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Consecuencias de Halloween en el ámbito laboral

Eric Briones Briones redaccion@larepublica.net | Jueves 26 octubre, 2023


EB


Eric Briones Briones

Doctor en Derecho Laboral

La calabacita en forma de carita humana y la brujita, son símbolos externos propios de la celebración de Halloween. Es que Halloween (como fiesta que mueve a millones de personas) ha sido ventilado, desde diversos puntos de vista, como el de la fe, el día festivo, el de la tradición de los antepasados europeos, el histórico con la llegada de los europeos a Norteamérica, sin dejar de lado, el fenómeno que se produce, dentro de las diversas redes sociales. No obstante, en el ámbito laboral, ¿qué consecuencias podría acarrear la celebración del Halloween?; recordando que este evento también conocido como “noche de brujas”, data de varios siglos atrás entre los celtas del continente europeo, trasladándose a los Estados Unidos de Norteamérica, producto de las emigraciones mundiales y celebrándose los días 31 de octubre de cada año.

Es un tiempo en que se desata el consumo, en donde se ponen disfraces (de color naranja, marrón y rojo oscuro), se realizan juegos alegóricos y se comen golosinas de manera profusa, dentro de la población que celebra tal tradición. Beneficiando así a miles de empresas en el aspecto comercial y produciendo fuentes de trabajo extraordinarias, durante el evento. Para muchas religiones es algo que va en contra de los credos que prohíjan, para otros es una tradición particular, en donde se recuerdan prácticas ancestrales y para la mayoría es una fecha de gozo y fiesta.

Bueno al margen de lo anterior, hay que volver a la interrogante original, es decir, las consecuencias que puede acarrear dicha celebración en el plano laboral; recordando en primera instancia, que dentro del ámbito del trabajo, el país, se rige en el empleo público por un principio fundamental, que es el de legalidad, es decir, sus servidores, están solo autorizados para actuar conforme se los permite la ley, sin poder ir más allá y en lo privado, bajo la lealtad, comunicación oportuna, buena fe, cumplimiento de las reglas patronales, entre otros principios más que destacan y que son necesarios para ambos sectores, dentro de un desempeño diario.

A la hora de querer sumarse a la celebración, hay que cuidar y respetar los horarios de trabajo; los días de asistencia, con el fin de no hacer abandono del mismo; por otro lado, ser conocedores de las políticas de la empresa y su giro de carácter comercial, para no transgredir, por ejemplo los valores de la misma, por cuanto, ya hay casos en donde por ejemplo, fue despedido una persona trabajadora, por presentarse vestida de Hitler, lo cual, se consideró en el Estado de Wisconsin, una afrenta para la parte patronal, como para los mismos clientes de ella. O bien, hay otro precedente, el del despido de la trabajadora Alicia Ann Lynch, por haberse disfrazado como un atleta víctima del atentado ocurrido en la maratón de Boston, lo cual generó mucho malestar en la población, con el costo de haberla cesado de su trabajo (https://archivo.crhoy.com/mujer-se-disfraza-de-victima-de-atentado-en-boston-y-pierde-su-trabajo/tecnologia/).

En otro caso, casi se pierde el trabajo, por haber hecho alusión al racismo y fomentar los prejuicios, como forma jocosa de divertirse ingenuamente, lo cual, tuvo como resultado una expulsión de su centro de trabajo. Y finalmente, una mujer trabajadora, que, se paso de la “raya”, lo cual, al ser descubierta, fue despedida, consecuencia de haber subido fotos en sus redes sociales, en evidente estado enervante durante la celebración de Halloween, contraviniendo la política de cero consumos de drogas entre sus colaboradores, reglamentado por el ente patronal; al estar dedicado precisamente a dar tratamiento clínico contra dicho flagelo.

Por otro lado, si se es autoridad pública/funcionario judicial, recordar que se es durante las 24 horas y 365 días del año, por lo que se debe actuar con cautela y prudencia a la hora de emitir una opinión o subir una foto, incluso dentro de las mismas redes, ya que, dependiendo, podría venirse a comprometer la relación de empleo público, consecuencia de una excesiva celebración en el día de la “noche de brujas”.

Finalmente, hay que tener conciencia, que debe existir una máxima -tanto en la vida personal, como laboral- la cual es el equilibrio, dentro de una convivencia social sana, no hay problema en disfrutar de acuerdo a las convicciones de cada quien, lo que no se vale son los excesos “irracionales”, que bien podrían costar un puesto de trabajo, como reflejan los casos reales comentados.
















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