Bush protagoniza patinazos verbales
| Sábado 08 septiembre, 2007
Bush protagoniza patinazos verbales
Sydney
EFE
George W. Bush, presidente de Estados Unidos, tuvo el viernes un día de lo más variopinto, que arrancó con dos meteduras de pata, continuó con un extraño intercambio diplomático con Corea del Sur y finalizó con planes de pesca en Siberia.
En el camino le dio tiempo para hablar de todo un poco, desde la Ronda de Doha de negociaciones comerciales, que animó a revivir, hasta la democracia en China, que instó a mejorar, los presos políticos de Birmania, que pidió liberar, y el cambio climático, que prometió atajar.
Su agenda de trabajo arrancó a primera hora de la mañana con un discurso ante un grupo de líderes empresariales que participan en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Fue allí donde puso de manifiesto su dominio del arte del gazapo, al confundir el APEC con la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), convertir en austríacas a las tropas australianas y equivocarse de salida tras su glorioso debut.
El resto del día deparaba otras sorpresas como el inusual intercambio diplomático que tuvo lugar al final de su reunión bilateral con Roh Moo-hyun, presidente de Corea del Sur.
La tensión llegó cuando Roh instó a Bush a dar oficialmente por terminada la Guerra de Corea (1950-53).
Bush replicó que el conflicto, que técnicamente continúa hoy en día al haberse firmado sólo un armisticio y no un acuerdo permanente de paz, terminará cuando el norcoreano Kim Jong-il ponga fin a su programa nuclear.
"Si pudieras ser un poco más específico", increpó Roh, a lo que el presidente de Estados Unidos respondió: "No puedo ser más claro, señor presidente, esperamos el día en el que podamos poner fin a la guerra de Corea. Eso sucederá cuando Kim Jong-il desmantele de forma verificable sus programas armamentísticos".
El intercambio estuvo acompañado de las risas nerviosas de Condoleezza Rice, secretaria de Estado norteamericana, y otros funcionarios estadounidenses presentes en el acto.
La Casa Blanca minimizó posteriormente la tensión y dijo que se había perdido parte del contexto durante la traducción.
Después de ese trajín, el encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, fue un paseo de rosas.
Los dos intercambiaron palabras amables y bromas al final de un encuentro del que no salió nada concreto salvo, eso sí, la invitación que Putin hizo extensiva a Bush para que se vaya de pesca a Siberia con él.
"Acordamos que disfrutaremos de la pesca no solo en Estados Unidos sino en algún lugar de Siberia pronto", dijo el líder ruso.
Sydney
EFE
George W. Bush, presidente de Estados Unidos, tuvo el viernes un día de lo más variopinto, que arrancó con dos meteduras de pata, continuó con un extraño intercambio diplomático con Corea del Sur y finalizó con planes de pesca en Siberia.
En el camino le dio tiempo para hablar de todo un poco, desde la Ronda de Doha de negociaciones comerciales, que animó a revivir, hasta la democracia en China, que instó a mejorar, los presos políticos de Birmania, que pidió liberar, y el cambio climático, que prometió atajar.
Su agenda de trabajo arrancó a primera hora de la mañana con un discurso ante un grupo de líderes empresariales que participan en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Fue allí donde puso de manifiesto su dominio del arte del gazapo, al confundir el APEC con la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), convertir en austríacas a las tropas australianas y equivocarse de salida tras su glorioso debut.
El resto del día deparaba otras sorpresas como el inusual intercambio diplomático que tuvo lugar al final de su reunión bilateral con Roh Moo-hyun, presidente de Corea del Sur.
La tensión llegó cuando Roh instó a Bush a dar oficialmente por terminada la Guerra de Corea (1950-53).
Bush replicó que el conflicto, que técnicamente continúa hoy en día al haberse firmado sólo un armisticio y no un acuerdo permanente de paz, terminará cuando el norcoreano Kim Jong-il ponga fin a su programa nuclear.
"Si pudieras ser un poco más específico", increpó Roh, a lo que el presidente de Estados Unidos respondió: "No puedo ser más claro, señor presidente, esperamos el día en el que podamos poner fin a la guerra de Corea. Eso sucederá cuando Kim Jong-il desmantele de forma verificable sus programas armamentísticos".
El intercambio estuvo acompañado de las risas nerviosas de Condoleezza Rice, secretaria de Estado norteamericana, y otros funcionarios estadounidenses presentes en el acto.
La Casa Blanca minimizó posteriormente la tensión y dijo que se había perdido parte del contexto durante la traducción.
Después de ese trajín, el encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, fue un paseo de rosas.
Los dos intercambiaron palabras amables y bromas al final de un encuentro del que no salió nada concreto salvo, eso sí, la invitación que Putin hizo extensiva a Bush para que se vaya de pesca a Siberia con él.
"Acordamos que disfrutaremos de la pesca no solo en Estados Unidos sino en algún lugar de Siberia pronto", dijo el líder ruso.