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Configurar y reconfigurar: El papel de las Mipymes en la nueva agenda de Cooperación Internacional

Jairo Rivera Torres jairo.rivera@giccr.org | Lunes 09 agosto, 2021

Jairo

“El mundo se transforma”, adagio popularizado recientemente; pero que es una constante en la historia universal, ya sea por factores endógenos como exógenos, en los momentos de crisis es que las estructuras sociales, económicas y culturales de los países se configuran.

Con el establecimiento de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el año 2015, se generó un marco global de referencia hacia la implementación de acciones para la promoción, el mejoramiento económico, desarrollo social y la protección ambiental. Sin embargo, en pleno 2021 nos encontramos antes condiciones muy distintas, nuevos actores en el ámbito internacional como regional, nuevos desafíos globales como el cambio climático, migración, una acelerada revolución tecnológica, nuevas modalidades de cooperación internacional, entre otras, que han acelerado el debate sobre un nuevo consenso de desarrollo y que el COVID-19 vino a activarlo.

Estos nuevos escenarios representan una oportunidad para configurar y re configurar la cooperación internacional hacia y entre América Latina, los modelos que históricamente se han planteado en nuestra región como medida para disminuir las necesidades de cada país, se están transformando, las formas tradicionales de cooperación internacional como la Norte-Sur sigue siendo importante, pero otras como la Sur-Sur, Sur-Norte han recibido un impulso, mientras que la cooperación Este-Norte y multidireccional se vuelven mas prominentes, con nuevos actores como lo es el involucramiento del sector privado en la propia gestión.

Ante este panorama y la disyuntiva, por un lado, no menos importante las medidas que desde los gobiernos se gestan por contener la expansión del virus, por otro se logra minimizar el impacto económico, mediante el establecimiento políticas, condiciones y mecanismo de apoyo hacia el motor económico de los países de América Latina, y que son las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), representando alrededor de 99% del total de empresas (CEPAL, 2020).

Para la generación de oportunidades al sector y que se reduzca el impacto provocado por los diferentes cierres, se encuentra en el acceso de las MIPYMEs a la Cooperación Internacional, y es que en un momento de crisis como el actual obliga a replantear sus esquemas, convirtiéndola en clave para la recuperación económica post pandemia.

Entonces: ¿Cómo las MIPYMEs pueden ser un actor clave y acceder a los recursos de cooperación internacional?.

El nuevo auge de la cooperación internacional, caracterizada por esquemas más colaborativos, en el involucramiento del sector privado como aliado estratégico, se ve complementado en el desarrollo de las acciones iniciadas por los gobiernos y agencias de cooperación internacional en el impacto de la puesta en marcha de sus proyectos.

En ese sentido, existen varias líneas de trabajo que desde los gobiernos, sector privado y agencias de cooperación internacional se deben considerar para que las MIPYMEs sean actores protagónicos:

1. Las Mipymes poseen una visión más objetiva de negocio y conocimiento de la realidad local, y, que se complementa con el conocimiento técnico y la experiencia de los cooperantes, por lo que su involucramiento creará un mayor impacto.

2. Las MIPYMEs además son parte fundamental de la solución del desempleo, empresas con modelos de negocios consolidados poseen mayor estabilidad en el tiempo, sin embargo, desde las autoridades se deben generar condiciones idóneas para su desarrollo y consolidación.

3. El sector privado también posee un desafío y una oportunidad, que es adaptar sus modelos de negocios para generar un triple impacto, logrando rentabilidad económica a partir de la incorporación de 3 pilares fundamentales: Cuidado medioambiental, Beneficio económico, Impacto social, y en consecuencia fortalecerán su reputación corporativa, sus relaciones con los distintos grupos de interés, así como a la consecución de los ODS.

4. Para obtener mejores resultados en cuanto a rentabilidad y crecimiento, es necesario que las MIPYMEs se vinculen y se fortalezcan en las cadenas de valor, generando un mayor valor al producto final, y que se logra mediante la asociatividad empresarial, en la búsqueda de objetivos comunes.

5. Por último, desde la óptica del cooperante y para lograr una mayor eficiencia, es necesario diseñar y promover procesos más eficientes para atender las demandas del sector MIPYMEs, esto se logra mediante el involucramiento del sector en la construcción de propuestas para el desarrollo.

Una vez que estos 5 puntos se logren complementar y desarrollar paralelamente nos encontraremos en una posición de ganar-ganar, que tendrá como fin el mejoramiento de calidad de vida, la transformación social, reducción de la pobreza y un desarrollo más sostenible e inclusivo en la región Latinoamericana.

Desde el Centro Latinoamericano de Innovación y Emprendimiento (CELIEM), como actor de la Cooperación Internacional regional, creemos en la necesidad de otorgar un papel más relevante a las MIPYMEs como agentes de cambio y desarrollo, en la cual buscamos mediante una agenda de cooperación plurianual generar impactos en los países que forman parte de la región Latinoamericana en temas de emprendimiento, innovación, desarrollo económico y social, mediante el establecimiento de alianzas y conexiones clave en los ecosistemas de emprendimiento, que desde una mirada integral y transversal permitirá impulsar el nuevo rol de las MIPYMEs en las estrategias de cooperación.






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