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Jueves, 25 de abril de 2024



EDITORIAL


Aún a tiempo de evitar el desastre

| Lunes 14 octubre, 2013




Todo evidencia la falta de controles y la ausencia de voluntad política para intervenir con energía en las instituciones. Deben hacerse los cambios necesarios.


Aún a tiempo de evitar el desastre


El gobierno anterior recibió el país con sus arcas llenas y una gran cantidad de retos: infraestructura, salud, educación y seguridad, entre otros. La mayoría de ellos quedaron pendientes y el dinero se gastó.
El gobierno actual, recibió el país sin dinero, con los retos pendientes y con una planilla pública aumentada y costosa convertida en grave problema que llevó a Costa Rica al endeudamiento externo. Los retos siguen sin resolverse.
El próximo gobierno deberá enfrentar esa situación a partir de mayo de 2014. No lo tiene fácil pero tampoco imposible.
Un buen programa de gobierno, realista e inclusivo, decidido y capaz para enfrentar con acierto los problemas que afectan a las diversas esferas de la sociedad, tendría una gran oportunidad de devolver a los costarricenses la fe en la política y en sus gobernantes.
Seguridad, salud, infraestructura, educación y empleo no son factores aislados, sino componentes que se afectan unos a otros.
Bien atendidos, estos pueden generar una sinergia creciente que levante la calidad de vida de la población, la credibilidad en sus gobernantes y la buena disposición para apoyar planes de una administración capaz de demostrar la transparencia en todo lo que hace.
Es evidente que las políticas vienen siendo equivocadas y la administración falla. De lo contrario los resultados serían otros. Es urgente establecer un sano equilibrio proveniente de un crecimiento económico vigoroso acompañado de buenas políticas sociales.
Pero estas no darán ningún resultado si solo se basan en pequeñas ayudas que no sanan las heridas por donde se siguen desangrando y enfermando la sociedad y el país: la pobreza y la desigualdad.
La solución pasa por la eficiencia y eficacia del aparato estatal, el control estricto del gasto y el poner a funcionar bien las instituciones esenciales como la Caja, el MOPT, Educación, Seguridad y AyA, entre otras.
Pero además habrá que enfrentar con cuidadoso acierto el tema energético, el de las fuentes, conservación y distribución del agua y los efectos del cambio climático.
Hemos tenido demasiados años de un manejo de las cosas que se ejemplifica muy bien en casos como el que dimos en llamar “la platina”, que desgastan el erario público en millones de dólares sin ningún resultado, como lo señala una nota de este medio el jueves anterior.
Todo evidencia el lamentable descontrol que ha venido imperando y la falta de voluntad política para intervenir con energía en las instituciones.
Deben hacerse los cambios necesarios. Aún estamos a tiempo de evitar el desastre.
 







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