Comité para Salvar el Mundo fuera de acción
| Lunes 05 mayo, 2008
Comité para Salvar el Mundo fuera de acción
Nueva York -Hace más de nueve años, los rostros de Alan Greenspan, Robert Rubin y Lawrence Summers aparecieron en la portada de la revista Time como integrantes del “Comité para Salvar el Mundo”. En aquel entonces, Estados Unidos estaba boyante, la tasa de crecimiento económico era elevada, la inflación y el desempleo eran escasos, la bolsa de valores estaba por las nubes. El cuasi colapso del fondo de cobertura de riesgo Long-Term Capital Management en el otoño de 1998 resultó ser un episodio fugaz, en tanto la cura prescrita -bajar las tasas de interés- alimentó la última etapa de la burbuja de las acciones tecnológicas y de Internet.
Asia padeció una crisis financiera y económica en 1997; Rusia, en 1998. Con Rubin y Summers al timón del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y Greenspan al de la Reserva Federal, Estados Unidos atravesó las crisis indemne.
“A estos hombres no se les atribuye todo el mérito por el auge -ellos mismos son los primeros en decir que lo único que hicieron fue dejar que los mercados funcionaran-, pero tanto en Wall Street como en Washington, se llevan la mayor parte”, escribió Joshua Cooper Ramo en su artículo en el Time del 15 de febrero de 1999.
El auge, o más bien la burbuja, llegó a su fin en el 2000. Las cosas mejoraron, tuvimos otra burbuja, esta vez de inmuebles residenciales, y esta también llegó a su fin. Entonces, ¿dónde está hoy en día el Comité para Salvar el Mundo?
Ninguno de los tres hombres, a quienes Ramo llamó un “politburó del libre mercado en asuntos económicos”, está salvando mucho que se diga, menos en lo que se refiere a sus respectivas reputaciones. Además ninguno trabaja en el Gobierno, lo que hace falta para tener categoría de salvador.
El legado de Greenspan está hecho trizas porque la burbuja inmobiliaria, inflada durante su gestión, reventó con un estampido que oyeron por todo el mundo. Summers tuvo que dimitir de la presidencia de la Universidad de Harvard a principios del 2006 por haber hecho comentarios políticamente incorrectos sobre las mujeres en la ciencia, mientras Rubin, presidente del comité ejecutivo de Citigroup Inc., todavía tiene preguntas que contestar, aun después de haber tratado de eximirse de culpa por las pérdidas del banco.
Por ejemplo, ¿qué hacía en esa oficina junto a la de Chuck Prince, el ex jefe ejecutivo, mientras Citi ardía? Citigroup ha anunciado más de $40 mil millones en concepto de pérdidas y depreciaciones desde noviembre.
“Es un papel ficticio”, dice Jim Bianco, director general de la firma de investigaciones Bianco Research, de Chicago. “Las otras firmas de Wall Street no tienen un presidente del comité ejecutivo, un sabio al que se paga por frotarse el mentón e impedir que esto suceda”.
El New York Times dijo en un artículo el 27 de abril que Rubin no tenía “ninguna responsabilidad específica y podía usar su cargo para hacer pronunciamientos sobre política pública”. Por eso, según un banquero anónimo citado en el artículo del Times, le pagaban más de $10 millones al año.
El comité celebrará su décimo aniversario en febrero, así que parece un buen momento para reflexionar sobre el significado de la portada de Time de 1999.
Paul McCrae Montgomery, creador del Índice de Portadas de Revistas, Montgomery hizo un estudio sobre portadas de revistas desde la década de 1920 hasta hoy y encontró que para cuando una idea en materia de inversiones llega a la portada de un semanario de interés general, como Time, es probable que haya alcanzado su máxima difusión. No queda nadie que compre, o que venda.
Nueva York -Hace más de nueve años, los rostros de Alan Greenspan, Robert Rubin y Lawrence Summers aparecieron en la portada de la revista Time como integrantes del “Comité para Salvar el Mundo”. En aquel entonces, Estados Unidos estaba boyante, la tasa de crecimiento económico era elevada, la inflación y el desempleo eran escasos, la bolsa de valores estaba por las nubes. El cuasi colapso del fondo de cobertura de riesgo Long-Term Capital Management en el otoño de 1998 resultó ser un episodio fugaz, en tanto la cura prescrita -bajar las tasas de interés- alimentó la última etapa de la burbuja de las acciones tecnológicas y de Internet.
Asia padeció una crisis financiera y económica en 1997; Rusia, en 1998. Con Rubin y Summers al timón del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y Greenspan al de la Reserva Federal, Estados Unidos atravesó las crisis indemne.
“A estos hombres no se les atribuye todo el mérito por el auge -ellos mismos son los primeros en decir que lo único que hicieron fue dejar que los mercados funcionaran-, pero tanto en Wall Street como en Washington, se llevan la mayor parte”, escribió Joshua Cooper Ramo en su artículo en el Time del 15 de febrero de 1999.
El auge, o más bien la burbuja, llegó a su fin en el 2000. Las cosas mejoraron, tuvimos otra burbuja, esta vez de inmuebles residenciales, y esta también llegó a su fin. Entonces, ¿dónde está hoy en día el Comité para Salvar el Mundo?
Ninguno de los tres hombres, a quienes Ramo llamó un “politburó del libre mercado en asuntos económicos”, está salvando mucho que se diga, menos en lo que se refiere a sus respectivas reputaciones. Además ninguno trabaja en el Gobierno, lo que hace falta para tener categoría de salvador.
El legado de Greenspan está hecho trizas porque la burbuja inmobiliaria, inflada durante su gestión, reventó con un estampido que oyeron por todo el mundo. Summers tuvo que dimitir de la presidencia de la Universidad de Harvard a principios del 2006 por haber hecho comentarios políticamente incorrectos sobre las mujeres en la ciencia, mientras Rubin, presidente del comité ejecutivo de Citigroup Inc., todavía tiene preguntas que contestar, aun después de haber tratado de eximirse de culpa por las pérdidas del banco.
Por ejemplo, ¿qué hacía en esa oficina junto a la de Chuck Prince, el ex jefe ejecutivo, mientras Citi ardía? Citigroup ha anunciado más de $40 mil millones en concepto de pérdidas y depreciaciones desde noviembre.
“Es un papel ficticio”, dice Jim Bianco, director general de la firma de investigaciones Bianco Research, de Chicago. “Las otras firmas de Wall Street no tienen un presidente del comité ejecutivo, un sabio al que se paga por frotarse el mentón e impedir que esto suceda”.
El New York Times dijo en un artículo el 27 de abril que Rubin no tenía “ninguna responsabilidad específica y podía usar su cargo para hacer pronunciamientos sobre política pública”. Por eso, según un banquero anónimo citado en el artículo del Times, le pagaban más de $10 millones al año.
El comité celebrará su décimo aniversario en febrero, así que parece un buen momento para reflexionar sobre el significado de la portada de Time de 1999.
Paul McCrae Montgomery, creador del Índice de Portadas de Revistas, Montgomery hizo un estudio sobre portadas de revistas desde la década de 1920 hasta hoy y encontró que para cuando una idea en materia de inversiones llega a la portada de un semanario de interés general, como Time, es probable que haya alcanzado su máxima difusión. No queda nadie que compre, o que venda.