Bolsas latinas bailan al compás de la crisis
| Miércoles 17 septiembre, 2008
Bolsas latinas bailan al compás de la crisis
Sao Paulo
EFE
Los mercados de América Latina vivieron ayer otra jornada de intensa volatilidad, un día después del “lunes negro” causado por la crisis financiera en Estados Unidos, que ha golpeado especialmente a los países emergentes.
El pánico de la víspera volvió a notarse ayer en la apertura de las principales bolsas de la región, pero en la recta final algunas cambiaron de rumbo y pasaron a la orilla de las ganancias.
Las peores caída del día fueron del IGBC de la Bolsa de Colombia (-3,78%), del IGBVL de Lima (-3,35%) y del IPSA de Santiago (-1,74%), mientras que el Ibovespa de Sao Paulo, que llegó a perder en la jornada el 4,45%, se benefició del repunte de Wall Street y subió el 1,68%.
El Merval de Buenos Aires, que también abrió con pérdidas, avanzó finalmente el 0,61%, en tanto que la bolsa mexicana, que la víspera había caído el 3,79%, no operó ayer por festivo local.
“No hay cómo saber si lo peor ya pasó. La sensación es de que estamos realmente en medio de un vendaval”, dijo a Efe el director de la Asociación de Analistas y Profesionales de Inversión del Mercado de Capitales de Brasil (Apimec), Antonio Carlos Colangelo.
La turbulencia externa también agitó nuevamente a los mercados de divisas, donde las monedas locales volvieron a ceder terreno frente al dólar, una tendencia que, para algunos expertos, puede continuar mientras no se vea una luz al final del túnel por el que transita el sistema financiero estadounidense.
“El dólar debe seguir en alza ante las monedas latinoamericanas, porque en momentos de crisis esa divisa deja de responder a los fundamentos de la oferta y la demanda y pasa a ser una reserva de valor para los inversores”, dijo a Efe el analista Nelson Carneiro, de la agencia de calificación de riesgo Austin Rating.
Según los analistas, en tiempos difíciles como el actual, por más que el sistema financiero de Estados Unidos esté en crisis, los inversores prefieren vender títulos de empresas de países emergentes, como los latinoamericanos, y buscar refugio en el viejo y conocido “billete verde”, lo que también causa estragos en las bolsas de la región.
“Los inversores extranjeros están saliendo de los mercados emergentes y vendiendo acciones de commodities”, principalmente minerales, apuntó Carneiro.
La venta masiva de papeles de empresas dedicadas a la producción y exportación de materias primas, que en las últimos días ha mandado a la lona a los sectores minero y metalúrgico, es consecuencia, además, del temor de los agentes financieros a una frenada en seco de la economía mundial.
Para los especialistas, la economía real de los países latinoamericanos todavía no ha sido contaminada por la crisis financiera, como lo demuestra el crecimiento del 6% del Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil en el primer semestre, pero el horizonte aparece cada vez más nublado.
Los inversores tienen dudas sobre la salud de la economía estadounidense, temen una recesión en Japón y una desaceleración en Europa, lo que reduce la demanda de materias primas, de las cuales América Latina es gran productor.
“Hay una gran incertidumbre, porque el ritmo de actividad de los países desarrollados tiende a caer y hasta un emergente como China habla de un crecimiento menor. Esa expectativa penaliza a las empresas dedicadas a las materias primas”, opinó Colangelo.
A juicio del analista, aunque los mercados latinoamericanos sufrieron en el pasado las consecuencias de otras crisis graves, la actual “parece peor, porque involucra a las grandes corporaciones financieras de Estados Unidos, con reflejos en Europa y Japón”.
Sin embargo, los expertos anotan que los emergentes están ahora más preparados que en el pasado para enfrentar las turbulencias externas.
Eso puede verse en el grado de inversión obtenido por las economías de Brasil, México, Chile y Perú, y también en el aumento de las reservas internacionales de la mayoría de los países latinoamericanos, que en la bonanza financiera de los últimos años se prepararon para enfrentar los periodos de vacas flacas.
