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Cómo antes Apple ayudaba a los fiscales a desbloquear iPhones

Bloomberg | Miércoles 16 marzo, 2016 12:00 a. m.


Imagen con fines ilustrativos. Shutterstock/La República.


Durante años, los policías que querían penetrar en un iPhone conocían el procedimiento.

“Conseguir una orden judicial. Luego se presenta una solicitud bajo la All Writs Act (Ley de Todos los Mandatos Judiciales)”, dijo Michael Yaeger, exasistente del Fiscal General del gobierno estadounidense en Brooklyn que supervisó los esfuerzos para obtener órdenes judiciales para teléfonos de aproximadamente 2012 a 2014. La All Writs Act es una ley que abarca muchos casos utilizada por los fiscales para obtener mandatos judiciales y hacer cumplir órdenes de búsqueda.

Orden en mano, los fiscales enviaban los teléfonos bloqueados de sospechosos o condenados por crímenes y terrorismo a la sede de Apple Inc. en Cupertino, California. Semanas después, Apple reenviaba datos de los teléfonos como mensajes de texto, fotos y contactos a las agencias de la ley. La empresa incluso tenía una guía que incluía los términos preferidos para las órdenes judiciales. “No era exótico”, dijo Yaeger en una entrevista.

“Llamémoslo simplemente una ‘puerta trasera’ porque es más o menos lo que era”, dijo Adam Wandt, experto en ciencia forense digital y seguridad de la información en la Facultad John Jay de Justicia Penal en Manhattan, sobre los procedimientos de extracción de la empresa.

Pero ¿no es exactamente eso lo que según Apple el gobierno le está pidiendo que cree ahora, por primera vez?

Tocan a la puerta

Las tensiones entre Apple y los agentes de la ley por la privacidad, que hierven a fuego lento desde 2014, llegaron a un punto de ebullición cuando un juez ordenó a la empresa que ayudase al FBI a desbloquear un celular utilizado por uno de los tiradores en el atentado del año pasado en San Bernardino, California. El teléfono tiene tecnología más reciente desarrollada por Apple para ser impenetrable, incluso para la propia empresa.

Crear una herramienta para desbloquear el celular sería como crear un “cáncer”, declaró el máximo responsable ejecutivo de Apple, Tim Cook, el mes pasado, cuando la empresa emprendió la batalla contra el Departamento de Justicia. Cook advirtió que el arreglo podría ser usado como “puerta trasera” por criminales y espías. La compañía sostiene que no se debería usar la All Writs Act para obligársela a escribir un software nuevo.

Pero no sólo los celulares con codificación difícil de penetrar están en el centro de la batalla de Apple por la privacidad. La empresa también está luchando contra órdenes judiciales para teléfonos con tecnología más antigua, del tipo que solía hackear todo el tiempo para Yaeger y otros fiscales. Eso podría parecerle inconsistente o hasta contradictorio al juez en California y empañar el argumento de Apple de que las exigencias extraordinarias del gobierno en este caso nuevo excedieron un límite.

“Apple nunca quiso que se filtrara ese código, pero sí tenía [una puerta trasera] y la usaba mucha gente”, dijo Wandt.

Dos frentes

En una carta de réplica presentada el martes ante el tribunal en Riverside, California, Apple se concentró en la nueva tecnología en cuestión en el dispositivo del tirador.

“Obligar a Apple a crear un software nuevo que degrade sus funciones de seguridad no tiene precedentes y se diferencia de cualquier otra carga impuesta bajo la All Writs Act”, dijo Apple. La compañía dijo que ha protegido la privacidad y la seguridad de sus usuarios por medio de “sistemas operativos cada vez más seguros” y rechazó la noción de que alguna vez tuviera una puerta trasera.

Hay maneras de meterse en un smartphone y no siempre los investigadores tuvieron que recurrir a Apple u otras empresas tecnologías para acceder a ellos. Cellebrite, una empresa de ciencia forense para dispositivos móviles, vende sistemas portables de extracción de datos a agencias de la ley y se jacta de poder “circunvalar cualquier tipo de bloqueo en más de trescientos dispositivos con Android bloqueados”. Wandt dijo que los sistemas no pueden atravesar las nuevas versiones de la codificación para iPhone. Un representante de Cellebrite no tenía comentarios para hacer inmediatamente.

En Riverside, Apple sostiene que a los programadores les llevaría semanas para descubrir como desbloquear el iPhone de San Bernardino, cuyo sistema operativo es el iOS 9, y que esto podría debilitar la seguridad de todos sus celulares. Mientras tanto, en un juicio contra un narcotraficante en Brooklyn, la empresa sostiene que también enfrenta una carga indebida al tener que penetrar en teléfonos con sistemas operativos más antiguos, aunque los fiscales digan que la empresa ya abrió esos celulares “decenas” de veces. De los otros doce dispositivos por los cuales la empresa dice oponerse a órdenes judiciales de búsqueda del gobierno federal, siete utilizan el iOS 7 o sistemas operativos más antiguos.

Métodos

Antes, cuando los fiscales se topaban con un iPhone bloqueado que no podían abrir con tecnología de terceros o la táctica de “fuerza bruta” de ingresar innumerables contraseñas, ellos podían acudir a procedimientos en la guía de Apple para agencias de la ley. En ella, la empresa notifica que puede extraer datos para dispositivos “que funcionen con sistemas operativos desde iOS 4 hasta iOS 7”.

La extracción se realizaba en los teléfonos bloqueados mediante un proceso secreto en la sede de Apple llevado a cabo por los propios técnicos de la empresa, dijo Yaeger. En la guía, Apple les decía que enviaran el dispositivo junto a otros de memoria externa, como pen drives, y se reenviaba el material extraído en aquellos dispositivos, dijo él.

La empresa aún mantiene personal técnico y legal para atender órdenes de búsqueda de teléfonos y otros pedidos de las agencias de la ley. Apple dijo que ese personal procesa miles de pedidos de información de agencias de la ley cada año, aunque no todos tienen órdenes judiciales de búsqueda.

Pronto, ese proceso parecerá pintoresco: el número de iPhones a los que Apple puede acceder con los métodos actuales es cada vez menor. Según la empresa, sólo un 10 por ciento de ellos funciona con iOS 7 o versiones más antiguas.

Sorpresa

Los fiscales en el caso en Brooklyn creían estar siguiendo los procedimientos de rutina cuando solicitaron una orden del tribunal para exigir que se cumpliera el mandato judicial. Luego, el juez de paz James Orenstein los tomó por sorpresa al solicitar de forma preventiva la opinión de Apple antes de fallar. En un fallo aplaudido por Apple, él se puso del lado de la empresa y concluyó que la exigencia del gobierno imponía una carga y que los fiscales estaban llevando la All Writs Act demasiado lejos.

Un empleado de la compañía dijo que Apple aprovechó la oportunidad para pelear contra esos fallos cuando Orenstein le dio la chance de intervenir. La empresa considera que el veredicto ayuda a su causa porque establece menos exigencias en relación a lo que constituye una carga.

“Se nos está a obligando a convertirnos en agentes de la ley, y no se nos puede obligar a hacer eso con nuestros dispositivos antiguos o nuevos”, le dijo Marc Zwillinger, un abogado de Apple, al juez durante una audiencia en octubre, en respuesta a preguntas sobre por qué la empresa optó por no ayudar más a los fiscales. “Pienso que la visión de Apple es que no estamos en el negocio de acceder a los datos de nuestros clientes”.







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