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COLUMNISTAS


¡Buena suerte don Carlos, buena suerte señor Presidente!

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 11 mayo, 2018


Sinceramente

¡Buena suerte don Carlos, buena suerte señor Presidente!

Buena suerte don Carlos, Costa Rica le acompaña. No afloje, no se rinda. Su suerte es la nuestra, así que esperamos de usted seriedad, constancia, trabajo arduo, congruencia, honestidad, decencia y la convicción de que la actuación de los titulares de los poderes públicos fortalece o destruye la institucionalidad y que usted ha sido electo para ese puesto para dar solidez a la institución de la presidencia y al resto de aquellas adscritas al Poder Ejecutivo.

Viajamos en el mismo barco, todos llevamos el mismo derrotero. Todos estamos a bordo, por lo que si el barco hace agua todos saldremos mojados. Usted don Carlos será nuestra guía, usted habrá de gobernarnos con la palabra y con el ejemplo. Al enaltecer la función pública, todos lo haremos junto a usted. Al actuar con seriedad y consciente de las consecuencias y de la trascendencia de lo dicho y hecho, todos actuaremos en concordancia y nos motivará su conducta en nuestras propias acciones.

Es que si un Jefe de Estado actúa como un pachuco, si es de actuar ligero e incurrir en payasadas, los ciudadanos de ese hipotético país no solo le perderán el respeto sino que verán sus propias conductas afectadas por la suya como jefe. Los pescados se pudren de la cabeza para abajo. Usted deberá ser el ejemplo de nuestro deber ser. Por favor no pierda la superioridad moral.

Muchos retos fiscales le acompañan don Carlos, pero muchas más son las esperanzas que junto a usted tenemos los costarricenses de que su administración sea efectiva. Muchos problemas que usted enfrentará son heredados, muchos. Niveles de gasto, niveles de deuda con su consecuente carga de intereses, vicios en la administración, tramitología y mediocridad serán heredados, pero eso no ha sido jamás excusa para que un presidente no los enfrente y los resuelva. En usted depositamos plenamente confianza y seguridad de que hará lo correcto.

Nada más recordaremos que cuando no se tiene dinero no se gasta. Cuando se financia el presupuesto del Poder Ejecutivo en cerca del 44% lo que se está haciendo es hipotecando el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos. No gastemos en lo que podemos prescindir, no dupliquemos gastos, no desperdiciemos recursos, administremos la hacienda pública como un buen padre de familia haría con sus propios ingresos para atender a los suyos. Estamos con usted don Carlos, no desmaye y recuerde que la disciplina en el gasto y el ahorro, hasta en las pequeñas cosas, enaltece.

Parece conveniente congelar las plazas del sector público en pleno. Pareciera indispensable legislar para que se puedan hacer transferencias horizontales de personal de una institución autónoma a los poderes del Estado. Pareciera que debe legislarse para que el personal sobrante en los poderes del Estado pueda transferirse a las instituciones autónomas y descentralizadas para que la reducción de plazas en unos sea provechosa a otros.

Don Carlos, no podemos aumentar el gasto público, el empleo público, la deuda estatal, desperdicios, duplicaciones y gastos superfluos. Los presupuestos no pueden crecer como lo hizo el gobierno inmediatamente anterior al suyo. Es imposible mantener crecimientos reales de la magnitud que el gobierno anterior sostuvo. Es claro que el déficit fiscal lo recibe usted en un 6,2% del PIB y de no controlarse podría llevarnos a una calamidad nacional. Los presupuestos financiados con deuda han llevado la misma a un 50% del PIB si se toman en cuenta las deudas de los poderes del Estado solamente. Si se tomaran en cuenta las deudas del resto del sector público descentralizado y autónomo esta deuda se situaría cerca del 66% del producto interno bruto. La indisciplina fiscal ha llevado a las calificadoras de riesgo a bajarnos en su apreciación de nuestra capacidad de pago y a despojarnos del grado de inversión. Hereda usted una pérdida de credibilidad ante las instituciones internacionales. “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes…Josué 1:9”

Es una lástima que los años de intereses históricamente bajos y de los precios del petróleo igualmente reducidos no se hayan empleado para corregir problemas lejos de ensancharlos. Pero no lloremos sobre la leche vertida, seamos valientes, enfrentemos nuestros problemas y démosles solución.

Hay que estimular el crecimiento de la economía. Hay que estimular la generación de empleo. No se estimula la generación de empleo disfrazando el desempleo, tampoco contratando más funcionarios públicos en las instituciones autónomas del sector público, menos en los poderes del Estado. Siempre un presidente debe ser referente de seriedad y de claridad.

El tipo de cambio del colón debe permanecer neutral. No es razonable el gastar reservas para defender el valor externo de nuestra moneda. Hay que crear conciencia entre los ciudadanos que el valor del dólar no es fijo y que ajustes en su valor respecto del colón podrán venir. Muchas personas han sido guiadas a creer que el valor del dólar estará fijo y entonces han acumulado deudas en moneda extranjera financiando apartamentos y casas, automóviles y enseres domésticos. Muchos costarricenses han llenado de deudas en dólares sus tarjetas de crédito. Gobernar es educar y usted don Carlos deberá ayudarnos a adquirir la educación necesaria para vivir estos tiempos que podrían venir.

Don Carlos, ¡Sé fuerte y valiente! A grandes problemas grandes soluciones. A seguir construyendo el clima de unidad y de reconstrucción de Costa Rica. A comenzar a resolver los grandes problemas y a enfrentar los grandes retos. “Este no es el final, ni siquiera el principio del fin, pero podría ser el final del principio” …de la resolución de nuestros grandes retos. En la unidad del país está su mayor fuerza. El lanzar grupos en contra de otros como alguno intentó recientemente despedaza la institucionalidad, la armonía y entendimiento sociales. La unidad de los costarricenses es la herramienta de paz más poderosa en la resolución de los problemas nacionales.
Viva Costa Rica.

ebruce@larepublica.net

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