Combustibles enriquecen al fisco
Wilmer Murillo wmurillo@larepublica.net | Martes 04 diciembre, 2007
Recaudación superaría los ¢300 mil millones este año gracias a altos precios del petróleo
Combustibles enriquecen al fisco
• Estado cobra el 29,8% por cada litro de gasolina súper que consumidores compran
• Hacienda dice que incremento fiscal no es la razón de escasas acciones para frenar el excesivo consumo
Wilmer Murillo
wmurillo@larepublica.net
Cada vez que suben los combustibles los consumidores son los principales afectados, sin embargo con estos incrementos hay un gran ganador: el fisco.
Por cada litro de gasolina súper, con un valor actual de ¢552, el Ministerio de Hacienda recauda ¢164,50, equivalente a un 29,8% de su costo.
De ahí que las arcas fiscales recibirían al cierre de este año unos ¢300 mil millones, solo por la recaudación de tributos a los hidrocarburos.
Mientras que en 2006 lo que se percibió por el mismo concepto fue ¢210 mil millones, es decir un 42,8% menos.
Por otra parte, si al consumo del combustibles se le suma el aumento de la flota vehicular, el fisco costarricense saca un mayor partido.
A la flota vehicular de modelos de 2004 a este año, se les está aplicando una tarifa de impuestos del 52,2%.
En 2006 Costa Rica importó 59.183 vehículos y este año entre enero y octubre han ingresado 62.780 vehículos, entre nuevos y usados.
Ambos impuestos podrían representar al cierre de 2007 el 20% de la recaudación total, de acuerdo con cifras suministradas por el Ministerio de Hacienda.
Se estima que al término del año, el flujo de caja del Gobierno Central reflejaría una captación total de impuestos equivalente a ¢1,8 mil millones.
Entonces, cuanto más sube el precio del petróleo más se recauda, una ecuación que pone a Guillermo Zúñiga, titular de Hacienda ante un panorama favorable para sus asignaciones.
“Estoy contento, ciertamente”, admitió el Ministro quien inmediatamente negó que esta sea la causa de la mejora fiscal que experimenta el país.
Sin embargo surgen dudas sobre la inacción del gobierno para sortear la crisis que está generando a la economía el aumento en los precios del petróleo.
La sospecha de que esta complacencia es producto de los impuestos que se recaudan, ya surgió en algunos de los sectores productivos del país.
La Cámara de Transportes planteó que el shock petrolero se ha reflejado en un aumento de los precios de bienes y servicios regulados como arroz, tarifas de agua, electricidad y transporte público, mayores pérdidas del Banco Central y desórdenes de oferta de algunos bienes agrícolas, como frijoles, papas, frutas y huevos.
El sector privado demanda ante ello una mayor independencia energética utilizando biodiésel, mezclas de etanol con gasolinas, gas licuado y natural, bagazo de caña e impulsar la generación de electricidad con energía eólica y solar, y finalmente, la rehabilitación del ferrocarril para el transporte de carga.
Pero Zúñiga confesó a LA REPUBLICA, que las manifestaciones de este tipo, no le hacen gracia, refiriéndose a la presunta pasividad gubernamental contra los precios del petróleo.
Costa Rica gasta anualmente más de $1.000 millones en la importación de hidrocarburos, pero excepcionalmente este año la cifra podría incrementarse hasta $1.750 millones.
Las consecuencias son variadas. El aumento de la factura petrolera genera presiones inflacionarias que se dan en la forma de alzas de precios.
El Banco Central había pronosticado una inflación de un 8% este año, pero ya reconoció el desacierto. El factor aguafiestas evidentemente es el precio del petróleo.
No obstante, en la actualidad el país vive una especie de bonanza fiscal que le ha permitido pagar incluso los intereses de la deuda pública, tras lo cual ha sobrado para hacer inversiones.
En virtud de haberse logrado este año durante siete meses consecutivos superávits primarios, se ha podido pagar los intereses que acumulados a octubre suman más de ¢400 mil millones. Y además, de servir los intereses de la deuda ha quedado dinero para invertir en programas sociales.
El titular de Hacienda insiste en que la mejora recaudatoria se debe sobre todo al control del gasto, la elusión y la evasión. “Tenemos 500 auditores más en las aduanas, Tributación y la Policía Fiscal, todo lo cual coadyuva al crecimiento de los ingresos. Este año más de 34 mil contribuyentes se inscribieron voluntariamente, y es porque empresas y personas sienten esa voluntad de Hacienda de cobrar mejor los impuestos”, argumentó.
