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Bolivia ahora debe importar combustibles

| Martes 28 julio, 2009




Bolivia ahora debe importar combustibles

La Paz
EFE

La caída de la producción de gas en Bolivia ha hecho que el país, considerado una potencia gasífera en Sudamérica, deba importar gasóleo, gasolina y gas licuado de petróleo (GLP) para su consumo interno.
Analistas consultados por Efe aseguran que esta situación es consecuencia de la inestabilidad para las inversiones en el área, producto del proceso de nacionalización de los hidrocarburos iniciado en 2006 por el presidente Evo Morales.
Mientras, el Ejecutivo insiste en que las importaciones de combustibles son circunstanciales y responden a la reducción de la demanda brasileña de gas natural, pues ambas operaciones están relacionadas.
La producción de gasóleo en Bolivia siempre ha sido deficitaria y en años pasados hubo problemas de desabastecimiento sobre todo en la región oriental del país, donde el sector agrario requiere enormes volúmenes del combustible para producir.
El país compra gasóleo a Venezuela a precio internacional para cubrir el 40% de la demanda en el mercado interno, donde el carburante se vende a un costo subvencionado por el Estado. Sin embargo, este año se ha sumado otra necesidad.
El presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Carlos Villegas, admitió la semana pasada que el país está importando 18 mil metros cúbicos de gasolina desde Chile, cifra que, dijo, representa menos del 1% de la demanda interna del combustible.
Según Villegas, la causa es que la producción interna cayó por el descenso de la demanda brasileña de gas, como ocurrió en enero de este año y que ha vuelto a suceder la semana pasada, pese a un repunte registrado a inicios del mes.
Mientras, el viceministro de Comercialización de Hidrocarburos, William Donaire, informó el 9 de julio que Bolivia está importando entre 30 y 40 toneladas de gas licuado a diario desde Argentina para garantizar el abastecimiento durante el invierno.
Para el analista Hugo de la Fuente, la baja no sólo se debe a que Brasil esté pidiendo menos gas, sino a que la producción de crudo cayó porque los pozos que actualmente se explotan entraron “en declive” y no se invierte en la perforación de nuevos yacimientos.
Explicó que en 2005, el país producía unos 50 mil barriles de crudo por día, mientras que, calculó, la producción actual oscila entre 36 mil a 37 mil barriles.
A ello, el analista Humberto Vacaflor acotó que desde finales de los 70 había un “equilibrio delicado” entre la producción y el consumo de combustibles, estabilidad que ahora “se ha roto”, pues la industria no se desarrolló a la par de la demanda.
YPFB tenía planes para iniciar la añorada industrialización del gas este año con la instalación de una planta separadora de componentes líquidos en la localidad cruceña de Río Grande, donde se producirían 260 toneladas de GLP y 450 barriles de gasolina a diario.
Pero las obras quedaron paralizadas tras un escándalo de corrupción que derivó en el encarcelamiento del ex presidente de YPFB, Santos Ramírez, por lo que ahora el Gobierno estima que la estructura estará instalada recién en 2011.
Mientras no se tenga la capacidad de extraer líquidos del gas, la importación de combustibles continuará, lo cual es “una muy mala señal” para los países que veían a Bolivia como proveedor de gas y para los posibles inversionistas, opinaron los expertos consultados.
“Esto está mostrando que si bien la nacionalización de los hidrocarburos tuvo un efecto inmediato en una mayor recaudación, el efecto a mediano y largo plazo fue pésimo porque desincentivó las inversiones”, dijo De la Fuente.
Mientras, Vacaflor consideró que la incertidumbre generada en las petroleras por el tiempo que tomó la renegociación de contratos con Bolivia hizo que las empresas vean al país como “una especie de agujero negro”.






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