Bush visita Cisjordania
| Viernes 11 enero, 2008
Bush visita Cisjordania
Presidente de EE.UU. afirmó que israelíes y palestinos sellarán un acuerdo de paz antes de que finalice su período en la Casa Blanca
Ramala
EFE
George W. Bush, presidente de Estados Unidos, declaró ayer en Ramala estar seguro de que los israelíes y los palestinos firmarán un acuerdo de paz antes de que él salga de la Casa Blanca, dentro de un año.
Bush, el primer presidente de Estados Unidos que visita Ramala, llevó su mensaje optimista al corazón de Cisjordania, donde estuvo protegido por un virtual ejército de 4 mil efectivos palestinos, con francotiradores de los servicios de seguridad apostados en los tejados, en una operación coordinada por la Casa Blanca y la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
En la Mukata, la sede del Gobierno palestino, Bush se manifestó convencido de que tendrá éxito donde sus predecesores fallaron y, pese no haberse involucrado personalmente en mediar en el conflicto hasta hace unos meses, prometió una patria a corto plazo para el pueblo palestino.
Más tarde Bush emitió una declaración que detalla por primera vez los parámetros de un futuro acuerdo de paz.
En una intervención cuidadosamente preparada desde el Hotel Rey David de Jerusalén, donde se aloja, Bush afirmó que ambas partes tendrán que hacer “concesiones difíciles en términos políticos” y marcó la pauta de por dónde cree que deben marchar las conversaciones.
El presidente usó dos palabras cargadas de significado, al llamar “Palestina” por primera vez al futuro estado que emerja, junto a Israel, en Tierra Santa.
El Presidente sugirió dar compensaciones económicas a los 4,4 millones de refugiados palestinos -según cifras de la ONU-, que reclaman volver a los hogares que ellos o sus padres o abuelos dejaron en lo que ahora es Israel durante la guerra de 1948.
Es una idea que ha rodado por el ámbito diplomático por algún tiempo, pero que hasta ahora Estados Unidos no había suscrito, según confirmó el Consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, en una rueda de prensa posterior a la intervención de Bush.
“El acuerdo debe establecer a Palestina como la patria del pueblo palestino, del mismo modo que Israel es la patria del pueblo judío”, dijo Bush.
Con esta declaración y la realizada el miércoles cuando habló de Israel como “un estado judío”, Bush parece indicar que los palestinos exiliados no volverían a Israel -lo que de otra forma podría convertir a los árabes en mayoría en ese país-, sino al futuro estado de Palestina.
Sobre la cuestión del territorio, el presidente señaló que “debe ponerse fin a la ocupación que comenzó en 1967”.
Fue entonces, en la llamada “Guerra de los Seis Días”, cuando Israel capturó Cisjordania, Gaza, los Altos del Golán sirios, Jerusalén Este y el Sinaí, una península que posteriormente devolvió a Egipto.
Hadley matizó, sin embargo, que la declaración de Bush no significa que Estados Unidos exija a Israel que retorne en su todos esos territorios, donde viven actualmente más de 230 mil colonos israelíes.
“Las fronteras del nuevo estado tendrán que ser negociadas por ambas partes”, dijo el funcionario.
El presidente dijo que el futuro acuerdo entrañará cambios en las líneas del armisticio de 1949, alcanzado tras la primera guerra de los israelíes contra los países árabes, “de forma que se refleje la realidad actual”.
El resultado final de las negociaciones debe ser, en su opinión, un estado de Israel con “fronteras reconocidas internacionalmente y seguras”, y un estado de Palestina “viable, contiguo, soberano e independiente”.
Ese nuevo estado incluiría a Gaza, pese a que ahora la Franja está controlada por el grupo islámico Hamás, que se niega a reconocer el derecho de Israel a existir.
Hadley dijo que los negociadores deberán estudiar los vínculos posibles entre Gaza y Cisjordania para que el nuevo estado tenga territorio “contiguo”.
En cuanto al futuro de Jerusalén, que tanto la ANP como Israel reclaman como su capital, Bush no ofreció sugerencias, sino que afirmó que será “uno de los desafíos más difíciles en el camino hacia la paz”.
El presidente describió los principios que puso sobre la mesa como “un punto de partida” de las negociaciones y Hadley señaló que “reflejan el diálogo actual de las partes”.
Para dar fuerza al proceso, Bush volverá “al menos una vez, y quizá dos, a la región” antes del fin de su mandato, en enero de 2009, informó Hadley, quien no quiso dar más detalles.
