobre este tema, Morales no quiso adelantar criterio sobre lo que hará el Gobierno, pues todavía las negociaciones entre los trabajadores y Japdeva no han terminado.
Por su parte, Ronaldo Blear, secretario general del sindicato de Japdeva, negó cualquier posibilidad de desmejorar los beneficios que tienen los empleados de la institución. El sindicalista confirmó que hasta inicios de febrero iniciaron los contactos con el Gobierno para renegociar la convención colectiva.
“El principio básico de las convenciones colectivas es mejorar las condiciones de los trabajadores y no afectarlos. Nosotros no podemos estar a favor de ningún cambio que afecte a los humildes trabajadores de Japdeva”, expresó Blear.

El sindicalista expresó que están dispuestos a conversar, pero que no tolerarán cambios que los afecten.
Dos meses y medio después de que Zapote anunciara su deseo de renegociar algunas de las cláusulas de ese convenio, es casi nulo el avance que ha logrado Japdeva para convencer a los empleados de esa institución de que se desprendan de algunos de sus beneficios.
De los ¢7 mil millones que reciben los empleados de Japdeva en pluses salariales gracias a la convención colectiva, el Gobierno pretende recortar unos ¢1.000 millones al año.
Esto representa un 14% de los beneficios económicos que reciben los 1.500 trabajadores.
Para lograrlo, Zapote tiene en la mira una serie de prerrogativas que van desde ayudas económicas hasta la reducción de diez años en el tope de cesantía, el cual comprende en estos momentos un periodo de 20 años.
Por otra parte, se pretende que los días feriados que disfruten los trabajadores de esa institución sean solo aquellos que consigne la legislación nacional y más importante aún, que se elimine un plus monetario de ¢33 mil por laborar en un día feriado.
Otro de los puntos en la mira del Gobierno está relacionado con los incrementos salariales semestrales, pues de convencer al sindicato, ya no se discutirán directamente entre Japdeva y los trabajadores, sino que la institución quedará sometida a lo que disponga el Ministerio de Trabajo para el sector público.
“Estamos apostando a un orden público, a una convención sostenible en el tiempo, que genere un ambiente laboral de paz y que sustente financieramente a la institución”, explicó Ann McKinley, presidenta de Japdeva a finales del año pasado cuando anunció la renegociación. Ayer, se trató de conversar con ella, sin embargo, no fue posible.
Antes de Japdeva, el Gobierno propuso renegociar la convención colectiva de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz. Debido al peligro financiero, el sindicato de esa institución aceptó disminuir una rebaja en sus anualidades, así como promover un programa de movilidad laboral.
Luego de tres meses de negociaciones, el sindicato aceptó cambiar otros puntos de la convención colectiva. Así, por un plazo transitorio de tres años se reducirá del 9% al 5% el aporte patronal al fondo de ahorro.
También disminuirá el aporte a la asociación solidarista de 5,33% a 3,33%, con tal de generar mayor liquidez.
Por otra parte, el Gobierno pretende recortar ¢8 mil millones de la convención colectiva de trabajadores de Recope.

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
@earrietaLR







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