Ballmer será persistente en su oferta por Yahoo
| Viernes 08 febrero, 2008
Ballmer será persistente en su oferta por Yahoo
San Francisco -- Steve Ballmer no acepta un no por respuesta.
El máximo responsable de Microsoft Corp. perdió $7 mil millones con la consola de videojuegos Xbox antes de lograr una ganancia. Volcó $7.500 millones a lo largo de dos años y medio en un negocio de Internet que aún está detrás de Google Inc. en ventas de avisos por un margen de 7 a 1. Y no va a permitir que el rechazo de la junta de Yahoo! Inc. en febrero de 2007 le impida comprar esa compañía para alcanzar a Google.
Ballmer, que un año atrás no había puesto sobre la mesa más de $1.500 millones para una adquisición, aumentó la apuesta. No solo propuso lo que sería la mayor compra tecnológica, siete veces más grande que el récord de Microsoft, sino que hizo la primera oferta no solicitada en la historia de la compañía. Ballmer le dio a la junta de Yahoo menos de un día de aviso antes de hacer pública su propuesta de $44.600 millones por el segundo vendedor de publicidad por Internet.
“Es absolutamente implacable”, dijo John Connors, un inversor de capital riesgo establecido en Bellevue, estado de Washington, que fue director financiero de Ballmer durante cinco años. “Es incansable, en particular cuando se trata de poner a Microsoft en una mejor posición, y en la competencia con Google se va a necesitar una maniobra audaz”.
Microsoft, el mayor fabricante de programas informáticos, podría plantear una oferta hostil si el directorio de Yahoo no cede esta vez. Microsoft tuvo conversaciones con Yahoo, de Sunnyvale, estado de California, a partir de 2006.
Ballmer, de 51 años, atribuye el éxito de Microsoft a la persistencia y a la disposición de hacer apuestas a largo plazo, estrategia que a veces enfurece a los inversores. En una conferencia telefónica con los empleados después de anunciar la oferta del 1 de febrero, Ballmer se comprometió a aplicar la misma dedicación que puso Microsoft en el desarrollo de sus programas Windows y Office.
“Perseveramos en las cosas”, dijo, según una trascripción. “No empezamos y dejamos”. Ballmer declinó hacer comentarios para este artículo.
El jefe de Microsoft no demora cuando decide acometer una compra. Mike McCue, máximo responsable de Tellme Networks Inc., tuvo reuniones con Ballmer por dos días el año pasado antes del Super Bowl, el partido de campeonato de fútbol americano profesional, e imaginó que su grupo iba a saber de él después del partido.
Ese domingo por la mañana, Ballmer, que tiene una maestría en matemática del Harvard College, de Cambridge, estado de Massachusetts, los convocó de nuevo, esta vez a lo que llamó un “campamento de matemática”, y ayudó a McCue a volcar cifras en una hoja de cálculo a fin de decidir si la combinación funcionaría. En cierto momento, Ballmer se emocionó tanto que empezó a gesticular violentamente mientras sostenía una lata abierta de gaseosa, rociando con ella a McCue y sus ejecutivos.
Esta vez, McCue, ex rival de Ballmer en Netscape Communications Corp. que por años estuvo convencido de que Microsoft era el “imperio del mal”, se dejó llevar por el entusiasmo. Los empleados de Yahoo podrían pasar por una conversión similar después de “cierta incertidumbre inicial”, dijo.
Ballmer también está lidiando con los inversores de Microsoft, quienes se quejan de que el precio de Yahoo sería demasiado alto y que resultaría difícil integrar dos compañías cuyas divisiones de Internet cuentan con casi los mismos productos.
“Dos de cada tres de estas grandes adquisiciones fallan, de manera que las probabilidades son escasas”, dijo Michael Cusumano, profesor de la Sloan School of Management en el Massachusetts Institute of Technology en Cambridge, que ha escrito cuatro libros sobre Microsoft.
Las probabilidades son aún menores para una oferta hostil, agregó. Los clientes y empleados de Yahoo podrían desertar.
Microsoft está tratando de alcanzar a Google. No maneja más de 14% de las búsquedas en la Web, cantidad que apenas ha variado desde 2004, según Nielsen Online. Google, con sede en Mountain View, estado de California, procesa el 56%, cosechando ingreso de publicidad como resultado.
