Colón flotante exige acciones previas
| Miércoles 16 enero, 2013
La libre flotación del colón, que aún no es recomendable, tendría la ventaja de que se acabaría la posibilidad de una especulación indebida, mediante la cual algunos grupos anticipan y aprovechan futuras decisiones del Banco Central
Colón flotante exige acciones previas
Creemos que el colón debería flotar libremente entre el resto de monedas del mundo pero que este no es aún el momento para que ocurra algo así.
Será necesario esperar para tomar esa medida, porque hay factores que deben cambiar para que la libre flotación del colón no afecte negativamente la economía, en especial algunos sectores del país, como por ejemplo los exportadores.
Entre los factores que deben modificarse está la principal causa que a nuestro juicio hace que tengamos una moneda cara: la creciente deuda del gobierno.
Esto porque las administraciones (presente y pasadas) no han sido capaces hasta el momento de ser eficientes en el cobro de los impuestos como para que estos les resultaran suficientes para los altos montos que deben enfrentar por pago de planillas de los empleados actuales y anteriores (pensiones). Ni se hace esto ni se reducen dichas planillas.
Así, para conseguir más dinero, el gobierno tiene que ofrecer las tasas de interés más altas, lo que atrae a inversionistas extranjeros que piden colones para comprar bonos del Estado impulsando a la moneda nacional hacia arriba.
Es por esto que lograr que el valor del colón baje sin afectar la productividad nacional sería lograr lo que ni este ni gobiernos anteriores han hecho.
Esto es, un consenso para solucionar de una vez la deuda del sector público mediante recortes en los costos y una reforma fiscal que pase por cobrar bien los impuestos actuales y si se requiere algo más, esto no sea visto por los contribuyentes como una continuación del desperdicio, al haber ya convertido en eficiente al Estado.
Una vez logrado esto se podría, entonces sí, permitir que el colón comenzara a flotar libre y naturalmente. Esta flotación probablemente sería más agitada que sus actuales movimientos. Sin embargo, ello es lo mismo que ocurre en la mayoría de los países del mundo que deben ajustarse a la realidad de sus monedas.
Tendría eso la ventaja, sin embargo, de que se acabaría la posibilidad de una especulación indebida, mediante la cual algunos grupos anticipan y aprovechan futuras decisiones del Banco Central.