COI apostó a lo seguro
EFE | Lunes 09 septiembre, 2013
COI apostó a lo seguro
La estabilidad económica de Japón inclinó la balanza a su favor
Tokio albergará por segunda vez en la historia unos Juegos Olímpicos, será en 2020 cuando el deporte se cite en suelo asiático.
El Comité Olímpico Internacional (COI) se inclinó —según la prensa internacional— por las garantías financieras y la seguridad que ofrecía Japón, sin que hayan incidido los temores por la crisis de Fukushima.
Mientras que con Estambul y España —eliminadas— pesó la frágil economía de ambas. Además, del lado de los ibéricos también le achacan la mala respuesta tras ser preguntados por el caso “Operación Puerto”.
La capital nipona, sede en 1964, destinó un presupuesto multimillonario para el desarrollo de ese evento deportivo que diseñó y defendió como un proyecto muy completo.
Tsunekazu Takeda, presidente de la candidatura de Tokio-2020, declaró que se proponen organizar “uno juegos muy compactos” y sostuvo que “hay disponibles $4.500 millones en un fondo aprobado y asignado para la construcción de sedes deportivas”.
“Tokio da seguridad y no tiene problemas financieros para la construcción de las sedes o la organización”, dijo el príncipe Alberto de Mónaco, miembro del COI a los medios.
El 43% de las obras en Tokio para el evento ya están listas e igualmente planean la recuperación de algunas instalaciones de los Juegos de 1964.
En total los JJ.OO. de 2020 dispondrán de 36 instalaciones, la mayoría en un radio de apenas 8 kilómetros, de las cuales 15 ya existen, diez más serían temporales, nueve serían nuevas y otras dos ya están en proceso de construcción.
Además, para la Villa Olímpica, que se construirá sobre la isla de Harumi, contempla un área de 44 hectáreas que, después de los Juegos, tendrá un uso residencial.
Otro de los puntos a favor de los asiáticos, que utilizarán el eslogan “Descubre el mañana”, es la seguridad ciudadana y un efectivo y riguroso programa antidopaje.
Así es como la llama olímpica se volverá a encender en el país del Sol Naciente 54 años después.
Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net