Armas de protección del inversionista, aprenda a usarlas
| Viernes 26 septiembre, 2008
Armas de protección del inversionista, aprenda a usarlas
En Costa Rica se ha creado toda una infraestructura jurídica de control y supervisión destinada principalmente a la protección del inversionista. Pero si este no sabe utilizar esos mecanismos, o simplemente no se informa, no pregunta, y se deja llevar por lo primero que le digan, de nada le servirán.
Para empezar, todo el mercado de valores está bajo la estricta regulación de la Superintendencia General de Valores (Sugeval), que vela por que se cumplan los reglamentos y regula la actividad de los participantes, es decir, de los puestos de bolsa, los corredores y los emisores.
Adicionalmente, la Bolsa Nacional de Valores también ofrece mecanismos que regulan el control del negocio. Por ejemplo, si existe un rumor que puede perjudicar a los inversionistas, la bolsa está autorizada para detener la negociación de un título, e incluso anular las compras y ventas que se hicieron durante un periodo “anormal” de actividad.
Pero la bolsa, como ocurre en todo lo relacionado con finanzas, es un negocio de confianza, y es el corredor quien da esa confianza al inversionista. Como lo indica la página de la Bolsa Nacional de Valores, el corredor “debe conducir todos los negocios con lealtad, claridad y precisión, absteniéndose de prácticas que puedan inducir a error a las partes contratantes”.
Los emisores también son responsables de proporcionar a los inversionistas todos los datos necesarios como información periódica, estados financieros, todos los hechos de interés relacionados con la entidad, y un prospecto que no es otra cosa que un resumen acerca de la emisión, su actividad económica y el comportamiento de la industria, entre otras informaciones.
No obstante, recuerde que toda decisión de inversión es responsabilidad única y exclusiva del inversionista, por lo que es su obligación informarse adecuadamente antes de tomar una decisión.
Tome en cuenta lo siguiente:
-Asegúrese de que será asesorado por un corredor certificado y que el puesto para el que trabaja está debidamente regulado. Si se trata de un corredor extranjero, confirme que realmente está incorporado a un puesto de bolsa de prestigio.
-Pregunte a su corredor cualquier duda que tenga. El temor a demostrar que no sabe puede ser muy perjudicial para su inversión.
-La transparencia es clave. No invierta en algo que le ofrezca mucha rentabilidad sin que el corredor le informe claramente sobre los riesgos que corre.
¿A quién acudir?
-Si considera que no fue bien asesorado, al primer lugar donde debe hacer su reclamo es al puesto de bolsa al que pertenece su corredor. Si la respuesta no es satisfactoria, la instancia siguiente es la Sugeval.
Lo importante es utilizar los mecanismos ya establecidos, o bien acudir a una instancia de arbitraje, que permita una resolución del caso breve y así evitar acudir a los tribunales de justicia. Como apunta el especialista William Chinchilla, aparte de lo lento del proceso, los jueces tienen un desconocimiento profundo del mercado de valores.
En Costa Rica se ha creado toda una infraestructura jurídica de control y supervisión destinada principalmente a la protección del inversionista. Pero si este no sabe utilizar esos mecanismos, o simplemente no se informa, no pregunta, y se deja llevar por lo primero que le digan, de nada le servirán.
Para empezar, todo el mercado de valores está bajo la estricta regulación de la Superintendencia General de Valores (Sugeval), que vela por que se cumplan los reglamentos y regula la actividad de los participantes, es decir, de los puestos de bolsa, los corredores y los emisores.
Adicionalmente, la Bolsa Nacional de Valores también ofrece mecanismos que regulan el control del negocio. Por ejemplo, si existe un rumor que puede perjudicar a los inversionistas, la bolsa está autorizada para detener la negociación de un título, e incluso anular las compras y ventas que se hicieron durante un periodo “anormal” de actividad.
Pero la bolsa, como ocurre en todo lo relacionado con finanzas, es un negocio de confianza, y es el corredor quien da esa confianza al inversionista. Como lo indica la página de la Bolsa Nacional de Valores, el corredor “debe conducir todos los negocios con lealtad, claridad y precisión, absteniéndose de prácticas que puedan inducir a error a las partes contratantes”.
Los emisores también son responsables de proporcionar a los inversionistas todos los datos necesarios como información periódica, estados financieros, todos los hechos de interés relacionados con la entidad, y un prospecto que no es otra cosa que un resumen acerca de la emisión, su actividad económica y el comportamiento de la industria, entre otras informaciones.
No obstante, recuerde que toda decisión de inversión es responsabilidad única y exclusiva del inversionista, por lo que es su obligación informarse adecuadamente antes de tomar una decisión.
Tome en cuenta lo siguiente:
-Asegúrese de que será asesorado por un corredor certificado y que el puesto para el que trabaja está debidamente regulado. Si se trata de un corredor extranjero, confirme que realmente está incorporado a un puesto de bolsa de prestigio.
-Pregunte a su corredor cualquier duda que tenga. El temor a demostrar que no sabe puede ser muy perjudicial para su inversión.
-La transparencia es clave. No invierta en algo que le ofrezca mucha rentabilidad sin que el corredor le informe claramente sobre los riesgos que corre.
¿A quién acudir?
-Si considera que no fue bien asesorado, al primer lugar donde debe hacer su reclamo es al puesto de bolsa al que pertenece su corredor. Si la respuesta no es satisfactoria, la instancia siguiente es la Sugeval.
Lo importante es utilizar los mecanismos ya establecidos, o bien acudir a una instancia de arbitraje, que permita una resolución del caso breve y así evitar acudir a los tribunales de justicia. Como apunta el especialista William Chinchilla, aparte de lo lento del proceso, los jueces tienen un desconocimiento profundo del mercado de valores.