¿Aporta la Sala IV a la ingobernabilidad?
| Lunes 02 julio, 2012
¿Aporta la Sala IV a la ingobernabilidad?
¿Es la Sala Constitucional un avance, un retroceso, o un poco de ambas?
Pese a pensar que la Sala Constitucional es la institución más importante de los últimos 50 años, también me preocupa ver cómo hace suyos temas que a todas luces no son de orden Constitucional. Es por ello que siento que la misma necesita una reforma, o lamentablemente terminará perdiendo toda credibilidad.
¿Qué pasa cuando un automóvil con un motor muy pequeño es encadenado a un poste muy fuerte? La lógica nos dice que ese pobre auto no se va a mover… Eso es lo que le está pasando a nuestro país, las instituciones que deberían hacer, —Poder Ejecutivo y Legislativo— cada día son más débiles, mientras que la Contraloría y la Sala Constitucional, que son las que limitan el hacer, son cada vez más fuertes y abarcan cada vez más temas, impidiendo que el auto se mueva.
Son tantas las veces que personas dicen, “pasó en la Asamblea, pero todavía falta la Sala IV”, ¿es una Sala o un Senado?, ¿o es la Presidencia que pueden vetar las leyes?; también es común escuchar “como la Asamblea tarda mucho, mejor que la Sala IV sea la que cambie la ley”, ¿entonces, la Sala es un Congreso?, otra expresión usual es la “Sala avala lo hecho por el Gobierno”; juzgue usted: ¿a la Sala le toca estar dándole permiso al Gobierno de todo?
No es de extrañar que la gente piense así. Se permitió la reelección presidencial —que según muchos expertos le toca a la Asamblea—; se impiden los retenes policiales —que según muchos le toca al Ministerio de Seguridad—; se reinstalan dirigentes sindicales —que según muchos le toca a los agremiados—; se anulan paquetes de impuestos —que según muchos le toca a la Asamblea—; se eliminan las multas —que también le tocaría a la Asamblea—; y hasta se decide dónde se coloca un Estadio Nacional —que le podría tocar a cualquiera menos a la Sala IV.
Hace pocos días leímos en la prensa que la “Sala IV avala expulsar comidas grasosas y gaseosas de escuelas”, y mi pregunta es: ¿por qué la Sala IV tiene que avalar, o no, una decisión del Ministerio de Educación?, luego pensé que seguro era una equivocación y que posiblemente el recurso había sido rechazado ad portas.
Cuál fue mi sorpresa al ver que se había resuelto por el fondo; es decir la Sala entró a estudiar el tema, para después darle permiso al Gobierno de hacer algo que en ningún otro país del mundo se requiere el permiso de una Sala Constitucional.
Es decir ahora tenemos una Sala IV que revisa hasta la comida de los colegios. Por favor, esto tiene que ser un síntoma de ingobernabilidad, porque esos siete señores no están ahí para eso.
Probablemente muchos se ponen felices cuando la Sala hace cosas que los benefician, como por ejemplo quitar las multas severas a los conductores imprudentes; otros por el contrario se preguntaran si de haber seguido vigentes esas multas, quizás no estarían llorando algún ser querido.
Fernando Lara G.
Profesor de derecho constitucional, ULACIT
fernando.lara@costarricense.cr
¿Es la Sala Constitucional un avance, un retroceso, o un poco de ambas?
Pese a pensar que la Sala Constitucional es la institución más importante de los últimos 50 años, también me preocupa ver cómo hace suyos temas que a todas luces no son de orden Constitucional. Es por ello que siento que la misma necesita una reforma, o lamentablemente terminará perdiendo toda credibilidad.
¿Qué pasa cuando un automóvil con un motor muy pequeño es encadenado a un poste muy fuerte? La lógica nos dice que ese pobre auto no se va a mover… Eso es lo que le está pasando a nuestro país, las instituciones que deberían hacer, —Poder Ejecutivo y Legislativo— cada día son más débiles, mientras que la Contraloría y la Sala Constitucional, que son las que limitan el hacer, son cada vez más fuertes y abarcan cada vez más temas, impidiendo que el auto se mueva.
Son tantas las veces que personas dicen, “pasó en la Asamblea, pero todavía falta la Sala IV”, ¿es una Sala o un Senado?, ¿o es la Presidencia que pueden vetar las leyes?; también es común escuchar “como la Asamblea tarda mucho, mejor que la Sala IV sea la que cambie la ley”, ¿entonces, la Sala es un Congreso?, otra expresión usual es la “Sala avala lo hecho por el Gobierno”; juzgue usted: ¿a la Sala le toca estar dándole permiso al Gobierno de todo?
No es de extrañar que la gente piense así. Se permitió la reelección presidencial —que según muchos expertos le toca a la Asamblea—; se impiden los retenes policiales —que según muchos le toca al Ministerio de Seguridad—; se reinstalan dirigentes sindicales —que según muchos le toca a los agremiados—; se anulan paquetes de impuestos —que según muchos le toca a la Asamblea—; se eliminan las multas —que también le tocaría a la Asamblea—; y hasta se decide dónde se coloca un Estadio Nacional —que le podría tocar a cualquiera menos a la Sala IV.
Hace pocos días leímos en la prensa que la “Sala IV avala expulsar comidas grasosas y gaseosas de escuelas”, y mi pregunta es: ¿por qué la Sala IV tiene que avalar, o no, una decisión del Ministerio de Educación?, luego pensé que seguro era una equivocación y que posiblemente el recurso había sido rechazado ad portas.
Cuál fue mi sorpresa al ver que se había resuelto por el fondo; es decir la Sala entró a estudiar el tema, para después darle permiso al Gobierno de hacer algo que en ningún otro país del mundo se requiere el permiso de una Sala Constitucional.
Es decir ahora tenemos una Sala IV que revisa hasta la comida de los colegios. Por favor, esto tiene que ser un síntoma de ingobernabilidad, porque esos siete señores no están ahí para eso.
Probablemente muchos se ponen felices cuando la Sala hace cosas que los benefician, como por ejemplo quitar las multas severas a los conductores imprudentes; otros por el contrario se preguntaran si de haber seguido vigentes esas multas, quizás no estarían llorando algún ser querido.
Fernando Lara G.
Profesor de derecho constitucional, ULACIT
fernando.lara@costarricense.cr