Cambios de la bolsa que el modelo de la Fed no puede predecir
Bloomberg | Martes 09 agosto, 2016
Se les está haciendo más difícil a los accionistas explicar las altas valoraciones en las acciones estadounidenses, y uno de los últimos argumentos que les quedaban, que las acciones son en realidad baratas comparadas con los bonos, está siendo cuestionado.
En tanto las compañías pueden estar altamente valoradas en relación a ítems como ventas y ganancias, los valores puestos sobre activos de renta fija son mucho más altos. Eso es importante porque los dos mercados solían moverse al mismo ritmo, desde principios de la década de 1980 hasta la burbuja de Internet. Desde entonces, ambos se han separado, y una de las conclusiones explica que las acciones tienen espacio para repuntar cerca del 40% para ponerse a la par con su relación histórica.
El problema para los inversionistas es que los valores se han separado por tanto tiempo ya, que posiblemente algo ha cambiado mucho. Si bien las compañías se han beneficiado de las tasas de interés bajas y la menor inflación de las últimas tres décadas, la preocupación ahora es que quizás esto se haya vuelto algo demasiado bueno.
"Tenemos una inflación muy baja o deflación, lo que significa inversiones continuas en renta fija, pero no buenas perspectivas para el crecimiento de ganancias o acciones", dijo Jason Brady, un administrador de cartera de valores en Thornburg Investment Management, que supervisa cerca de $60 mil millones.
Comparar valoraciones de acciones y bonos es lo que a veces se llama el modelo de la Fed, deducido por Edward Yardeni a partir de un informe del banco central de julio de 1997. Las compañías pueden tener valoraciones altas respecto de las ganancias, dice la teoría, pero si las valoraciones de los bonos son aún más altas, las acciones tienen espacio para repuntar.
Defensores del modelo de la Fed enmarcan las valoraciones en términos de rendimiento, lo opuesto de relaciones de precio-ganancia. Visto de esta forma, el índice S&P 500 ofrece un rendimiento de las ganancias de cerca del 5%, o sea, por cada dólar invertido, se obtienen 10 centavos como ganancia. Eso se compara con el pago de intereses del 1,4% en bonos del Tesoro de Estados Unidos a diez años, o 1,4 centavos por cada dólar gastado.
"La convergencia del promedio al largo plazo podría provenir de cualquier dirección", escribió en 15 de julio David Kostin, un analista de Goldman Sachs Group. "El camino más probable involucra presiones inflacionarias que empujan el rendimiento de los bonos a niveles más altos, mientras que las revisiones negativas de ganancias están entre los riesgos que llevarían los precios de las acciones aún más abajo al corto plazo.
El modelo de la Fed funciona pobremente comparado con métodos más simples de predecir cuándo las acciones serán atractivas. Un estudio del Bank of America reveló que, como herramienta para predecir los rendimientos a diez años, las relaciones precio-ganancias eran diez veces más precisas de cómo les irá a las acciones, mientras que parámetros como precio a valor contable eran incluso mejores.