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Chisporroteos

Alberto Cañas afcanas@intnet.co.cr | Miércoles 19 diciembre, 2007


En medio de todas las barbaridades que le ocurren a nuestra capital, aparecen de pronto actos, cosas, detalles que nos devuelven la fe y que nos hacen pensar que si tuviéramos una policía eficiente a lo mejor San José podría presentarse como una ciudad mejor de lo que era hace 50 años, porque reflejan una dosis de progreso.

Veamos esa cosa estupenda (estupenda cada año pero cada vez mejor) que es el Festival de la Luz, con su esplendoroso desfile de carrozas, tan bueno o mejor que los que pueden verse en ciudades famosas por esos desfiles. Lo que vimos el sábado pasado, ¿qué tiene que pedirles a las carrozas y desfiles de Nueva Orleans, o al Festival de las Rosas de California? Un alarde de buen gusto, de orden, de belleza y de alegría. Una de esas cosas con que la Municipalidad de San José suele de cuando en cuando sorprendernos, como una de las poquísimas en el país que están funcionando de veras, y ya llevamos varios periodos de que es así. Independientemente de posiciones políticas, admitamos que el alcalde Johnny Araya es en buena parte responsable de estas ideas y de estos éxitos.

La forma en que la Municipalidad de San José viene celebrando los festejos diciembreros, con cosas hermosas y civilizadas, le hace a uno preguntarse por qué insiste en mantener esa cosa anacrónica, antiestética, antisocial y pueblerina que son las llamadas corridas de toros de Zapote, reflejo de una Costa Rica primitiva, y causa de no pocas muertes y de innúmeras y hediondas borracheras que dicen mal de la ciudad y del país. ¿Por qué no acabar de una vez por todas con eso tan primitivo y concentrarse en darle a la ciudad una nueva versión total de los festejos?

(Paréntesis: Contrasta esto con la actitud de la Municipalidad de mi cantón de Montes de Oca, que ahuyentó con pretextos nimios un acontecimiento anual hermosísimo como era la exposición de arte al aire libre, conocida ya como la “Exposición de Ulises”, que ha sido un acto cultural importante en San Pedro.

La Municipalidad de Curridabat que tiene fama hace años de ser una de las mejores del país, apañó la bola en el aire y no la dejó tocar tierra. Ahora la Exposición de Ulises es en Curridabat. En lo personal, lamento que regidores del PAC hayan sido parte de esta barbaridad cultural. Los que fundamos el PAC teníamos otras ideas. Fin del paréntesis.)

La otra cosa que me tiene optimista sobre San José no es municipal, y es esa presentación diciembrera que lleva ya varios años del ballet El Cascanueces en el Teatro Nacional, presentación que es tradicional en las principales ciudades del mundo. Sé y me alegra, que eso haya sido un empeño personal de Samuel Rovinski como director del teatro. No hay duda de que el Ballet Juvenil Costarricense, y su director, ese estupendo maestro y coreógrafo que nos vino de Cuba y que se llama Pedro Martín Boza, están haciendo una admirable labor. Ballet clásico, gran música, gran coreografía, maravillosos bailarines, grandes esperanzas y grandes realidades.

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