Colapso de Lehman aviva clamor por reforma
| Miércoles 17 septiembre, 2008
Colapso de Lehman aviva clamor por reforma
Nueva York- Los bancos posiblemente aceleren los esfuerzos de canalizar las operaciones del mercado de permutas de riesgo crediticio, que mueve $62 billones, por una cámara de compensación central o una bolsa, tras la quiebra de Lehman Brothers Holdings Inc. y la reducción de las calificaciones crediticias de American International Group Inc.
Lehman, el primer hacedor de mercados importante que quiebra en los diez años de historia de este sector donde se negocia privadamente y no hay regulación oficial, puede dejar tras de sí miles de millones de dólares de pérdidas potenciales a sus socios comerciales, según Barclays Plc, de Londres. Nadie sabe exactamente cuántas, porque no hay una bolsa central ni un sistema para registrar las operaciones de compra y venta.
“Es pasmoso que al día siguiente de declarada la quiebra yo no pueda decirle a usted el valor nocional de los contratos que Lehman ha suscrito”, dijo Brian Yelvington, estratega de CreditSights Inc., firma de investigaciones sobre bonos, con sede en Nueva York.
Una cámara de compensación capitalizada por los propietarios habría reducido los riesgos porque se hubiera convertido en contrapartida, por una comisión, de cada lado de los tratos. Ahora los bancos están examinando todas las posiciones tomadas para establecer el valor neto de los tratos que se compensan unos a otros y reducir las pérdidas potenciales. La labor de desenredar esa maraña puede prolongarse hasta entrado 2009, dijo John Jay, analista primero de Aide Group, firma de asesoramiento sobre servicios financieros, con sede en Boston.
“Podría tomar una semana tan solo averiguar qué tienen, pero el problema más espinoso es determinar las valoraciones”, dijo Jay. “Es un nudo gordiano, porque hay distintas calificaciones, distintas contrapartidas, distintas fechas de vencimiento y hay que idear la forma de fijarles un valor a estos contratos. Es una pesadilla operacional y una pesadilla jurídica de interpretar lo que cada contrato dice”.
El índice Markit CDX North America Investment Grade Index, que sube conforme disminuye la confianza en las compañías, subió 25 puntos básicos a un récord de 220 unidades a las 7.50 a.m. hora local en Nueva York, según la casa de corretaje Phoenix Partners Group.
AIG encabezó un salto en el costo de la protección contra impagos de bancos de Estados Unidos después que Standard & Poor's y Moody's Investors Service le bajaron las calificaciones crediticias a la mayor aseguradora estadounidense por activos. Las entidades que venden dicha protección exigían un pago adelantado del 49% y otro 5% al año, según los precios de Phoenix Partners.
Efectos
Wall Street sacudió a Daniel Palladino. El no podía decir por qué.
“Estoy tratando de absorber todo esto”, dijo Palladino, de 48 años, un redactor de televisión, mientras tomaba café ayer en el Farmer's Market en Los Angeles y leía crónicas en el diario sobre el colapso de Lehman Brothers Holdings Inc.
El significado de la quiebra de la firma neoyorquina de 158 años se le escapaba, dijo. “No sé más que los demás, financieramente”, dijo. “Un banco para mí es un cajero automático y una cuenta de depósito”.
Como muchos estadounidenses entrevistados, Palladino no sabía con claridad si la turbulencia en Wall Street lo afectaría, o cómo. Linda Burke, de 57 años, consultora de servicio al consumidor de AT&T Inc. en Atlanta, dijo que imaginaba que sus ahorros para el retiro serían golpeados y añadió que estaba enojada, si bien no sabía con quién.
“Si supiera más”, dijo, “podría encontrar alguien a quien culpar”.
La declaración de quiebra de Lehman, la mayor en la historia de Estados Unidos, siguió a la decisión de Merrill Lynch & Co. el fin de semana de venderse a Bank of America Corp. La semana pasada, el Gobierno de Estados Unidos asumió el control de las compañías de financiación hipotecaria Fannie Mae y Freddie Mac. Seis meses antes fue la venta forzosa, respaldada por el Gobierno, de Bear Stearns Cos. a JPMorgan Chase & Co.
El lunes, el índice Standard & Poor's 500 tuvo su mayor caída desde los atentados terroristas de setiembre de 2001. Las acciones de American International Group Inc., la mayor aseguradora de Estados Unidos por activos, se hundieron un 61%, y los representantes de otras firmas financieras mantuvieron conversaciones acerca de cómo apuntalar AIG con préstamos de entre $70 mil millones y $75 mil millones.
La reconfiguración del sector financiero de Estados Unidos está confundiendo a “gente que no vive y no respira esto”, dijo Jim Behrens, director general de Ralls County State Bank en New London, estado de Misuri. Ahora “la gente está prestando atención”.
En cuanto a los precios de las acciones, los estadounidenses no estaban para nada confundidos.
“Vemos cómo se contrae el huevo de nuestro nido para el retiro”, dijo Jan Ziebell, de 66 años, un empleado retirado de una agencia de libertad condicional de Pewaukee, estado de Wisconsin, quien estaba de vacaciones en Manhattan.
Jay Leslie, de 60 años, de East Brunswick, estado de Nueva Jersey, dijo que tal vez no pueda retirarse dentro de cinco años según lo planeaba.
