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Jueves, 12 de diciembre de 2024



EDITORIAL


Atender las causas de la pobreza

| Lunes 26 noviembre, 2012




Además de atender los síntomas de la pobreza hay que invertir en incrementar capital humano: educación, buena atención en salud y capacitación de adultos mayores para que sigan siendo productivos, entre otros


Atender las causas de la pobreza

¿Qué pasa? ¿Por qué cada vez hay más pobres en una Costa Rica que históricamente fue solidaria y bastante más capaz que ahora para mantener a su población sin los sufrimientos que significa la pobreza? ¿Qué políticas empezaron a fallar en este sentido o sus aplicaciones?
Hay más pobres hoy en el país que hace cinco años, dice una nota de este medio el viernes anterior. Y se anota que los datos indican que los programas aplicados para reducir esta penuria no han producido el impacto adecuado.
Año con año la población vulnerable en este sentido va en aumento en vez de disminuir, como es el objetivo de las instituciones sociales y sus presupuestos, según datos del Estado de la Nación 2012.
Nuestra nota concluye que los malos resultados se deberían a dos factores: por un lado que los dineros destinados a combatir la pobreza no sean suficientes y por otro que las actuaciones no sean las adecuadas.
Las cifras son claras: durante los primeros ocho años de la década de 1990 la población en pobreza fue en promedio del 19%, pero durante los tres siguientes años la cifra pasó al 23%.
Es urgente revisar lo que falla para corregir. Cuando en un país hay gente que no puede satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, salud, educación y vivienda) se deben atender esos síntomas pero también sus causas.
De lo contrario los presupuestos destinados a paliar esas consecuencias no logran, aun si están bien aplicados, interrumpir la reproducción intergeneracional de la pobreza.
En Costa Rica se ha intentado disminuir los síntomas de la creciente pobreza originada en buena medida en la falta de haber preparado al agro y a las pymes para saber aprovechar las oportunidades de la apertura comercial e insertarse con éxito en la globalización.
Pero además de atender síntomas hay que invertir en incrementar capital humano: educación para los niños, buena atención en salud (preventiva y curativa) y capacitación de adultos mayores para que sigan siendo productivos, entre otros.
Es necesario insertar a las familias pobres a la dinámica de desarrollo nacional y en eso no hubo ni adecuada capacitación ni dio frutos la Banca para el Desarrollo.
Hay que señalar además que datos de la CEPAL de 2007, indican que en la mayoría de países de América Latina y el Caribe, de acuerdo con el tamaño de las poblaciones cubiertas con programas para combatir pobreza (beneficiarios), hubo algunos en donde se atendió a más del 20% de la población (Brasil, México), en otros entre el 6% y el 10% (Chile, Ecuador, Honduras, Jamaica, República Dominicana y Uruguay) y otros varios en donde esa proporción fue menor al 6% de la población y entre ellos está Costa Rica.
 







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