Comparaciones dominicanas
| Martes 21 abril, 2009
Comparaciones dominicanas
Señor Marcello Pignataro, leo siempre su interesante columna y le comento una, pues, como dominicano con 34 años en Costa Rica y mis primeros 36 en la República Dominicana, me dan derecho a afirmarle que concuerdo con casi todas sus aseveraciones.
No así con su comentario de que “los dominicanos tienen mucho que aprender de servicio al cliente por parte de los costarricenses” y “el trato despectivo hacia el turista”.
Le cuento que cuando yo vine a Costa Rica en 1974, llegaban aquí unos 315 mil turistas, contra 285 mil en la República Dominicana. Hoy en día allá sobrepasan los 3 millones, mientras que en Costa Rica apenas están llegando a su segundo millón.
Esto es debido, aparte de una más fuerte campaña turística, iniciada por mi amigo de infancia el secretario (ministro) de Turismo Víctor Cabral, y a la excelencia en el servicio al turista que allá se denomina “Complejo de Guacanagarix” (jefe indígena que se distinguió por su servilismo hacia los españoles colonizadores).
En efecto, la calidad dominicana en el servicio al cliente, raya en el servilismo hacia el extranjero, en notoria contraposición al servicio que aquí se le ofrece; a la excepción de los hoteles y servicios turísticos de primera clase. Estoy seguro de que a usted le tocaron las excepciones que confirman la regla.
Es, sin embargo, una verdadera lástima que la linda expresión tica “Pura Vida” se copie allá burdamente, así como en otros países de Centroamérica. Indudablemente que es la globalización la que nos trae estas ilegales reprografías.
Como ejemplo adicional, he visto en venta en Jacó, camisetas con la vulgar pero no menos típica expresión dominicana “¡Coño, qué calor!
Lo invito a conocer nuestra Librería Francesa en Curridabat donde podemos mostrarle la calidad de servicio al cliente que ofrecemos al estilo dominicano del “Complejo de Guacanagarix”.
Ramón Mena Moya
Presidente
Librería Francesa
Señor Marcello Pignataro, leo siempre su interesante columna y le comento una, pues, como dominicano con 34 años en Costa Rica y mis primeros 36 en la República Dominicana, me dan derecho a afirmarle que concuerdo con casi todas sus aseveraciones.
No así con su comentario de que “los dominicanos tienen mucho que aprender de servicio al cliente por parte de los costarricenses” y “el trato despectivo hacia el turista”.
Le cuento que cuando yo vine a Costa Rica en 1974, llegaban aquí unos 315 mil turistas, contra 285 mil en la República Dominicana. Hoy en día allá sobrepasan los 3 millones, mientras que en Costa Rica apenas están llegando a su segundo millón.
Esto es debido, aparte de una más fuerte campaña turística, iniciada por mi amigo de infancia el secretario (ministro) de Turismo Víctor Cabral, y a la excelencia en el servicio al turista que allá se denomina “Complejo de Guacanagarix” (jefe indígena que se distinguió por su servilismo hacia los españoles colonizadores).
En efecto, la calidad dominicana en el servicio al cliente, raya en el servilismo hacia el extranjero, en notoria contraposición al servicio que aquí se le ofrece; a la excepción de los hoteles y servicios turísticos de primera clase. Estoy seguro de que a usted le tocaron las excepciones que confirman la regla.
Es, sin embargo, una verdadera lástima que la linda expresión tica “Pura Vida” se copie allá burdamente, así como en otros países de Centroamérica. Indudablemente que es la globalización la que nos trae estas ilegales reprografías.
Como ejemplo adicional, he visto en venta en Jacó, camisetas con la vulgar pero no menos típica expresión dominicana “¡Coño, qué calor!
Lo invito a conocer nuestra Librería Francesa en Curridabat donde podemos mostrarle la calidad de servicio al cliente que ofrecemos al estilo dominicano del “Complejo de Guacanagarix”.
Ramón Mena Moya
Presidente
Librería Francesa