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COLUMNISTAS


Consejos electorales que no me aceptaron

Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 04 diciembre, 2019


Pizarrón


Recientemente me preguntaron si alguna vez he dado consejos a candidatos electorales, después de que me retiré de la política activa, militante, como candidato que fui en tres campañas electorales, a la Presidencia de la República, en el 2006, donde debí adquirir alguna experiencia. Respondí que sí, que lo he hecho a personas que de buena me han solicitado mi opinión, pensando que alguna experiencia tenía al respecto. Y lo hecho con generosidad y sin paga. He dado consejos a personas para distintos eventos electorales, no solo políticos nacionales, y hasta niños cuyos padres me solicitan alguna opinión cuando sus hijos son candidatos a puestos de elección en elecciones estudiantiles de escuelas o colegios.

Estamos a pocas semanas de las elecciones municipales, a menos de dos meses de las votaciones. Para mí el ambiente electoral, tal como lo percibo y siento, está totalmente frío.

Más de 100 partidos se disputan el control de los gobiernos municipales. En unos cantones apenas participan tres partidos políticos, en otro bastantes.

Casi la mitad de los candidatos a Alcaldes aspiran a la reelección de su puesto, aún cuando algunos de estos son cuestionados de su gestión.

Cuando he visto la lista de partidos políticos, con sus respectivas divisas o banderas, que es lo que va a aparecer en las listas de votación, siento que si los votantes no están bien familiarizados con el partido por el que quieren votar, y lo tienen bien identificado con su respetiva bandera, le va a ser difícil a cada votante estampar con una X su decisión, su voluntad electoral, en la casilla del partido de su preferencia.

Aquí, en la forma no se trata de candidatos, que los hay en abundancia. Hay candidatos a Alcaldes, a Vice alcaldes, a regidores propietarios y suplentes, a síndicos propietarios y suplentes, a Intendentes, en fin montones de candidatos por Cantón y distritos, y a miles de candidatos en todo el país.

Es difícil para los medios de comunicación atender a tantos partidos y candidatos para darles oportunidad de exposición de sus puntos de vista. Esfuerzo importante ha hecho Randall Rivera, del Equipo de Radio Monumental, e Isabel Espinoza, del Grupo Extra, de Canal 42, que han organizado encuentros o debates de candidatos a alcaldes de los distintos cantones, procurando alcanzar a todos los cantones. Aún así les ha sido difícil lograr tener todos los candidatos por las imposibilidades físicas de los sets, o de las cabinas de radio o de televisión, que no permiten tener a veces más de 6 o 7 participantes, cuando en algunos de estos cantones hay que de esos. La discriminación que se hace, entonces, para lo que logran ser invitados es finalmente odiosa, como cualquier discriminación en la que se excluye a algún candidatos. Escoger, para estas situaciones, a los candidatos de los partidos que tienen representación en los consejos municipales es más odiosa frente a los que no tienen esa representación, y por ello, también están más alejados de los escenarios de discusión. Implícitamente, se puede deducir, que sin querer, involuntariamente, los conductores de los programas, se predisponen a poner atención en los “partidos tradicionales” de los consejos municipales, y no en los nuevos, que pueden ofrecer mejores opciones para el trabajo cantonal.

Estoy claro que no es fácil de resolver esta situación y reconozco el esfuerzo que hacen de reunir a los candidatos de todos los cantones, con lo difícil que puede resultar para ellos trasladarse a Radio Monumental o a Canal 42, de Extra, desde zonas remotas del país, o alejadas del Valle Central, cuando, sobretodo, se programan estos encuentros en horarios nocturnos.

En estos programas, especialmente, el de Randall Rivera, una parte del Programa está destinada para que los candidatos se pregunten entre sí. Sinceramente creo que los candidatos no saben usar este segmento en su favor. Cuando le hacen la pregunta al contrincante que escogen le dan oportunidad de que se luzca, si le critican parte de su labor, cuando son miembros de los consejos municipales, o alcaldes, igualmente les dan oportunidad para que se luzcan y defiendan. No he oído ni visto, en lo que he podido atender de estos programas, que el invitado formule la pregunta a su contrincante obligándolo a opinar sobre el programa del preguntador. Así, por ejemplo: ¿en caso de que yo gane o quede electo, o que los regidores de mi partido queden electos, estaría Usted dispuesto, como alcalde y con sus regidores, a apoyar la siguiente iniciativa que tengo para el cantón….?