Sao Paulo
EFE
Los mercados de América Latina vivieron ayer otra jornada de intensa volatilidad, un día después del “lunes negro” causado por la crisis financiera en Estados Unidos, que ha golpeado especialmente a los países emergentes.
El pánico de la víspera volvió a notarse ayer en la apertura de las principales bolsas de la región, pero en la recta final algunas cambiaron de rumbo y pasaron a la orilla de las ganancias.
Las peores caída del día fueron del IGBC de la Bolsa de Colombia (-3,78%), del IGBVL de Lima (-3,35%) y del IPSA de Santiago (-1,74%), mientras que el Ibovespa de Sao Paulo, que llegó a perder en la jornada el 4,45%, se benefició del repunte de Wall Street y subió el 1,68%.
El Merval de Buenos Aires, que también abrió con pérdidas, avanzó finalmente el 0,61%, en tanto que la bolsa mexicana, que la víspera había caído el 3,79%, no operó ayer por festivo local.
“No hay cómo saber si lo peor ya pasó. La sensación es de que estamos realmente en medio de un vendaval”, dijo a Efe el director de la Asociación de Analistas y Profesionales de Inversión del Mercado de Capitales de Brasil (Apimec), Antonio Carlos Colangelo.
La turbulencia externa también agitó nuevamente a los mercados de divisas, donde las monedas locales volvieron a ceder terreno frente al dólar, una tendencia que, para algunos expertos, puede continuar mientras no se vea una luz al final del túnel por el que transita el sistema financiero estadounidense.
“El dólar debe seguir en alza ante las monedas latinoamericanas, porque en momentos de crisis esa divisa deja de responder a los fundamentos de la oferta y la demanda y pasa a ser una reserva de valor para los inversores”, dijo a Efe el analista Nelson Carneiro, de la agencia de calificación de riesgo Austin Rating.
Según los analistas, en tiempos difíciles como el actual, por más que el sistema financiero de Estados Unidos esté en crisis, los inversores prefieren vender títulos de empresas de países emergentes, como los latinoamericanos, y buscar refugio en el viejo y conocido “billete verde”, lo que también causa estragos en las bolsas de la región.
“Los inversores extranjeros están saliendo de los mercados emergentes y vendiendo acciones de commodities”, principalmente minerales, apuntó Carneiro.
La venta masiva de papeles de empresas dedicadas a la producción y exportación de materias primas, que en las últimos días ha mandado a la lona a los sectores minero y metalúrgico, es consecuencia, además, del temor de los agentes financieros a una frenada en seco de la economía mundial.
Para los especialistas, la economía real de los países latinoamericanos todavía no ha sido contaminada por la crisis financiera, como lo demuestra el crecimiento del 6% del Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil en el primer semestre, pero el horizonte aparece cada vez más nublado.
Los inversores tienen dudas sobre la salud de la economía estadounidense, temen una recesión en Japón y una desaceleración en Europa, lo que reduce la demanda de materias primas, de las cuales América Latina es gran productor.
“Hay una gran incertidumbre, porque el ritmo de actividad de los países desarrollados tiende a caer y hasta un emergente como China habla de un crecimiento menor. Esa expectativa penaliza a las empresas dedicadas a las materias primas”, opinó Colangelo.
A juicio del analista, aunque los mercados latinoamericanos sufrieron en el pasado las consecuencias de otras crisis graves, la actual “parece peor, porque involucra a las grandes corporaciones financieras de Estados Unidos, con reflejos en Europa y Japón”.
Sin embargo, los expertos anotan que los emergentes están ahora más preparados que en el pasado para enfrentar las turbulencias externas.
Eso puede verse en el grado de inversión obtenido por las economías de Brasil, México, Chile y Perú, y también en el aumento de las reservas internacionales de la mayoría de los países latinoamericanos, que en la bonanza financiera de los últimos años se prepararon para enfrentar los periodos de vacas flacas.