Brasil un socio estratégico
| Sábado 30 mayo, 2009
Brasil un socio estratégico
La República Federativa de Brasil es un ejemplo para el mundo en materia de relaciones internacionales, ya que posee características únicas que le han permitido posicionarse como líder del sistema americano, y recientemente ha dado pasos acertados en la búsqueda de espacios como líder mundial. A través de la historia, la política internacional del Brasil mantiene una coherencia y previsibilidad sin caer en añejamientos innecesarios. Una política no confrontacionista y que ha defendido la universalidad de las fuerzas multilaterales sobre el abusivo poder unilateral.
Los ejes temáticos de su comportamiento internacional comprenden también el respeto a la diversidad cultural, a la investigación científica en pro del medio ambiente, y donde las volátiles tendencias político-ideológicas no han mermado la visión del país, siendo así su política exterior un motor de desarrollo con un eje humanístico que le ha dado frutos en el concierto de las naciones.
La potencia media. Durante la década de 1980, podemos caracterizar a Brasil como un país proteccionista en su modelo económico y en vías de desarrollo. Sin embargo, con la llegada de los años 90 Brasil se dio cuenta de que tiene un alto potencial de desarrollo por medio de una política internacional enfocada a logros económicos relevantes. Así se convierte en un abanderado de la liberalización del comercio y lidera la integración regional por medio del MERCOSUR, además finalmente establece relaciones diplomáticas con zonas geográficas con las que generalmente nuestro continente no tenía relación en aquel momento, como lo es el sureste asiático, Africa y Europa Central. Gracias a ese esfuerzo se posicionó en lo que se ha llamado una potencia media. Al respecto Amado Luiz Acervo decía que “no fueron en Brasil los regímenes o los Gobiernos en sí los responsables por la formulación de la política exterior: fueron las concepciones sociales de desarrollo”.
Brasil por ende jugó como potencia media un rol de coordinación y diálogo entre los países en vías de desarrollo con los países industrializados y en parte por las iniciativas de carácter universal que originó desde la participación proactiva en los foros multilaterales y de integración regional. Otro aspecto que marcó la diferencia de ser esa potencia media, fue que estableció relaciones político económicas recíprocamente remuneradas, por lo que su visión estratégica fortaleció los vínculos con el mundo industrializado, aprendiendo de los avances tecnológicos y adaptándolos a su propio motor social.
Lula y el paso a potencia mundial. Con la llegada de Lula a la presidencia, existía un temor a un cambio radical en el comportamiento del subcontinente brasileño, sin embargo Lula ha ejercido un socialismo responsable que gracias a un refuerzo en la participación de Brasil en foros mundiales, le ha dado a ese país la posibilidad de codearse con los Estados del G-8 en sus últimas reuniones y que muchos crean que en la reforma a la ONU Brasil pueda ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.
Hoy en día Brasil es uno de los Estados más vehementes en el estudio de fuentes alternativas de energía y pionero en el tema de biocombustibles, un fuerte defensor de los derechos de los países en desarrollo dentro de las negociaciones de Doha, un difusor de la diplomacia cultural y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, así como a acciones concretas para mitigar el cambio climático.
Brasil hoy tiene las puertas del mundo abiertas para sus temas de interés y por eso debemos los costarricenses fomentar la relación con ese país del Sur para fortalecer los espacios de acción común como medio ambiente y multilateralismo.
Hoy Costa Rica tiene la oportunidad de ser el compañero de luchas de esta potencia continental, no solo en materia ambiental, sino en materia cultural y comercial, la próxima visita de Lula a Costa Rica es reflejo de que nuestra política exterior camina por la dirección correcta.
Jorge Rodríguez Vives
Internacionalista
La República Federativa de Brasil es un ejemplo para el mundo en materia de relaciones internacionales, ya que posee características únicas que le han permitido posicionarse como líder del sistema americano, y recientemente ha dado pasos acertados en la búsqueda de espacios como líder mundial. A través de la historia, la política internacional del Brasil mantiene una coherencia y previsibilidad sin caer en añejamientos innecesarios. Una política no confrontacionista y que ha defendido la universalidad de las fuerzas multilaterales sobre el abusivo poder unilateral.
Los ejes temáticos de su comportamiento internacional comprenden también el respeto a la diversidad cultural, a la investigación científica en pro del medio ambiente, y donde las volátiles tendencias político-ideológicas no han mermado la visión del país, siendo así su política exterior un motor de desarrollo con un eje humanístico que le ha dado frutos en el concierto de las naciones.
La potencia media. Durante la década de 1980, podemos caracterizar a Brasil como un país proteccionista en su modelo económico y en vías de desarrollo. Sin embargo, con la llegada de los años 90 Brasil se dio cuenta de que tiene un alto potencial de desarrollo por medio de una política internacional enfocada a logros económicos relevantes. Así se convierte en un abanderado de la liberalización del comercio y lidera la integración regional por medio del MERCOSUR, además finalmente establece relaciones diplomáticas con zonas geográficas con las que generalmente nuestro continente no tenía relación en aquel momento, como lo es el sureste asiático, Africa y Europa Central. Gracias a ese esfuerzo se posicionó en lo que se ha llamado una potencia media. Al respecto Amado Luiz Acervo decía que “no fueron en Brasil los regímenes o los Gobiernos en sí los responsables por la formulación de la política exterior: fueron las concepciones sociales de desarrollo”.
Brasil por ende jugó como potencia media un rol de coordinación y diálogo entre los países en vías de desarrollo con los países industrializados y en parte por las iniciativas de carácter universal que originó desde la participación proactiva en los foros multilaterales y de integración regional. Otro aspecto que marcó la diferencia de ser esa potencia media, fue que estableció relaciones político económicas recíprocamente remuneradas, por lo que su visión estratégica fortaleció los vínculos con el mundo industrializado, aprendiendo de los avances tecnológicos y adaptándolos a su propio motor social.
Lula y el paso a potencia mundial. Con la llegada de Lula a la presidencia, existía un temor a un cambio radical en el comportamiento del subcontinente brasileño, sin embargo Lula ha ejercido un socialismo responsable que gracias a un refuerzo en la participación de Brasil en foros mundiales, le ha dado a ese país la posibilidad de codearse con los Estados del G-8 en sus últimas reuniones y que muchos crean que en la reforma a la ONU Brasil pueda ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.
Hoy en día Brasil es uno de los Estados más vehementes en el estudio de fuentes alternativas de energía y pionero en el tema de biocombustibles, un fuerte defensor de los derechos de los países en desarrollo dentro de las negociaciones de Doha, un difusor de la diplomacia cultural y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, así como a acciones concretas para mitigar el cambio climático.
Brasil hoy tiene las puertas del mundo abiertas para sus temas de interés y por eso debemos los costarricenses fomentar la relación con ese país del Sur para fortalecer los espacios de acción común como medio ambiente y multilateralismo.
Hoy Costa Rica tiene la oportunidad de ser el compañero de luchas de esta potencia continental, no solo en materia ambiental, sino en materia cultural y comercial, la próxima visita de Lula a Costa Rica es reflejo de que nuestra política exterior camina por la dirección correcta.
Jorge Rodríguez Vives
Internacionalista