Un anécdota reciente a propósito de la pregunta que me hicieron sobre si he dado o no consejos.

Hace varios meses se me acercó una persona, a quien estimo y aprecio mucho, hija de una amiga que nos acompañó en Fuerza Democrática, solicitándome consejo, porque quería lanzarse como Alcadesa de un cantón, con perspectivas de que si le iba bien desde allí desearía proyectarse hacia un escenario provincial o nacional, si fuere del caso.

Le di en ese momento tres consejos:

1.- Déle a su partido un nombre que por su naturaleza no sea cantonal, que tenga una perspectiva más provincial o que por su forma pueda usarse también nacionalmente. Para mí era la forma de ir proyectando su aspiración. Terminó poniéndole un nombre cantonal, cerrando en ese sentido cualquier otra proyección u obligando a que una dimensión mayor tuviera que crear otro partido, con otro nombre y con otra divisa o bandera, lo que era igual a empezar nuevamente de cero. Así lo decidió.

2.- Déle un solo color a la bandera, ojalá en tono pastel. Le sugerí un color, muy apropiado para la zona donde ella iba a inscribir su partido y muy apropiado para cubrir, si fuera necesario todo el país. Le di razones y argumentos a favor del color, que no era el color naranja que habíamos usado en Fuerza Democrática, para que cualquier lector no piense que estaba sugiriendo ese color, porque era fuerte, determinante y tenía también que ver con las nuevas políticas y sensibilidades ambientales, ecologistas y biologistas que hoy los jóvenes levantan y el país también. Tampoco me aceptó esa propuesta.

El darle un solo color a la bandera estaba en función también de poder distinguirla mejor en el conjunto de la papeleta. Es más fácil llamar a votar en la papeleta color XXXXX, que en la papeleta que tiene varios colores VWXYZ, cuando lo que se presenta es una papeleta con casillas que tienen las banderas de los partidos políticos que participan en cada cantón.

Si un votante no tiene claro, muy claro en su conciencia, por quien ha de votar, por cuál partido ir a votar, y se encuentra con una diversidad de banderas, que lo ponen a dudar, terminará votando por los partidos de las banderas más tradicionales que conoce, que su inconsciente le dice o le hace saltar en el momento de la votación, o abrumado anula el voto, o lo deja en blando, por no saber distinguir.

En la elección cantonal, al momento de emitir el voto, no se vota por un candidato, que no aparece en la papeleta, como aparece el candidato presidencial en la papeleta nacional de candidatos presidenciales. Aquí se vota por partidos o por colores de los partidos políticos. Por excepción, cuando el candidato sí está bien identificado por los electores que le siguen votan por el partido y el color de la bandera que lo postula.

El tercer consejo que le di era que, como candidata, debía tener canales abiertos con todo mundo, con todos los ciudadanos de su cantón, con todas las personas que se querían comunicar con ella, que debía atenderlas a todas y contestar todo lo que se le enviara, por lo menos como cortesía, que debía estar dispuesta para su electorado las 24 horas al día. No había, para ella, le dije, nada más importante que hacerle ver a cada personas que se dirigiera a ella, que para ella valía y la tomaba en cuenta en su mensaje.

Mi sorpresa ha sido que esta señora le dio un nombre muy cantonal a su partido, puso varios colones en su bandera y tiene cerrados sus emails, que frecuentemente, con una respuesta automática, responde con “estoy fuera”, “deje su mensaje” etc. Así, la verdad no sé como puede realizar una buena campaña de comunicación, de adherencias y de simpatías.

Mis consejos obviamente fueron inútiles. No sé si eran o no los mejores. Solo la práctica pudo haber demostrado su eficiencia y eficacia. Pero así es la política. Se dan consejos, se acatan o no por los candidatos, se analizan encuestas y sobre sus resultados se trazan acciones a seguir, que también se acatan o no, con resultados positivos o negativos.

Otros consejos he dado a otros candidatos que han perdido, pero no porque siguieran mis “malos” consejos…sino porque se empeñaron en seguir a otros consejeros.

Al final en cada proceso electoral se gana o se pierde para cada candidato, como gana o pierde cada partido político.

La lección mayor es que quienes participan en procesos electorales, aceptan las reglas del proceso electoral, de ganar o perder, y de reconocer a los ganadores. Así es la democracia política, electoral y representativa que tenemos, y que del mismo modo funciona en casi todos los países que conocemos.



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