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Anoche soñé

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 17 julio, 2018


Reflexiones

Anoche soñé

Anoche soñé, que Daniel Ortega y su esposa Rosario habían renunciado a sus cargos, habían devuelto al pueblo nicaragüense sus fortunas familiares y que Nicaragua por fin, tendría una reforma democrática y solidaria, para un pueblo noble y sufrido, pero urgido de nuevos rumbos y de un verdadero desarrollo.

Anoche soñé, que Óscar Ramírez no tenía que esconderse de aficionados absurdos que no entienden que el fútbol es lo más importante de lo menos importante y que claro, se gana se pierde y se empata, pero tres días después, todo pasa.

Anoche soñé, que sin tanto aspaviento nuestra primera dama ponía la primera piedra del tren eléctrico metropolitano y que por fin podríamos viajar de Cartago a Alajuela en 30 minutos, sin tener que padecer tantas presas y perder tantas vidas en la carretera.

Anoche soñé, que liberalizamos el transporte público modalidad taxis y que permitimos una sana competencia con regulaciones mínimas a todos, que mejorara la calidad y el costo del servicio y permitiese la innovación, dejando atrás el clientelismo de las placas de taxi a unos pocos y favoreciendo un modelo inclusivo que favorezca a los consumidores.

Anoche soñé, que se recalificaría el presupuesto público de las universidades por resultados y por su aporte en docencia, extensión e investigación, sin considerar la distribución histórica injusta e inconsulta que existe en el CONARE, pudiendo así permitir el crecimiento de la universidad pública más allá de las fronteras de San Pedro de Montes de Oca.

Anoche soñé, que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia eran transparentes y de verdad apostaban por una justicia para todos, justa y cumplida, sin compadrazgos ni encubrimientos de nada ni de nadie.

Anoche soñé, que nuestro Ministro de Educación dejaba su campaña electoral a un lado y se ponía la chaqueta para mejorar la calidad de la educación del país, favoreciendo la evaluación del profesorado, la mejora en el bachillerato y una descentralización de la gestión educativa, que permita ejecutar los recursos de infraestructura, que tiene tantas comunidades del país sin escuelas y colegios decentes.

Anoche soñé, que nuestros diputados y diputadas aprobaban un plan fiscal justo y progresivo, donde todos los pasajeros paguen y no existan tantos portillos fiscales para el contrabando, la evasión la elusión fiscal, incluyendo las reformas a las exoneraciones de aquellos que por décadas han vivido a costa del Estado.

Anoche soñé, que empujábamos seriamente el emprendedurismo y la innovación, gastando muchos más recursos de nuestra Banca para el Desarrollo en fomentar el empleo, los encadenamientos productivos, el desarrollo regional y la innovación.

Anoche soñé, que aprendíamos la lección de nuestro clima cambiante y apostábamos por la carbono neutralidad en serio, apuntalando instrumentos fiscales e institucionales para reducir la huella de carbono y favorecer una economía verde.

Anoche soñé, que se declaraba un bien público el Internet y que denunciábamos el robo de los operadores de telecomunicaciones, reformando en serio a la SUTEL y poniendo prioridad en la conectividad amplia y barata de toda la población.

Anoche soñé, que la trocha, la refinería china y el cementazo entre otros, se ventilaban en nuestras cortes de justicia y quienes hubiesen cometido delitos pagarían su pena, dejándonos de tanto encubrimiento, comisiones e intrigas.

Anoche soñé, que no tendríamos más niños con frío y hambre en las calles, más familias sin una vivienda digna, más campesinos sin tierra, más emprendedores sin crédito, más droga en las calles, más personas sin empleo.

Anoche soñé y desperté angustiado de que nuestra clase política siga fijando su agenda mirando a la correa de los zapatos y no al verdadero desarrollo del país.

Preocupado de que se gaste el tiempo en comisiones sin decisiones o que se siga tirando la bola al frente sin enfrentar los desafíos de nuestro presente. Así las cosas, decidí escribir una columna para contarlos, tal vez algunos de ellos puedan ser escuchados y podamos tener algún día, una mejor Costa Rica, más humana, progresista y solidaria.

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