Por otra parte indicó que el crecimiento de la economía también está ayudando.
La economía costarricense creció un 8,2% el año pasado y este año el Ministro no descarta que llegue a un 7%, por lo que arguye que una economía con fuerte crecimiento permite una mejor recaudación.
Adicionalmente, el titular de Hacienda también niega que el Gobierno no muestre interés en buscar fuentes de energía alternativas.
Con los altos precios del petróleo se abre una oportunidad para que productores locales que por alguna razón dejaron de producir sorgo, maíz, palma y caña de azúcar, vuelvan a hacerlo. “Es la oportunidad que buscamos para campesinos y productores agrícolas con el programa de biocombustibles”, señaló el Ministro.
Ciertamente no queremos pagar la actual factura petrolera y si al final logramos que los biocombustibles se quemen en las muflas de los vehículos, habremos gastado lo mismo, pero el dinero se quedaría en el campo costarricense. “Espero que pronto empecemos a ver los incentivos en esas áreas de producción”, señaló aun cuando no precisó en qué consistirían.
A pesar de los altos precios del crudo y del aumento de la factura nacional, las reservas monetarias internacionales se han mantenido al alza durante los últimos tres años.
Francisco de Paula Gutiérrez, presidente ejecutivo del Banco Central, afirmó al respecto que el ingreso de divisas por turismo y el mayor dinamismo de las exportaciones son los factores que permiten que las reservas se mantengan altas.
No obstante, el jerarca reconoció que el sacrificio de mantener el consumo de combustibles provoca que el país deje de comprar otros bienes y servicios o ahorre menos.
Eso genera la desaceleración económica de más sectores y que disminuya la demanda interna. “El golpe por los precios del petróleo es para todos”, justificó Gutiérrez.
El aumento de los precios del petróleo ha impactado negativamente a todas las economías de los países del istmo centroamericano y del Caribe. Sin embargo, Costa Rica ha sido el país que registró el mayor aumento de la factura petrolera en tres años, con un 112%.
El país duplicó prácticamente el monto de la factura petrolera entre 2004 y 2006 al pasar de $586 millones a $1.024 millones en el periodo. Este año sobrepasaría los $1.500 millones.
Combustibles enriquecen al fisco
• Estado cobra el 29,8% por cada litro de gasolina súper que consumidores compran
• Hacienda dice que incremento fiscal no es la razón de escasas acciones para frenar el excesivo consumo
Wilmer Murillo
wmurillo@larepublica.net
Cada vez que suben los combustibles los consumidores son los principales afectados, sin embargo con estos incrementos hay un gran ganador: el fisco.
Por cada litro de gasolina súper, con un valor actual de ¢552, el Ministerio de Hacienda recauda ¢164,50, equivalente a un 29,8% de su costo.
De ahí que las arcas fiscales recibirían al cierre de este año unos ¢300 mil millones, solo por la recaudación de tributos a los hidrocarburos.
Mientras que en 2006 lo que se percibió por el mismo concepto fue ¢210 mil millones, es decir un 42,8% menos.
Por otra parte, si al consumo del combustibles se le suma el aumento de la flota vehicular, el fisco costarricense saca un mayor partido.
A la flota vehicular de modelos de 2004 a este año, se les está aplicando una tarifa de impuestos del 52,2%.
En 2006 Costa Rica importó 59.183 vehículos y este año entre enero y octubre han ingresado 62.780 vehículos, entre nuevos y usados.
Ambos impuestos podrían representar al cierre de 2007 el 20% de la recaudación total, de acuerdo con cifras suministradas por el Ministerio de Hacienda.
Se estima que al término del año, el flujo de caja del Gobierno Central reflejaría una captación total de impuestos equivalente a ¢1,8 mil millones.
Entonces, cuanto más sube el precio del petróleo más se recauda, una ecuación que pone a Guillermo Zúñiga, titular de Hacienda ante un panorama favorable para sus asignaciones.
“Estoy contento, ciertamente”, admitió el Ministro quien inmediatamente negó que esta sea la causa de la mejora fiscal que experimenta el país.
Sin embargo surgen dudas sobre la inacción del gobierno para sortear la crisis que está generando a la economía el aumento en los precios del petróleo.
La sospecha de que esta complacencia es producto de los impuestos que se recaudan, ya surgió en algunos de los sectores productivos del país.
