Contra la pobreza
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 02 septiembre, 2008
Algunas proyecciones económicas estiman que este año el nivel de pobreza podría aumentar nuevamente y afectar a por lo menos un 20% de la población.
Esta cifra —un número frío y sin rostro a primera vista— debe cobrar la trascendencia que se merece y preocupar no solo a las autoridades gubernamentales, sino también a la sociedad.
Se trataría de más de un millón de costarricenses que no contarían con los recursos suficientes para una vida digna, de miles de niños con menos oportunidades de recibir una alimentación sana y adecuada, de muchos padres que se verán obligados a redoblar esfuerzos para poder satisfacer las necesidades de su familia.
Un país que se dice defensor de los derechos humanos, respetuoso de las garantías sociales y luchador en pro de un desarrollo, no debe volverles la cara a sus hijos más necesitados.
La búsqueda de ese desarrollo debe darse con un justo equilibrio de oportunidades.
La amenaza de llegar de nuevo a un 20% de pobreza implicaría retroceder en el camino que ya se había avanzado. El gobierno debe tomar medidas para evitar que esto ocurra.
Es cierto que en gran medida el golpe inflacionario ha sido producto de efectos externos, como por ejemplo los altos precios del petróleo.
En Costa Rica esto es algo que debe combatirse con políticas adecuadas. En ese sentido, se ha demostrado que el ahorro en combustibles con las medidas de restricción vehicular ha sido escaso.
El consumo sigue siendo elevado y muchos sectores requieren los derivados del petróleo para producir, pero los altos precios siguen golpeándolos, al tiempo que el fisco sigue recibiendo un alto porcentaje por el impuesto específico… quizás es hora de pensar en otras alternativas.
En adelante, se deben procurar políticas que incentiven aún más la generación de empleo y el aumento en la producción. Solo así se podrá garantizar que menos gente caiga en las garras de la pobreza.
Esperemos que las frías estadísticas presenten números cada vez más pequeños, de modo que cada vez menos costarricenses resulten afectados.