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Construyendo un "equipo-familia"

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 19 abril, 2011




Construyendo un “equipo-familia”

No es lo mismo ser parte de un “rejuntado” que de un “equipo-familia”. ¿Cuáles son las etapas por las que se transita del primer extremo al segundo?
Se inicia con un “rejuntado” de individuos que apenas comparten un lugar de trabajo con un tenue sentido de pertenencia. No hay compromisos ni metas compartidas. Ellos tan solo se conocen, aportan lo básico e interactúan según las necesidades que procuran satisfacer.
La frecuente interacción y la conciencia de la interdependencia para obtener propósitos individuales conllevan a establecer normas básicas de relación. La proactividad para alcanzar metas comunes comienza a manifestarse y así surge el “grupo”. No obstante, el nivel de exigencia es frágil y faltar a los compromisos no significa gran cosa, pues lo importante es la pertenencia y la satisfacción de necesidades propias.
La presencia de algunos miembros con cualidades de liderazgo facilita que la cohesión alrededor de ideales y los objetivos ocupen un lugar central. Las normas se constituyen en valores que rigen las conductas. Aquí nace un “equipo”. La unión, el compromiso y el orgullo de ser militante aumentan, se percibe una identidad que aglutina. Las metas están presentes, cada miembro tiene una función respetada por los demás y emerge la mutua rendición de cuentas. ¡Todo por el equipo!, dicen sus miembros.
Luego viene la fase desafiante, convertirse en un “equipo de alto rendimiento”. Los estrictos códigos de comportamiento siguen vigentes, pero ahora se procura que los resultados sean extraordinarios, crecientes y sostenibles. Estos requisitos se aplican también a las relaciones, el profesionalismo y el desempeño individual. La exigencia es suprema pero el disfrute de la pertenencia también. El equipo constituye una élite, a la que solo llegan los que hacen extraordinario lo ordinario.
Finalmente, la cohesión es tan fuerte que surge la “familia”. La solidaridad es absoluta y todos cuentan con todos en una hermandad a prueba de divisiones. Para un externo, buscarse problemas con uno de sus miembros equivale a hacerlo con toda la “familia”. El conocimiento recíproco y el complemento de cualidades permiten niveles superiores de rendimiento.
¿En qué etapa ubica a su equipo y cómo está contribuyendo usted para que evolucione a la siguiente y no retroceda a la anterior?

German Retana
german.retana@incae.edu






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