Cajas retornables revolucionan mercado de embalaje
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 15 abril, 2008
Nuevo sistema busca ser mejor solución para los exportadores
Cajas retornables revolucionan mercado de embalaje
Producción de cajas de plástico retornables beneficiará ambiente y bolsillo de los empresarios
María Krystal Echeverría
kecheverria@larepublica.net
Con el propósito de revolucionar el mercado de embalaje tradicional para exportación, la empresa Cajas Plásticas para Exportación Retornables S.A. (CERSA) abrió sus puertas, convirtiéndose en la primera compañía en el mundo en producir este innovador sistema.
Se trata de la elaboración de cajas plásticas modulares, retornables y reutilizables, que resultan compatibles con la mayoría de artículos exportables electrónicos, orgánicos, perecederos y no perecederos.
La empresa, que inició operaciones a inicios de marzo, busca producir un sistema de embalaje diferente que resulte amigable con el ambiente, así como asequible al bolsillo de sus clientes.
“La idea de incursionar en este proyecto se inició hace poco más de tres años, principalmente para buscar una opción diferente que mitigue el problema de contaminación que provocan otros sistemas de embalaje”, explicó Edgar Hidalgo, propietario CERSA.
Las cajas tienen la particularidad de que una vez que se sacan los productos pueden plegarse, lo que permite un aprovechamiento máximo del espacio dentro del furgón o medio de transporte utilizado.
Una vez devueltas al lugar de origen las cajas se arman nuevamente mediante la introducción de los pines. El embalaje, además de adaptarse al tamaño del producto que se exporta, tiene una vida útil de cinco años, luego es reciclado para una nueva utilización.
“Entre los beneficios que trae al país el producto es que evita la deforestación porque sustituye a las cajas tradicionales de madera. Es 100% viable con naturaleza”, agregó Hidalgo.
El producto está patentado en Estados Unidos, Europa y países de Latinoamérica incluido Costa Rica. Asimismo, mediante un sello especial similar a un marchamo, se brinda al cliente la total seguridad de que su producto no será abierto mientras se dirige a su destino.
“Por medio del marchamo que contiene una coleta con el nombre del destinatario, se garantiza total seguridad sobre el producto por lo que, no corre el riesgo de ser contaminado o dañado”, aseguró Hidalgo.
Entre los clientes potenciales se encuentran todos los exportadores del mundo, desde pequeños, hasta grandes de los sectores electrónico, industrial, alimentario, plantas ornamentales y flores, entre otros que utilicen otro tipo de cajas.
“Estamos haciendo ajustes para iniciar la producción masiva, este producto le permite al usuario tener una economía a cinco años de más del 100%, por el hecho de ser retornable. Además representa un gasto de menos de $5 millones”, aseveró Hidalgo.
El empresario resaltó que el costo de cada unidad depende de las cantidades que requiere el exportador, y adquirir el producto representa un giro comercial para el cliente y se optimiza un ahorro importante.
CERSA se ubica en Santa Bárbara de Heredia y espera que en un periodo de entre dos y tres meses se incremente el número de trabajadores hasta 50 personas.
“Queremos que este producto ayude a la conservación del ecosistema para evitar la deforestación y contaminación provocadas por los demás productos, así como sustituir la manera tradicional de embalaje del mercado mundial”, concluyó Hidalgo.
Cajas retornables revolucionan mercado de embalaje
Producción de cajas de plástico retornables beneficiará ambiente y bolsillo de los empresarios
María Krystal Echeverría
kecheverria@larepublica.net
Con el propósito de revolucionar el mercado de embalaje tradicional para exportación, la empresa Cajas Plásticas para Exportación Retornables S.A. (CERSA) abrió sus puertas, convirtiéndose en la primera compañía en el mundo en producir este innovador sistema.
Se trata de la elaboración de cajas plásticas modulares, retornables y reutilizables, que resultan compatibles con la mayoría de artículos exportables electrónicos, orgánicos, perecederos y no perecederos.
La empresa, que inició operaciones a inicios de marzo, busca producir un sistema de embalaje diferente que resulte amigable con el ambiente, así como asequible al bolsillo de sus clientes.
“La idea de incursionar en este proyecto se inició hace poco más de tres años, principalmente para buscar una opción diferente que mitigue el problema de contaminación que provocan otros sistemas de embalaje”, explicó Edgar Hidalgo, propietario CERSA.
Las cajas tienen la particularidad de que una vez que se sacan los productos pueden plegarse, lo que permite un aprovechamiento máximo del espacio dentro del furgón o medio de transporte utilizado.
Una vez devueltas al lugar de origen las cajas se arman nuevamente mediante la introducción de los pines. El embalaje, además de adaptarse al tamaño del producto que se exporta, tiene una vida útil de cinco años, luego es reciclado para una nueva utilización.
“Entre los beneficios que trae al país el producto es que evita la deforestación porque sustituye a las cajas tradicionales de madera. Es 100% viable con naturaleza”, agregó Hidalgo.
El producto está patentado en Estados Unidos, Europa y países de Latinoamérica incluido Costa Rica. Asimismo, mediante un sello especial similar a un marchamo, se brinda al cliente la total seguridad de que su producto no será abierto mientras se dirige a su destino.
“Por medio del marchamo que contiene una coleta con el nombre del destinatario, se garantiza total seguridad sobre el producto por lo que, no corre el riesgo de ser contaminado o dañado”, aseguró Hidalgo.
Entre los clientes potenciales se encuentran todos los exportadores del mundo, desde pequeños, hasta grandes de los sectores electrónico, industrial, alimentario, plantas ornamentales y flores, entre otros que utilicen otro tipo de cajas.
“Estamos haciendo ajustes para iniciar la producción masiva, este producto le permite al usuario tener una economía a cinco años de más del 100%, por el hecho de ser retornable. Además representa un gasto de menos de $5 millones”, aseveró Hidalgo.
El empresario resaltó que el costo de cada unidad depende de las cantidades que requiere el exportador, y adquirir el producto representa un giro comercial para el cliente y se optimiza un ahorro importante.
CERSA se ubica en Santa Bárbara de Heredia y espera que en un periodo de entre dos y tres meses se incremente el número de trabajadores hasta 50 personas.
“Queremos que este producto ayude a la conservación del ecosistema para evitar la deforestación y contaminación provocadas por los demás productos, así como sustituir la manera tradicional de embalaje del mercado mundial”, concluyó Hidalgo.