Carencias de la policía en Turrialba
| Jueves 13 marzo, 2008
Carencias de la policía en Turrialba
El incremento de la violencia e inseguridad ciudadana en Costa Rica, durante los últimos 15 años, se ha constituido en un problema social que necesita ser abordado desde varias aristas y, más precisamente, por aquellas instituciones que tienen responsabilidad directa en el manejo de la seguridad pública.
Concretamente, a pesar de que la delincuencia, la indigencia y la violencia se han movilizado hacia las zonas rurales del país, el ministro del ramo el señor Fernando Berrocal y las instancias judiciales no han renunciado a esta lucha sin cuartel.
Recientemente, la prensa nacional anunció que el gobierno oficializaba la entrega de 40 motocicletas, 200 chalecos antibalas, 350 varas policiales, 11 policías más y equipos de comunicación a la provincia de Cartago, para hacerle frente a la lucha contra la delincuencia.
Mientras eso sucede, en Turrialba, el Ministerio de Salud desaloja a la delegación policial de sus instalaciones, porque, según su criterio, las condiciones en que conviven y laboran los uniformados, no son idóneas para este cuerpo policial.
De acuerdo con los documentos de desalojo, estas son las razones más significativas: el edificio carece de salidas de emergencia, la infraestructura del bien es vieja y débil, no tiene un sistema de ventilación apropiado, tienen problemas de agua, los dormitorios donde pernoctan son muy pequeños y en mal estado, el sistema eléctrico es antiguo y defectuoso, y los radios de comunicación trabajan a medias
No obstante la desazón, la delegación policial de los turrialbeños, que está comprometida con la ciudadanía, sigue velando por el mantenimiento del orden público, la protección de vidas y de propiedades.
Sin embargo el cantón sigue expuesto y bajo la amenaza de la delincuencia local y externa, por no contar con instalaciones céntricas, apropiadas y dignas para realizar su trabajo.
Cabe destacar, que en mi opinión, esta institución (Ministerio de Seguridad Pública) no ha desarrollado ni ha dado continuidad a los planes y programas de lucha contra la delincuencia, además de no contar con una visión integral de su razón de ser.
La policía de Turrialba, por su especial naturaleza, y de las funciones que debe cumplir, y por el hecho de constituir una de las instituciones fundamentales del Estado, debe ser dotada de un edificio que le permita superar esta etapa de transición con el fin de garantizar un buen servicio a la sociedad.
Por lo tanto es imprescindible la profesionalización policial, el pago de salarios dignos, procurar que tengan un mayor bienestar y seguridad social tanto los policías como sus familias.
Finalmente, es el Estado como tal el que está obligado a proveer un orden jurídico, económico y una orientación política en materia de seguridad ciudadana.
Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo
Asociación Salvemos el Río Pacuare
El incremento de la violencia e inseguridad ciudadana en Costa Rica, durante los últimos 15 años, se ha constituido en un problema social que necesita ser abordado desde varias aristas y, más precisamente, por aquellas instituciones que tienen responsabilidad directa en el manejo de la seguridad pública.
Concretamente, a pesar de que la delincuencia, la indigencia y la violencia se han movilizado hacia las zonas rurales del país, el ministro del ramo el señor Fernando Berrocal y las instancias judiciales no han renunciado a esta lucha sin cuartel.
Recientemente, la prensa nacional anunció que el gobierno oficializaba la entrega de 40 motocicletas, 200 chalecos antibalas, 350 varas policiales, 11 policías más y equipos de comunicación a la provincia de Cartago, para hacerle frente a la lucha contra la delincuencia.
Mientras eso sucede, en Turrialba, el Ministerio de Salud desaloja a la delegación policial de sus instalaciones, porque, según su criterio, las condiciones en que conviven y laboran los uniformados, no son idóneas para este cuerpo policial.
De acuerdo con los documentos de desalojo, estas son las razones más significativas: el edificio carece de salidas de emergencia, la infraestructura del bien es vieja y débil, no tiene un sistema de ventilación apropiado, tienen problemas de agua, los dormitorios donde pernoctan son muy pequeños y en mal estado, el sistema eléctrico es antiguo y defectuoso, y los radios de comunicación trabajan a medias
No obstante la desazón, la delegación policial de los turrialbeños, que está comprometida con la ciudadanía, sigue velando por el mantenimiento del orden público, la protección de vidas y de propiedades.
Sin embargo el cantón sigue expuesto y bajo la amenaza de la delincuencia local y externa, por no contar con instalaciones céntricas, apropiadas y dignas para realizar su trabajo.
Cabe destacar, que en mi opinión, esta institución (Ministerio de Seguridad Pública) no ha desarrollado ni ha dado continuidad a los planes y programas de lucha contra la delincuencia, además de no contar con una visión integral de su razón de ser.
La policía de Turrialba, por su especial naturaleza, y de las funciones que debe cumplir, y por el hecho de constituir una de las instituciones fundamentales del Estado, debe ser dotada de un edificio que le permita superar esta etapa de transición con el fin de garantizar un buen servicio a la sociedad.
Por lo tanto es imprescindible la profesionalización policial, el pago de salarios dignos, procurar que tengan un mayor bienestar y seguridad social tanto los policías como sus familias.
Finalmente, es el Estado como tal el que está obligado a proveer un orden jurídico, económico y una orientación política en materia de seguridad ciudadana.
Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo
Asociación Salvemos el Río Pacuare