América del Sur hoy
Arnoldo Mora mora_arnoldo@hotmail.com | Viernes 06 junio, 2008
Arnoldo Mora
Habituados como estamos a mirar hacia el Norte, donde hasta no hace mucho se encontraban todos los centros de poder político, militar, financiero y científico-técnico del mundo, el Sur nos ha parecido un tanto lejano. Hoy, sin embargo, en los inicios del siglo XXI, las cosas están cambiando. El Imperio norteamericano da la impresión de haber entrado en un proceso irreversible de decadencia, que se refleja en la pérdida creciente de influencia en la región. Por eso, siendo Costa Rica un país volcado hacia fuera, tanto en razón de su pequeño tamaño y su situación geográfica, como por su política de apertura comercial, es imperativo que miremos con detenimiento lo que está pasando en los países del Sur de nuestro continente, tan ligados al nuestro por factores geográficos, históricos, étnicos y culturales.
América del Sur inició el siglo XXI en 1998 con el triunfo de Hugo Chávez y su “revolución bolivariana”. Vino luego el ascenso al poder, mediante procesos democráticos, de sectores sociales que tradicionalmente estaban marginados y que representan un giro ideológico al centro izquierda. Los casos de Lula en Brasil y del matrimonio Kirchner en Argentina, lo mismo que el triunfo del Frente Amplio en Uruguay y de Michelle Bachelet en Chile, confirman lo dicho. El ascenso al poder del líder indígena Evo Morales en Bolivia y del economista antineoliberal Rafael Correa en Ecuador como culminación de periodos de gran inestabilidad política en sus países, radicaliza la tendencia hacia la izquierda. En todos estos casos lo más relevante ha sido la derrota de las oligarquías. La balanza se inclina hacia la izquierda con mayor o menor intensidad según sean las circunstancias de cada país. Solo la Colombia de la parapolítica de Uribe aparece como la excepción que confirma la regla (¿hasta cuándo?).
La comunidad internacional se ha percatado de este cambio cualitativo; lo explica el por qué se dio el encuentro de los jefes de Estado de la Unión Europea que se llevó a cabo en Lima. Pero no menos significativo es el liderazgo que Brasil está logrando en el ámbito mundial, donde se le considera como una potencia emergente que podría ocupar un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Brasil tiene una voz beligerante, junto a China e India, en todos los encuentros donde se debaten las relaciones Norte/Sur en materia de comercio mundial. Es por eso que el encuentro de Lula con los presidentes de Centroamérica en El Salvador debe ser visto como una expresión más de esa protagonismo regional de un Brasil que parece ir llenando el vacío que paulatinamente va dejando el decadente Imperio norteamericano, incluso en una región como la nuestra tradicionalmente considerada como “traspatio de Estados Unidos”.
En el mencionado encuentro se habló de iniciar conversaciones para lograr un tratado comercial con el Mercosur. Todos los países de la región estuvieron de acuerdo, excepto Costa Rica que se mostró reticente. En este punto, como en tantos otros, el régimen de los Arias parece estar todavía empantanado en prejuicios ideológicos anacrónicos. Si es así, espero que el profesionalismo y el realismo mostrado por el actual canciller logre sobreponerse a la miopía de quienes parecen hacer las del avestruz, con el consiguiente perjuicio para la imagen y los intereses nacionales.
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