San Francisco -- Steve Ballmer no acepta un no por respuesta.
El máximo responsable de Microsoft Corp. perdió $7 mil millones con la consola de videojuegos Xbox antes de lograr una ganancia. Volcó $7.500 millones a lo largo de dos años y medio en un negocio de Internet que aún está detrás de Google Inc. en ventas de avisos por un margen de 7 a 1. Y no va a permitir que el rechazo de la junta de Yahoo! Inc. en febrero de 2007 le impida comprar esa compañía para alcanzar a Google.
Ballmer, que un año atrás no había puesto sobre la mesa más de $1.500 millones para una adquisición, aumentó la apuesta. No solo propuso lo que sería la mayor compra tecnológica, siete veces más grande que el récord de Microsoft, sino que hizo la primera oferta no solicitada en la historia de la compañía. Ballmer le dio a la junta de Yahoo menos de un día de aviso antes de hacer pública su propuesta de $44.600 millones por el segundo vendedor de publicidad por Internet.
“Es absolutamente implacable”, dijo John Connors, un inversor de capital riesgo establecido en Bellevue, estado de Washington, que fue director financiero de Ballmer durante cinco años. “Es incansable, en particular cuando se trata de poner a Microsoft en una mejor posición, y en la competencia con Google se va a necesitar una maniobra audaz”.
Microsoft, el mayor fabricante de programas informáticos, podría plantear una oferta hostil si el directorio de Yahoo no cede esta vez. Microsoft tuvo conversaciones con Yahoo, de Sunnyvale, estado de California, a partir de 2006.
Ballmer, de 51 años, atribuye el éxito de Microsoft a la persistencia y a la disposición de hacer apuestas a largo plazo, estrategia que a veces enfurece a los inversores. En una conferencia telefónica con los empleados después de anunciar la oferta del 1 de febrero, Ballmer se comprometió a aplicar la misma dedicación que puso Microsoft en el desarrollo de sus programas Windows y Office.
“Perseveramos en las cosas”, dijo, según una trascripción. “No empezamos y dejamos”. Ballmer declinó hacer comentarios para este artículo.
El jefe de Microsoft no demora cuando decide acometer una compra. Mike McCue, máximo responsable de Tellme Networks Inc., tuvo reuniones con Ballmer por dos días el año pasado antes del Super Bowl, el partido de campeonato de fútbol americano profesional, e imaginó que su grupo iba a saber de él después del partido.
Ese domingo por la mañana, Ballmer, que tiene una maestría en matemática del Harvard College, de Cambridge, estado de Massachusetts, los convocó de nuevo, esta vez a lo que llamó un “campamento de matemática”, y ayudó a McCue a volcar cifras en una hoja de cálculo a fin de decidir si la combinación funcionaría. En cierto momento, Ballmer se emocionó tanto que empezó a gesticular violentamente mientras sostenía una lata abierta de gaseosa, rociando con ella a McCue y sus ejecutivos.
Esta vez, McCue, ex rival de Ballmer en Netscape Communications Corp. que por años estuvo convencido de que Microsoft era el “imperio del mal”, se dejó llevar por el entusiasmo. Los empleados de Yahoo podrían pasar por una conversión similar después de “cierta incertidumbre inicial”, dijo.
Ballmer también está lidiando con los inversores de Microsoft, quienes se quejan de que el precio de Yahoo sería demasiado alto y que resultaría difícil integrar dos compañías cuyas divisiones de Internet cuentan con casi los mismos productos.
“Dos de cada tres de estas grandes adquisiciones fallan, de manera que las probabilidades son escasas”, dijo Michael Cusumano, profesor de la Sloan School of Management en el Massachusetts Institute of Technology en Cambridge, que ha escrito cuatro libros sobre Microsoft.
Las probabilidades son aún menores para una oferta hostil, agregó. Los clientes y empleados de Yahoo podrían desertar.
Microsoft está tratando de alcanzar a Google. No maneja más de 14% de las búsquedas en la Web, cantidad que apenas ha variado desde 2004, según Nielsen Online. Google, con sede en Mountain View, estado de California, procesa el 56%, cosechando ingreso de publicidad como resultado.