La Cámara de Transportes planteó que el shock petrolero se ha reflejado en un aumento de los precios de bienes y servicios regulados como arroz, tarifas de agua, electricidad y transporte público, mayores pérdidas del Banco Central y desórdenes de oferta de algunos bienes agrícolas, como frijoles, papas, frutas y huevos.
El sector privado demanda ante ello una mayor independencia energética utilizando biodiésel, mezclas de etanol con gasolinas, gas licuado y natural, bagazo de caña e impulsar la generación de electricidad con energía eólica y solar, y finalmente, la rehabilitación del ferrocarril para el transporte de carga.
Pero Zúñiga confesó a LA REPUBLICA, que las manifestaciones de este tipo, no le hacen gracia, refiriéndose a la presunta pasividad gubernamental contra los precios del petróleo.
Costa Rica gasta anualmente más de $1.000 millones en la importación de hidrocarburos, pero excepcionalmente este año la cifra podría incrementarse hasta $1.750 millones.
Las consecuencias son variadas. El aumento de la factura petrolera genera presiones inflacionarias que se dan en la forma de alzas de precios.
El Banco Central había pronosticado una inflación de un 8% este año, pero ya reconoció el desacierto. El factor aguafiestas evidentemente es el precio del petróleo.
No obstante, en la actualidad el país vive una especie de bonanza fiscal que le ha permitido pagar incluso los intereses de la deuda pública, tras lo cual ha sobrado para hacer inversiones.
En virtud de haberse logrado este año durante siete meses consecutivos superávits primarios, se ha podido pagar los intereses que acumulados a octubre suman más de ¢400 mil millones. Y además, de servir los intereses de la deuda ha quedado dinero para invertir en programas sociales.
El titular de Hacienda insiste en que la mejora recaudatoria se debe sobre todo al control del gasto, la elusión y la evasión. “Tenemos 500 auditores más en las aduanas, Tributación y la Policía Fiscal, todo lo cual coadyuva al crecimiento de los ingresos. Este año más de 34 mil contribuyentes se inscribieron voluntariamente, y es porque empresas y personas sienten esa voluntad de Hacienda de cobrar mejor los impuestos”, argumentó.
Por otra parte indicó que el crecimiento de la economía también está ayudando.
La economía costarricense creció un 8,2% el año pasado y este año el Ministro no descarta que llegue a un 7%, por lo que arguye que una economía con fuerte crecimiento permite una mejor recaudación.
Adicionalmente, el titular de Hacienda también niega que el Gobierno no muestre interés en buscar fuentes de energía alternativas.
Con los altos precios del petróleo se abre una oportunidad para que productores locales que por alguna razón dejaron de producir sorgo, maíz, palma y caña de azúcar, vuelvan a hacerlo. “Es la oportunidad que buscamos para campesinos y productores agrícolas con el programa de biocombustibles”, señaló el Ministro.
Ciertamente no queremos pagar la actual factura petrolera y si al final logramos que los biocombustibles se quemen en las muflas de los vehículos, habremos gastado lo mismo, pero el dinero se quedaría en el campo costarricense. “Espero que pronto empecemos a ver los incentivos en esas áreas de producción”, señaló aun cuando no precisó en qué consistirían.
A pesar de los altos precios del crudo y del aumento de la factura nacional, las reservas monetarias internacionales se han mantenido al alza durante los últimos tres años.
Francisco de Paula Gutiérrez, presidente ejecutivo del Banco Central, afirmó al respecto que el ingreso de divisas por turismo y el mayor dinamismo de las exportaciones son los factores que permiten que las reservas se mantengan altas.
No obstante, el jerarca reconoció que el sacrificio de mantener el consumo de combustibles provoca que el país deje de comprar otros bienes y servicios o ahorre menos.
Eso genera la desaceleración económica de más sectores y que disminuya la demanda interna. “El golpe por los precios del petróleo es para todos”, justificó Gutiérrez.
El aumento de los precios del petróleo ha impactado negativamente a todas las economías de los países del istmo centroamericano y del Caribe. Sin embargo, Costa Rica ha sido el país que registró el mayor aumento de la factura petrolera en tres años, con un 112%.
El país duplicó prácticamente el monto de la factura petrolera entre 2004 y 2006 al pasar de $586 millones a $1.024 millones en el periodo. Este año sobrepasaría los $1.500 millones.