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Cómo sobrevivir a múltiples roles

Laura Centeno centeno.laura@gmail.com | Miércoles 08 mayo, 2019


¿A quién no le ha sucedido que siente estar abrumado o ahogado entre las múltiples tareas y roles que vamos poniéndonos en la vida? Por ejemplo, cuando dedicamos demasiado tiempo al trabajo, podemos desenfocar la atención en las responsabilidades familiares o descuidamos nuestra salud, los estudios, los amigos y otras actividades que amamos, pero vamos posponiendo o guardando en el baúl de los recuerdos; poco a poco vamos acumulando una lista interminable de obligaciones que nos genera estrés e incluso un colapso nervioso por exceso de tareas y demandas propias e impuestas por la sociedad.

No existe receta mágica porque todos somos diferentes, pero desde mis experiencias de éxitos y fracasos como jefa de hogar, mamá, deportista amateur, coach de empleabilidad, profesora, estudiante, amiga, hija, cocinera, bloguera aficionada, emprendedora, entre otros etcéteras, les voy a compartir lo que he aprendido hasta hoy. A lo mejor pueda servirles de algo y ponerles sus ingredientes personales a su fórmula para jugar con los roles múltiples sin morir en el intento.

  1. Distribuya su tiempo entre las prioridades según su propósito de vida: ¿qué cosas son elementales para vivir en paz, armonía y ser feliz? Trate de buscar equilibrio y ser efectivo con el tiempo. Busque siempre calidad en vez de cantidad. De nada sirve pasar ocho horas sentado frente a una computadora si no sacamos las tareas prioritarias, tampoco pasar dos horas en el gimnasio si llegamos a contestar mensajes en vez de entrenar al 100%, si tenemos un día en familia y ni siquiera comemos juntos y conversamos. Tampoco sirven las reuniones extensas en las que solo se habla y no se llega a acuerdos, compromisos y entregables. Para qué ir tres horas a clases, si no vamos a poner atención, no hacemos las tareas y cumplimos mediocremente. Si algo implica un sacrificio sin que nos lleve a la plenitud o a nuestras metas, dediquemos nuestro tiempo y energía a lo que sintamos como nuestra verdadera vocación y propósito de vida.
  2. No haga todo a la vez: hay que ir sacando las tareas una a una, con toda la concentración y paciencia necesaria para no sacrificar calidad y ser eficientes con el tiempo. Eso del multitasking está totalmente out. Es muy frustrante hacerlo todo y ver cómo, a pesar del gran esfuerzo, muchas cosas empiezan a salir mal por falta de enfoque.
  3. No haga todo solo: hasta los superhéroes ahora trabajan en equipo. Siempre vamos a necesitar de otras personas que nos ayuden para así también ayudar a otros. Piense en las personas de confianza que pueden ser esa red de apoyo en sus diversos roles: quiénes nos ayudan con los hijos y quehaceres del hogar, nos recuerdan pendientes como llevar el carro al taller, quién nos aconseja con sabiduría, cuáles compañeros nos dan una mano, quién nos inspira a mejorar y dar más cada día sin exigirnos más allá de nuestras capacidades. Para tener el mejor equipo también tenemos que ser agradecidos con ellos y buscar formas para mostrarles nuestro gran aprecio. Si uno no pone su granito de arena en la gente, lo más probable es que nadie quiera ayudarnos.
  4. Aprenda a manejar a la gente y ambientes tóxicos: quienes están criticando, quienes nos minimizan, nos intimidan, nos abandonan en momentos difíciles, nos infunden culpas o temores y nos hacen dudar de nuestras capacidades nos pueden consumir y boicotear la confianza y proyectos para llevar a cabo de forma asertiva nuestros diversos roles. Es probable que tengamos más miedo de atrevernos a ser innovadores, creativos, a asumir riesgos medidos y tomar nuestras propias decisiones. Las personas así debemos considerarlas solo como un peldaño en nuestra escalera de crecimiento. De lo malo se aprende a ser más fuerte y llegar más alto.
  5. Delegue: querer tener todo bajo control puede limitarnos, desgastarnos, frustrarnos y no permite que otras personas aprendan a ser responsables y también crezcan. Debemos aprender a enseñar, a confiar en otros para que hagan su trabajo. En mi casa nadie quiere hacer la limpieza, entonces se distribuyeron algunas tareas para sacar las obligaciones sin que todas las responsabilidades recaigan solo en mí. Si seguimos haciendo las cosas de otros, nunca aprenderán a ser independientes y responsables y será nuestra culpa. A veces tenemos que sacudirnos y que cada uno asuma las consecuencias de lo que hace o deja de hacer.
  6. No permita que los estereotipos y la sociedad le impongan roles que no desea asumir o lo limiten a dejar de hacer lo que siempre quiso: si para usted la maternidad, paternidad o matrimonio no son un anhelo, no se sienta culpable ni permita que le digan egoísta por no cumplir con esa responsabilidad social impuesta. Si su deseo de infancia fue ser bailarín, inscríbase en clases sin importar su edad, nunca es tarde para empezar a hacer algo que nos gustaría hacer. Si viene de una familia de médicos, pero usted no tiene la vocación para esa profesión, no permita que lo convenzan de hacer lo mismo. El éxito radica en la autorrealización y no en la percepción de éxito de los demás. Si usted no se siente cómodo con posiciones de liderazgo, no se sienta mal, generalmente hay momentos en los que nos corresponde ser líderes y otros en los que nos corresponde ser seguidores. Mientras estemos en nuestro “charco” el liderazgo fluye naturalmente, no necesariamente está impuesto en un organigrama, cantidad de personas a cargo o banda salarial.


Reflexione sobre sus prioridades, metas, sueños y elija los roles con sentido para que pueda tomar caminos que lo lleven a su realización y no a la frustración. Disfrute y saque provecho de cada momento con plenitud y conciencia sin perder el foco en su propósito de vida para que también tome los roles que le impulsen a alcanzar sus anhelos. No se imponga obligaciones o tareas que le roben su calidad de vida y su felicidad. Que todo lo que hagamos, aunque a veces parezca tedioso y sacrificado, tenga claro un propósito importante.

Un fuerte abrazo.






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