Calma regresa a Kosovo
| Jueves 21 febrero, 2008
Belgrado prometió ayuda a los serbo-kosovares
Calma regresa a Kosovo
Europa desmintió que el nuevo país se vaya a convertir en un protectorado del Viejo Continente
Pristina
EFE
Kosovo vivió ayer su tercer día de independencia en una ambiente de tensa calma, mientras que Belgrado envió a cuatro ministros a varios enclaves serbios de su provincia escindida unilateralmente para prometer ayuda financiera a sus habitantes.
Tras la tensión vivida el martes, cuando cientos de manifestantes serbios enfurecidos con la independencia de Kosovo destruyeron dos pasos fronterizos en la parte norte del nuevo país, ayer imperó la calma.
Las fuerzas de la OTAN, que habían bloqueado la noche del martes esos puestos, los reabrieron ayer y fuerzas especiales de la ONU en Kosovo se estacionaron en sus inmediaciones.
En Mitrovica, el principal centro urbano serbio en el norte de Kosovo, entre 500 y 600 personas se manifestaron para expresar su rechazo a la independencia kosovar, proclamada el domingo pasado y reconocida ya por EE.UU. y las principales potencias europeas.
En esa concentración no se produjeron incidentes, según aseguraron fuentes de la policía local, al igual que durante las visitas de los cuatro ministros serbios a la región.
El ministro serbio de Economía, Mladjan Dinkic, estuvo en Zvecan, en el norte de Kosovo, donde prometió a los serbios más inversiones para impulsar su paupérrima situación económica.
El objetivo de las ayudas es garantizar la presencia serbia en esa región, que Belgrado considera la cuna natal de su nación.
Mientras, en Pristina, el futuro jefe de la misión europea en Kosovo, el holandés Peter Faith, rechazó ayer que el nuevo país se vaya a convertir en un protectorado europeo.
Calma regresa a Kosovo
Europa desmintió que el nuevo país se vaya a convertir en un protectorado del Viejo Continente
Pristina
EFE
Kosovo vivió ayer su tercer día de independencia en una ambiente de tensa calma, mientras que Belgrado envió a cuatro ministros a varios enclaves serbios de su provincia escindida unilateralmente para prometer ayuda financiera a sus habitantes.
Tras la tensión vivida el martes, cuando cientos de manifestantes serbios enfurecidos con la independencia de Kosovo destruyeron dos pasos fronterizos en la parte norte del nuevo país, ayer imperó la calma.
Las fuerzas de la OTAN, que habían bloqueado la noche del martes esos puestos, los reabrieron ayer y fuerzas especiales de la ONU en Kosovo se estacionaron en sus inmediaciones.
En Mitrovica, el principal centro urbano serbio en el norte de Kosovo, entre 500 y 600 personas se manifestaron para expresar su rechazo a la independencia kosovar, proclamada el domingo pasado y reconocida ya por EE.UU. y las principales potencias europeas.
En esa concentración no se produjeron incidentes, según aseguraron fuentes de la policía local, al igual que durante las visitas de los cuatro ministros serbios a la región.
El ministro serbio de Economía, Mladjan Dinkic, estuvo en Zvecan, en el norte de Kosovo, donde prometió a los serbios más inversiones para impulsar su paupérrima situación económica.
El objetivo de las ayudas es garantizar la presencia serbia en esa región, que Belgrado considera la cuna natal de su nación.
Mientras, en Pristina, el futuro jefe de la misión europea en Kosovo, el holandés Peter Faith, rechazó ayer que el nuevo país se vaya a convertir en un protectorado europeo.