China: Retos y oportunidades del sector exportador

Tras 10 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y China, con un 96% de las líneas arancelarias en libre comercio, quise escribir algunas reflexiones sobre los retos y oportunidades de cara a ese mercado. Si bien cada empresa y producto o servicio tiene sus particularidades, hay situaciones dadas por el entorno. Al mismo tiempo, China juega un rol en el comercio internacional que es cada vez más importante, no solo como “fábrica del mundo” exportando todo tipo de bienes y servicios, sino también, por el acelerado desarrollo de su mercado interno, en el que se demandan cada vez más bienes extranjeros.

Algunos de los retos a nivel interno son de orden transversal y afectan prácticamente a todo el sector exportador. Un ejemplo es el déficit en infraestructura que tiene el país (de especial preocupación Caldera) que es nuestro punto de conexión con China y Asia en general. Siempre en el entorno interno, el exportador debe lidiar, además de con mala infraestructura, con altos costos de producción que en algunos casos ya los hacen poco competitivos, no digamos a nivel internacional, sino inclusive a nivel local.

Algunas de las razones que encarecen el costo de producción en Costa Rica son, entre otros: el precio de la electricidad, sistema impositivo, seguridad ciudadana, altos costos de insumos, tipo de cambio, altos costos de opciones de financiamiento y falta de acceso a dichas opciones, burocracia excesiva y exceso de trámites.

Ahora bien, a nivel externo, algunos de los retos de los exportadores a China, tienen que ver con su política comercial. En materia agrícola, por ejemplo y a pesar de la gran necesidad que tiene ese país de importar alimentos para su extensa población, los procesos de apertura del mercado chino para la exportación de productos de origen animal o vegetal son cuando menos, lentos. El proceso para abrir un producto puede tardar 5, 7, 10 y hasta 15 años. Esta situación de lentitud se ha agudizado con la llegada del COVID-19.

Recientemente, la crisis global de logística y contenedores ha pasado también a convertirse en un gran reto para el exportador a China. Los precios prácticamente se han triplicado y encarecen aún más los productos de exportación. Otro puntos de dolor que complican el proyecto exportador son: el idioma, la cultura, la diferencia horaria, la lejanía del mercado, la limitación a viajes, regulatorio complejo y la fuerte competencia internacional tanto de empresas chinas que producen de todo a muy bajos precios, como de empresas multinacionales que en muchos casos producen desde el mercado chino.

A pesar de lo descrito anteriormente, las oportunidades en China siguen siendo importantes. La demanda de alimentos, por ejemplo, no cede y durante el 2020, su crecimiento tuvo un gran impacto positivo en la economía global. Pero no solo alimentos, también bienes de lujo, electrónicos, dispositivos médicos, automóviles, materias primas, servicios educativos, servicios financieros, etc. Todos estos bienes y servicios son cada vez más demandados por los chinos.

El TLC ha probado ser una sólida carretera para el desarrollo del comercio con esa gran potencia económica y comercial. Hoy día exportamos principalmente dispositivos médicos, productos de eléctrica y electrónica, carne de res, cerdo, jugos y concentrados de frutas, café verde y tostado, maderas, salsas, agua embotellada y muchos otros productos. A diez años de libre comercio con China se ha logrado una diversificación importante. Sin embargo, el TLC es solo una parte en la ecuación. Si queremos aumentar aún más las exportaciones, debemos trabajar fuertemente en la agenda de competitividad nacional y mejorar la propuesta valor de nuestros productos y servicios.

*Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no representan la visión u opinión de la organización para la que trabaja.

José Pablo Rodríguez es director Regional en Asia para Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer)