Colom y Pérez Molina a segunda ronda
| Martes 11 septiembre, 2007
Socialdemócrata se colocaba a la delantera con el 96% de las mesas escrutadas
Colom y Pérez Molina a segunda ronda
Candidatos representan opciones diferentes, que van desde el énfasis en la política social para luchar contra la pobreza hasta la mano dura
Guatemala
EFE
La mínima diferencia de votos en las elecciones del domingo pasado entre el socialdemócrata Álvaro Colom y el derechista Otto Pérez Molina deja las espadas en alto para la segunda vuelta del 4 de noviembre a la presidencia de Guatemala.
Mientras tanto, la Premio Nobel de la Paz y líder indígena, Rigoberta Menchu, en su afán de conseguir el apoyo de ese sector social, que es y ha sido el más castigado por la pobreza y la violencia, logró apenas el 3% de los votos como candidata del izquierdista Encuentro por Guatemala (EG).
Con más del 96% de los centros de voto escrutados, Colom se adjudicaba ayer al cierre de edición un primer lugar con algo más del 28% de los sufragios, y Pérez Molina un 23%.
Con esos resultados, casi definitivos, el ganador queda muy lejos del 50% más uno de los sufragios necesarios que le exige la legislación electoral guatemalteca para evitar una segunda vuelta con el segundo más votado.
Los dos candidatos representan opciones muy diferentes, que van desde el énfasis de Colom en la política social para luchar contra la pobreza hasta “la mano dura” que promete el general Pérez Molina para erradicar la violencia que preside la vida cotidiana de los guatemaltecos.
Esos son los dos problemas más graves que sufre Guatemala, uno de los países de Latinoamérica con mayor índice de pobreza, a pesar de ser una de las economías más fuertes de Centroamérica, y uno de los más violentos, con una media de 14 asesinatos al día.
Los resultados de las elecciones del domingo revelan asimismo la orfandad y división a efectos de representación política que sufre la población indígena, un 40%.
Lo que quedó claro en las primeras horas del emocionante escrutinio de votos es que Colom, candidato de la Unidad Nacional por la Esperanza (UNE), tiene el respaldo de la población rural.
Por esa razón, los primeros datos del cómputo de votos, procedentes de los medios urbanos, indicaban una amplia victoria de Pérez Molina, candidato del Partido Patriota (PP).
Esa victoria, que desmentía los pronósticos de todas las encuestas previas a la elección y las realizadas a pie de urna, fue tan sorprendente como momentánea.
No obstante, esas mismas encuestas y la mayoría de analistas consultados por Efe coinciden en otorgarle a este ex general, que ha prometido restaurar la penda de muerte, sacar al ejército a las calles y hacer uso del estado de excepción, amplias posibilidades de ganar la segunda vuelta.
La totalidad de los observadores nacionales e internacionales en este proceso electoral, por otra parte, han coincidido en destacar la normalidad y eficiencia democrática con las se celebraron el domingo los comicios.
Estos aplausos se han hecho más intensos debido a que las autoridades electorales afrontaban en estas elecciones el reto de administrar el doble de centros de votación que en las pasadas elecciones.
Igualmente, las misiones de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión Europea (UE) y la local Mirador Electoral (EA), que en conjunto desplegaron miles de personas, admiraron la ausencia de incidentes violentos graves que pudieran haber alterado los resultados legítimos de las elecciones.
Estos comicios venían precedidos de la campaña electoral más violenta de la historia de este país, con medio centenar de candidatos a diferentes cargos, activistas políticos o familiares de ellos asesinados en hechos que aún son investigados para determinar en qué grado estaban políticamente motivados.
En estas elecciones, a las que se presentaron 21 partidos y 14 aspirantes a la Presidencia con sus correspondientes candidatos a la vicepresidencia, casi seis millones de guatemaltecos de los algo más de 13 millones que conforman la población estaban convocados para elegir también a 158 diputados al Parlamento unicameral y 332 alcaldes.
Colom y Pérez Molina a segunda ronda
Candidatos representan opciones diferentes, que van desde el énfasis en la política social para luchar contra la pobreza hasta la mano dura
Guatemala
EFE
La mínima diferencia de votos en las elecciones del domingo pasado entre el socialdemócrata Álvaro Colom y el derechista Otto Pérez Molina deja las espadas en alto para la segunda vuelta del 4 de noviembre a la presidencia de Guatemala.
Mientras tanto, la Premio Nobel de la Paz y líder indígena, Rigoberta Menchu, en su afán de conseguir el apoyo de ese sector social, que es y ha sido el más castigado por la pobreza y la violencia, logró apenas el 3% de los votos como candidata del izquierdista Encuentro por Guatemala (EG).
Con más del 96% de los centros de voto escrutados, Colom se adjudicaba ayer al cierre de edición un primer lugar con algo más del 28% de los sufragios, y Pérez Molina un 23%.
Con esos resultados, casi definitivos, el ganador queda muy lejos del 50% más uno de los sufragios necesarios que le exige la legislación electoral guatemalteca para evitar una segunda vuelta con el segundo más votado.
Los dos candidatos representan opciones muy diferentes, que van desde el énfasis de Colom en la política social para luchar contra la pobreza hasta “la mano dura” que promete el general Pérez Molina para erradicar la violencia que preside la vida cotidiana de los guatemaltecos.
Esos son los dos problemas más graves que sufre Guatemala, uno de los países de Latinoamérica con mayor índice de pobreza, a pesar de ser una de las economías más fuertes de Centroamérica, y uno de los más violentos, con una media de 14 asesinatos al día.
Los resultados de las elecciones del domingo revelan asimismo la orfandad y división a efectos de representación política que sufre la población indígena, un 40%.
Lo que quedó claro en las primeras horas del emocionante escrutinio de votos es que Colom, candidato de la Unidad Nacional por la Esperanza (UNE), tiene el respaldo de la población rural.
Por esa razón, los primeros datos del cómputo de votos, procedentes de los medios urbanos, indicaban una amplia victoria de Pérez Molina, candidato del Partido Patriota (PP).
Esa victoria, que desmentía los pronósticos de todas las encuestas previas a la elección y las realizadas a pie de urna, fue tan sorprendente como momentánea.
No obstante, esas mismas encuestas y la mayoría de analistas consultados por Efe coinciden en otorgarle a este ex general, que ha prometido restaurar la penda de muerte, sacar al ejército a las calles y hacer uso del estado de excepción, amplias posibilidades de ganar la segunda vuelta.
La totalidad de los observadores nacionales e internacionales en este proceso electoral, por otra parte, han coincidido en destacar la normalidad y eficiencia democrática con las se celebraron el domingo los comicios.
Estos aplausos se han hecho más intensos debido a que las autoridades electorales afrontaban en estas elecciones el reto de administrar el doble de centros de votación que en las pasadas elecciones.
Igualmente, las misiones de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión Europea (UE) y la local Mirador Electoral (EA), que en conjunto desplegaron miles de personas, admiraron la ausencia de incidentes violentos graves que pudieran haber alterado los resultados legítimos de las elecciones.
Estos comicios venían precedidos de la campaña electoral más violenta de la historia de este país, con medio centenar de candidatos a diferentes cargos, activistas políticos o familiares de ellos asesinados en hechos que aún son investigados para determinar en qué grado estaban políticamente motivados.
En estas elecciones, a las que se presentaron 21 partidos y 14 aspirantes a la Presidencia con sus correspondientes candidatos a la vicepresidencia, casi seis millones de guatemaltecos de los algo más de 13 millones que conforman la población estaban convocados para elegir también a 158 diputados al Parlamento unicameral y 332 alcaldes.