Competencias para entornos competitivos
| Martes 16 junio, 2009
Competencias para entornos competitivos
Las competencias y habilidades gerenciales son esos comportamientos observables y habituales que hacen posible el éxito de una persona en la función gerencial. Facilitan el tener una visión global de la empresa, permiten ser más eficaz en su trabajo por medio del conocimiento propio, potencian la capacidad de análisis, el liderazgo y el trabajo en equipo.
El desarrollo de las competencias ayuda a adquirir una mejor visión estratégica al igual que intratégica, y refuerza la eficacia personal. Algunas empresas dan cabida a un grupo grande de competencias y otras apenas comienzan a conocerlas. El ICAMI, instituto impulsado por el IPADE (México), una de las diez mejores escuelas de negocios del mundo según el Financial Times, desarrolla en uno de sus programas 43 competencias. Están convencidos de la larga duración (196 horas en diez meses) porque piensan que solo en periodos amplios es posible incidir verdaderamente en la formación.
Las competencias que orientan hacia la eficacia personal son importantes porque, como decía Peter Drucker hacia el final de su vida: “Hoy ya no pienso que dirigir a otras personas sea el aspecto fundamental que los ejecutivos tienen que aprender; lo que hay que aprender es cómo gestionarse a sí mismo”.
Badaracco Jr., profesor de ética de Harvard, dirá que cada uno debería mirar dentro de sí y reflexionar sobre cómo es capaz de dirigirse y esto exige tiempo y no es algo natural en personas orientadas a la acción. Puede ser que a uno no le guste lo que ve y sea necesario el diálogo con otros. “Es posible que los ejecutivos necesiten un poco menos de aprendizaje en materias cuantitativas pero algo más en capacidad de juicios y conocimiento propio.”
El IESE (Barcelona), otra de las diez mejores escuelas de negocio del mundo según el Financial Times, cree firmemente en la importancia de la familia para que un directivo o gerente pueda trabajar mejor. En un estudio determinaron que las diez competencias gerenciales más valoradas por los CEO tienen, casi todas, como ámbito de desarrollo natural y de crecimiento continuo a la familia. Ante esto, ¿no debería ser más armoniosa la relación empresa-familia?
El Prof. Alfonso Bolio, director general del IPADE, en la reciente inauguración del Instituto de Estudios Empresariales IEE, un instituto costarricense de desarrollo del talento directivo para profesionales jóvenes, no se aventuró a dar soluciones cortoplacistas para la crisis, sino que planteó la formación sólida en competencias gerenciales como una de las mejores inversiones que pueden hacer los empresarios, a nivel de sus gerencias y de mandos medios altos potenciales. Fomentan la creatividad, se aumenta el capital social gracias a que las personas se sienten más identificadas con la empresa y estarán mejor preparados para cuando pase la crisis.
Joaquín Trigueros León
Ing. industrial y comunicador
info@pcgcr.org
Las competencias y habilidades gerenciales son esos comportamientos observables y habituales que hacen posible el éxito de una persona en la función gerencial. Facilitan el tener una visión global de la empresa, permiten ser más eficaz en su trabajo por medio del conocimiento propio, potencian la capacidad de análisis, el liderazgo y el trabajo en equipo.
El desarrollo de las competencias ayuda a adquirir una mejor visión estratégica al igual que intratégica, y refuerza la eficacia personal. Algunas empresas dan cabida a un grupo grande de competencias y otras apenas comienzan a conocerlas. El ICAMI, instituto impulsado por el IPADE (México), una de las diez mejores escuelas de negocios del mundo según el Financial Times, desarrolla en uno de sus programas 43 competencias. Están convencidos de la larga duración (196 horas en diez meses) porque piensan que solo en periodos amplios es posible incidir verdaderamente en la formación.
Las competencias que orientan hacia la eficacia personal son importantes porque, como decía Peter Drucker hacia el final de su vida: “Hoy ya no pienso que dirigir a otras personas sea el aspecto fundamental que los ejecutivos tienen que aprender; lo que hay que aprender es cómo gestionarse a sí mismo”.
Badaracco Jr., profesor de ética de Harvard, dirá que cada uno debería mirar dentro de sí y reflexionar sobre cómo es capaz de dirigirse y esto exige tiempo y no es algo natural en personas orientadas a la acción. Puede ser que a uno no le guste lo que ve y sea necesario el diálogo con otros. “Es posible que los ejecutivos necesiten un poco menos de aprendizaje en materias cuantitativas pero algo más en capacidad de juicios y conocimiento propio.”
El IESE (Barcelona), otra de las diez mejores escuelas de negocio del mundo según el Financial Times, cree firmemente en la importancia de la familia para que un directivo o gerente pueda trabajar mejor. En un estudio determinaron que las diez competencias gerenciales más valoradas por los CEO tienen, casi todas, como ámbito de desarrollo natural y de crecimiento continuo a la familia. Ante esto, ¿no debería ser más armoniosa la relación empresa-familia?
El Prof. Alfonso Bolio, director general del IPADE, en la reciente inauguración del Instituto de Estudios Empresariales IEE, un instituto costarricense de desarrollo del talento directivo para profesionales jóvenes, no se aventuró a dar soluciones cortoplacistas para la crisis, sino que planteó la formación sólida en competencias gerenciales como una de las mejores inversiones que pueden hacer los empresarios, a nivel de sus gerencias y de mandos medios altos potenciales. Fomentan la creatividad, se aumenta el capital social gracias a que las personas se sienten más identificadas con la empresa y estarán mejor preparados para cuando pase la crisis.
Joaquín Trigueros León
Ing. industrial y comunicador
info@pcgcr.org