Castro critica resolución del G-20
| Martes 18 noviembre, 2008
Castro critica resolución del G-20
Ex presidente cubano afirma que “no dice nada”
La Habana
EFE
El ex presidente cubano Fidel Castro opina que la declaración final de la Cumbre del G-20 en Washington “no dice absolutamente nada” y se queja de que “no fueron rozados ni con el pétalo de una flor los privilegios” de Estados Unidos.
“Se trata simplemente de una apelación piadosa a la ética del país más poderoso del planeta (...) como quienes ruegan al lobo que no se devore a la Caperucita Roja”, dice Castro en una nuevo artículo de opinión o “Reflexión” publicado ayer con el título de “El parto de los montes”.
Según el convaleciente líder cubano, “lo increíble es la propia declaración final”, que es “una aceptación plena de las exigencias de (el presidente norteamericano, George W.) Bush, antes y durante la cumbre”.
Afirma que el documento está redactado en “lenguaje tecnocrático, inaccesible para las masas”, refleja “pleitesía al imperio, que no recibe crítica alguna”, y contiene “loas” al FMI, al Banco Mundial y a otras organizaciones multilaterales, a las que acusa de “responsables de la crisis”.
Destaca que la declaración “fue suscrita por Bush, campeón del neoliberalismo, responsable de matanzas y guerras genocidas, que ha invertido en sus aventuras sangrientas todo el dinero que habría sido suficiente para cambiar la faz económica del mundo”.
El G-20, según Castro, nada dice “de lo absurdo de la política de convertir los alimentos en combustible”, ni del “intercambio desigual” que perjudica al Tercer Mundo, ni sobre la carrera armamentista, la ruptura del equilibrio ecológico o “las gravísimas amenazas a la paz que ponen al mundo al borde del exterminio”.
“Sólo una frasecita perdida en el largo documento menciona la necesidad de afrontar el cambio climático, cuatro palabras”, protesta el ex mandatario.
Recuerda que Washington ya “había decidido inyectar $700 mil millones para salvar a sus bancos y empresas transnacionales”, mientras Europa ofrecía una cifra igual o mayor y Japón ha prometido $100 mil millones”.
“Esperan de la República Popular China, que desarrolla crecientes y convenientes vínculos comerciales con los países de América Latina, otra contribución de $100 mil millones procedentes de sus reservas”, agrega el líder cubano en el día en el que el presidente chino, Hu Jintao, tenía previsto llegar a La Habana.
“¿De dónde saldrían tantos dólares, euros y libras esterlinas como no fuera endeudando seriamente a las nuevas generaciones? ¿Cómo se puede construir el edificio de la economía mundial sobre billetes de papel, que es en lo inmediato lo que realmente se pone en circulación?”, pregunta el ex mandatario.
“¿Valdría la pena tanto viaje (...) para reunirse con un presidente al que le quedan sólo 60 días de gobierno, y suscribir un documento que ya estaba diseñado de antemano para ser aprobado en el Washington Museum?”, añade el artículo.
La “Reflexión”, además, ironiza sobre la ubicación de los líderes mundiales durante la cumbre del G-20:
“Bush se mostraba feliz con tener a Lula (da Silva, presidente brasileño) a su diestra en la cena del viernes. A Hu Jintao, al que respeta por el enorme mercado de su país, la capacidad de producir bienes de consumo a bajo precio y el caudal de sus reservas en dólares y bonos de Estados Unidos, lo sentó a su izquierda”.
Ex presidente cubano afirma que “no dice nada”
La Habana
EFE
El ex presidente cubano Fidel Castro opina que la declaración final de la Cumbre del G-20 en Washington “no dice absolutamente nada” y se queja de que “no fueron rozados ni con el pétalo de una flor los privilegios” de Estados Unidos.
“Se trata simplemente de una apelación piadosa a la ética del país más poderoso del planeta (...) como quienes ruegan al lobo que no se devore a la Caperucita Roja”, dice Castro en una nuevo artículo de opinión o “Reflexión” publicado ayer con el título de “El parto de los montes”.
Según el convaleciente líder cubano, “lo increíble es la propia declaración final”, que es “una aceptación plena de las exigencias de (el presidente norteamericano, George W.) Bush, antes y durante la cumbre”.
Afirma que el documento está redactado en “lenguaje tecnocrático, inaccesible para las masas”, refleja “pleitesía al imperio, que no recibe crítica alguna”, y contiene “loas” al FMI, al Banco Mundial y a otras organizaciones multilaterales, a las que acusa de “responsables de la crisis”.
Destaca que la declaración “fue suscrita por Bush, campeón del neoliberalismo, responsable de matanzas y guerras genocidas, que ha invertido en sus aventuras sangrientas todo el dinero que habría sido suficiente para cambiar la faz económica del mundo”.
El G-20, según Castro, nada dice “de lo absurdo de la política de convertir los alimentos en combustible”, ni del “intercambio desigual” que perjudica al Tercer Mundo, ni sobre la carrera armamentista, la ruptura del equilibrio ecológico o “las gravísimas amenazas a la paz que ponen al mundo al borde del exterminio”.
“Sólo una frasecita perdida en el largo documento menciona la necesidad de afrontar el cambio climático, cuatro palabras”, protesta el ex mandatario.
Recuerda que Washington ya “había decidido inyectar $700 mil millones para salvar a sus bancos y empresas transnacionales”, mientras Europa ofrecía una cifra igual o mayor y Japón ha prometido $100 mil millones”.
“Esperan de la República Popular China, que desarrolla crecientes y convenientes vínculos comerciales con los países de América Latina, otra contribución de $100 mil millones procedentes de sus reservas”, agrega el líder cubano en el día en el que el presidente chino, Hu Jintao, tenía previsto llegar a La Habana.
“¿De dónde saldrían tantos dólares, euros y libras esterlinas como no fuera endeudando seriamente a las nuevas generaciones? ¿Cómo se puede construir el edificio de la economía mundial sobre billetes de papel, que es en lo inmediato lo que realmente se pone en circulación?”, pregunta el ex mandatario.
“¿Valdría la pena tanto viaje (...) para reunirse con un presidente al que le quedan sólo 60 días de gobierno, y suscribir un documento que ya estaba diseñado de antemano para ser aprobado en el Washington Museum?”, añade el artículo.
La “Reflexión”, además, ironiza sobre la ubicación de los líderes mundiales durante la cumbre del G-20:
“Bush se mostraba feliz con tener a Lula (da Silva, presidente brasileño) a su diestra en la cena del viernes. A Hu Jintao, al que respeta por el enorme mercado de su país, la capacidad de producir bienes de consumo a bajo precio y el caudal de sus reservas en dólares y bonos de Estados Unidos, lo sentó a su izquierda”.