Presidente de EE.UU. afirmó que israelíes y palestinos sellarán un acuerdo de paz antes de que finalice su período en la Casa Blanca
Ramala
EFE
George W. Bush, presidente de Estados Unidos, declaró ayer en Ramala estar seguro de que los israelíes y los palestinos firmarán un acuerdo de paz antes de que él salga de la Casa Blanca, dentro de un año.
Bush, el primer presidente de Estados Unidos que visita Ramala, llevó su mensaje optimista al corazón de Cisjordania, donde estuvo protegido por un virtual ejército de 4 mil efectivos palestinos, con francotiradores de los servicios de seguridad apostados en los tejados, en una operación coordinada por la Casa Blanca y la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
En la Mukata, la sede del Gobierno palestino, Bush se manifestó convencido de que tendrá éxito donde sus predecesores fallaron y, pese no haberse involucrado personalmente en mediar en el conflicto hasta hace unos meses, prometió una patria a corto plazo para el pueblo palestino.
Más tarde Bush emitió una declaración que detalla por primera vez los parámetros de un futuro acuerdo de paz.
En una intervención cuidadosamente preparada desde el Hotel Rey David de Jerusalén, donde se aloja, Bush afirmó que ambas partes tendrán que hacer “concesiones difíciles en términos políticos” y marcó la pauta de por dónde cree que deben marchar las conversaciones.
El presidente usó dos palabras cargadas de significado, al llamar “Palestina” por primera vez al futuro estado que emerja, junto a Israel, en Tierra Santa.
El Presidente sugirió dar compensaciones económicas a los 4,4 millones de refugiados palestinos -según cifras de la ONU-, que reclaman volver a los hogares que ellos o sus padres o abuelos dejaron en lo que ahora es Israel durante la guerra de 1948.
Es una idea que ha rodado por el ámbito diplomático por algún tiempo, pero que hasta ahora Estados Unidos no había suscrito, según confirmó el Consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, en una rueda de prensa posterior a la intervención de Bush.
“El acuerdo debe establecer a Palestina como la patria del pueblo palestino, del mismo modo que Israel es la patria del pueblo judío”, dijo Bush.
Con esta declaración y la realizada el miércoles cuando habló de Israel como “un estado judío”, Bush parece indicar que los palestinos exiliados no volverían a Israel -lo que de otra forma podría convertir a los árabes en mayoría en ese país-, sino al futuro estado de Palestina.
Sobre la cuestión del territorio, el presidente señaló que “debe ponerse fin a la ocupación que comenzó en 1967”.
Fue entonces, en la llamada “Guerra de los Seis Días”, cuando Israel capturó Cisjordania, Gaza, los Altos del Golán sirios, Jerusalén Este y el Sinaí, una península que posteriormente devolvió a Egipto.
Hadley matizó, sin embargo, que la declaración de Bush no significa que Estados Unidos exija a Israel que retorne en su todos esos territorios, donde viven actualmente más de 230 mil colonos israelíes.
“Las fronteras del nuevo estado tendrán que ser negociadas por ambas partes”, dijo el funcionario.
El presidente dijo que el futuro acuerdo entrañará cambios en las líneas del armisticio de 1949, alcanzado tras la primera guerra de los israelíes contra los países árabes, “de forma que se refleje la realidad actual”.
El resultado final de las negociaciones debe ser, en su opinión, un estado de Israel con “fronteras reconocidas internacionalmente y seguras”, y un estado de Palestina “viable, contiguo, soberano e independiente”.
Ese nuevo estado incluiría a Gaza, pese a que ahora la Franja está controlada por el grupo islámico Hamás, que se niega a reconocer el derecho de Israel a existir.
Hadley dijo que los negociadores deberán estudiar los vínculos posibles entre Gaza y Cisjordania para que el nuevo estado tenga territorio “contiguo”.
En cuanto al futuro de Jerusalén, que tanto la ANP como Israel reclaman como su capital, Bush no ofreció sugerencias, sino que afirmó que será “uno de los desafíos más difíciles en el camino hacia la paz”.
El presidente describió los principios que puso sobre la mesa como “un punto de partida” de las negociaciones y Hadley señaló que “reflejan el diálogo actual de las partes”.
Para dar fuerza al proceso, Bush volverá “al menos una vez, y quizá dos, a la región” antes del fin de su mandato, en enero de 2009, informó Hadley, quien no quiso dar más detalles.