Nueva York- Los bancos posiblemente aceleren los esfuerzos de canalizar las operaciones del mercado de permutas de riesgo crediticio, que mueve $62 billones, por una cámara de compensación central o una bolsa, tras la quiebra de Lehman Brothers Holdings Inc. y la reducción de las calificaciones crediticias de American International Group Inc.
Lehman, el primer hacedor de mercados importante que quiebra en los diez años de historia de este sector donde se negocia privadamente y no hay regulación oficial, puede dejar tras de sí miles de millones de dólares de pérdidas potenciales a sus socios comerciales, según Barclays Plc, de Londres. Nadie sabe exactamente cuántas, porque no hay una bolsa central ni un sistema para registrar las operaciones de compra y venta.
“Es pasmoso que al día siguiente de declarada la quiebra yo no pueda decirle a usted el valor nocional de los contratos que Lehman ha suscrito”, dijo Brian Yelvington, estratega de CreditSights Inc., firma de investigaciones sobre bonos, con sede en Nueva York.
Una cámara de compensación capitalizada por los propietarios habría reducido los riesgos porque se hubiera convertido en contrapartida, por una comisión, de cada lado de los tratos. Ahora los bancos están examinando todas las posiciones tomadas para establecer el valor neto de los tratos que se compensan unos a otros y reducir las pérdidas potenciales. La labor de desenredar esa maraña puede prolongarse hasta entrado 2009, dijo John Jay, analista primero de Aide Group, firma de asesoramiento sobre servicios financieros, con sede en Boston.
“Podría tomar una semana tan solo averiguar qué tienen, pero el problema más espinoso es determinar las valoraciones”, dijo Jay. “Es un nudo gordiano, porque hay distintas calificaciones, distintas contrapartidas, distintas fechas de vencimiento y hay que idear la forma de fijarles un valor a estos contratos. Es una pesadilla operacional y una pesadilla jurídica de interpretar lo que cada contrato dice”.
El índice Markit CDX North America Investment Grade Index, que sube conforme disminuye la confianza en las compañías, subió 25 puntos básicos a un récord de 220 unidades a las 7.50 a.m. hora local en Nueva York, según la casa de corretaje Phoenix Partners Group.
AIG encabezó un salto en el costo de la protección contra impagos de bancos de Estados Unidos después que Standard & Poor's y Moody's Investors Service le bajaron las calificaciones crediticias a la mayor aseguradora estadounidense por activos. Las entidades que venden dicha protección exigían un pago adelantado del 49% y otro 5% al año, según los precios de Phoenix Partners.
Efectos
Wall Street sacudió a Daniel Palladino. El no podía decir por qué.
“Estoy tratando de absorber todo esto”, dijo Palladino, de 48 años, un redactor de televisión, mientras tomaba café ayer en el Farmer's Market en Los Angeles y leía crónicas en el diario sobre el colapso de Lehman Brothers Holdings Inc.
El significado de la quiebra de la firma neoyorquina de 158 años se le escapaba, dijo. “No sé más que los demás, financieramente”, dijo. “Un banco para mí es un cajero automático y una cuenta de depósito”.
Como muchos estadounidenses entrevistados, Palladino no sabía con claridad si la turbulencia en Wall Street lo afectaría, o cómo. Linda Burke, de 57 años, consultora de servicio al consumidor de AT&T Inc. en Atlanta, dijo que imaginaba que sus ahorros para el retiro serían golpeados y añadió que estaba enojada, si bien no sabía con quién.
“Si supiera más”, dijo, “podría encontrar alguien a quien culpar”.
La declaración de quiebra de Lehman, la mayor en la historia de Estados Unidos, siguió a la decisión de Merrill Lynch & Co. el fin de semana de venderse a Bank of America Corp. La semana pasada, el Gobierno de Estados Unidos asumió el control de las compañías de financiación hipotecaria Fannie Mae y Freddie Mac. Seis meses antes fue la venta forzosa, respaldada por el Gobierno, de Bear Stearns Cos. a JPMorgan Chase & Co.
El lunes, el índice Standard & Poor's 500 tuvo su mayor caída desde los atentados terroristas de setiembre de 2001. Las acciones de American International Group Inc., la mayor aseguradora de Estados Unidos por activos, se hundieron un 61%, y los representantes de otras firmas financieras mantuvieron conversaciones acerca de cómo apuntalar AIG con préstamos de entre $70 mil millones y $75 mil millones.
La reconfiguración del sector financiero de Estados Unidos está confundiendo a “gente que no vive y no respira esto”, dijo Jim Behrens, director general de Ralls County State Bank en New London, estado de Misuri. Ahora “la gente está prestando atención”.
En cuanto a los precios de las acciones, los estadounidenses no estaban para nada confundidos.
“Vemos cómo se contrae el huevo de nuestro nido para el retiro”, dijo Jan Ziebell, de 66 años, un empleado retirado de una agencia de libertad condicional de Pewaukee, estado de Wisconsin, quien estaba de vacaciones en Manhattan.
Jay Leslie, de 60 años, de East Brunswick, estado de Nueva Jersey, dijo que tal vez no pueda retirarse dentro de cinco años según lo planeaba.